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¿Que es el Espíritu Santo?
(Edición 2.0 20021102-20061227)
El Espíritu Santo es un poder de Dios y no un ser o persona separada. Es el medio por el cual podemos conocer al Único Dios Verdadero y a su Hijo Jesucristo. Entonces también es el medio por el cual nos hacemos hijos de Dios a partir de la resurrección de los muertos.
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Cuál es el Espíritu Santo
Para entender lo que es el Espíritu Santo debemos conocer al Único Dios Verdadero (Eloah) y a Su hijo Jesucristo. De la Biblia veremos como el Padre y el Hijo están relacionados o conectados a través del Espíritu Santo. Veremos que Dios da Su Espíritu también a los humanos.
El Espíritu no es una persona o un ser separado. Unos dicen que Dios está formado de tres partes. Se dice que estas partes son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. A esto se le llama la doctrina de la Trinidad. Esta enseñanza está equivocada y es completamente falsa. Las Escrituras revelan que Dios es UNO y no tres (Deut. 6:4; Efesios 4:6). El Espíritu Santo es el Espíritu de Dios (Rom. 8:14). Dios nos da Su Espíritu de modo que nosotros podamos conocerlo y crecer para parecernos más a Él (2Pedro 1:3-4).
A veces se piensa del Espíritu Santo que es un como un espíritu. Esto suena como que es algo de lo que nos podríamos asustar. Pero el Espíritu Santo no vendrá atravesando las paredes para atraparnos o a hacer ruidos por la noche. No anda por ahí con una sábana blanca encima para asustarnos. Él trabaja en nuestros corazones y mentes. No es nada a lo que debemos tener miedo. Dios no nos da un espíritu de miedo, si no de poder y amor (2Timoteo 1:7).
El Espíritu Santo es llamado al ayudante (consolador)(Juan 15:26). Nos ayuda a entender la Biblia y las cosas de Dios. Nos enseña la verdad (Juan 14:16-17, 26; 16:13; 1Juan 4:6; 5:6). Sabe todas las cosas (1Cor. 2:10-11). El Espíritu Santo es el medio por el cual nos hacemos hijos de Dios (Gálatas 4:6-7; Romanos 8:14). Cristo nos ayuda, nos enseña y nos consuela a través del Espíritu Santo. Es realmente el poder de Dios que vive en nosotros y en Cristo. Viene de Dios y luego a nosotros a través de Cristo. Es como una fuerza que nos mueve hacia Dios a través de Cristo (Hebreos 7:25). Es invisible.
El Espíritu hablará por nosotros cuando estamos en problemas. Pondrá pensamientos en nuestra mente y palabras en nuestra boca. El Espíritu es capaz de hablar a través de nosotros (Mateo 10:19-20).
Dios da el Espíritu Santo a aquellos que lo piden (Lucas 11:9-13). Pero nosotros debemos de obedecerle a Él. El Espíritu vive en aquellos que guardan los mandamientos de Dios (1Juan 3:24; Hechos 5:32).
Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y somos bautizados, recibimos el Espíritu Santo en nosotros (Mateo 28:19; Hechos 2:38). Para mostrarnos que esto pasa, uno de los ministros de Dios pone las manos sobre la cabeza de la persona bautizada. Las manos del ministro no nos dan el Espíritu. Él es un hombre y no tiene ningún poder propio para hacer esto. Sólo significa que él le pide a Dios que le dé a aquella persona el Espíritu. A partir del bautismo comenzamos un nuevo viaje viviendo del modo que Cristo lo hizo.
Como cristianos, debemos vivir del modo que Cristo y los apóstoles vivieron. Sabemos que ellos guardaron el Sábado y las Fiestas (Hechos 2:1, 20:6, 27:9; Colosenses 2:16). No sólo es suficiente saber lo que Dios dice en la Biblia, si no que debemos hacer todo lo que Dios manda. Cuando tenemos el Espíritu de Dios y vivimos del modo que Él manda, comenzamos a mostrar los frutos del Espíritu Santo. Podemos leer sobre esto en Gálatas 5:22-23. El amor es el fruto principal, pero todo esto comienza con la verdad (1Corintios 13:13).
No recibimos el Espíritu por hacer buenas obras. Sin embargo, nosotros todavía tenemos que hacer buenas obras y obedecer las Leyes de Dios aún con el Espíritu Santo presente en nosotros (Santiago 2:14-18). De hecho con el Espíritu Santo en nosotros querremos hacer buenas obras y obedecer Dios. Si somos demasiado jóvenes para ser bautizados, todavía el Espíritu Santo cuidará de nosotros hasta que seamos adultos, si es que tenemos padres creyentes. Pero debemos obedecer a nuestros padres en el Señor (Efesios 6:1-2).
Cristo dijo que él estaba en Dios y Dios en él (Juan 17:21-23). Éste puede pasar únicamente con el Espíritu Santo de Dios. Así es que cuando tenemos al Espíritu Santo, Dios está en nosotros y Cristo está en nosotros (1Juan 4:13). Esto es la forma que Dios estará todo en todos, algún día (Efesios 4:6; 1Corintios 15:28). Pero para entonces todos seremos seres espirituales y ya no gente de carne y hueso.
El Espíritu Santo es el eslabón que nos une a todos nosotros. Recuerde, el Espíritu Santo no es algo que nosotros podemos sentir o tocar con nuestras manos. Sabemos si está presente o no, de lo que pasa en nuestras mentes y por la forma cómo nos comportamos (Gálatas 5:16-18).
Tener el Espíritu significa que podemos hablar con Dios a través de la oración. Cuando oramos, deberíamos orar al Padre, pero siempre pidiendo por cosas en el nombre de Su hijo Jesucristo (Mateo 6:6, 9-13; Lucas 11:12). Podemos ir ahora y hablar con Dios el Padre directamente a través del Espíritu Santo. Debemos rendir culto a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:24).
Si no sabemos por qué orar, el Espíritu Santo nos ayuda orando por nosotros. Es hecho con tal sentimiento que no hay palabras para describirlo (Romanos 8:26). Dios siempre sabe lo que está dentro de nuestros corazones y mentes, entonces Él sabe lo que el Espíritu está diciendo por nosotros. Sólo pedirá las cosas que están en armonía con la voluntad de Dios (Romanos 8:27).
Cristo refleja cómo es el Padre. Él actúa y habla por Dios porque él tiene al Espíritu Santo de Dios morando dentro de él (Juan 3:34). Pero él no es el mismo ser que el Único Dios Verdadero. Él es un ser separado y fue creado por el Padre y enviado aquí para ser hombre durante un corto tiempo (Juan 5:23). Tanto el Padre como el hijo existen como seres separados, pero se dice que ellos son uno porque ellos comparten la misma naturaleza a través del Espíritu Santo. Cristo dijo: "si me han visto, han visto al Padre" (Juan 14:9).
El Espíritu Santo nos reúne a todos juntos para formar el Templo de Dios (1Corintios 3:16; 6:19). Dios nos llama dentro del Reino de Dios para trabajar. No es porque somos especiales o buenos. El Espíritu nos da a todos un regalo especial o talento, para que podamos trabajar juntos como un cuerpo. Un cuerpo está formado de muchas partes. Cada parte del cuerpo como los brazos, las piernas, los ojos y los oídos, todas trabajan juntas. Nada trabaja independientemente. Entonces tenemos que ayudarnos el uno al otro en el trabajo de la iglesia con amor y poder del Espíritu Santo.
No podemos entrar en el reino de Dios a menos que nazcamos otra vez. Esto pasa cuando somos bautizados y recibimos el Espíritu Santo. Entonces nacemos del espíritu y se dice que nuestro anterior estilo de vida está muerto (Juan 3:3-6). Aquellos que se quedan en la carne no pueden complacer a Dios. Entonces si tenemos el Espíritu Santo en nosotros, pertenecemos a Cristo y él vive en nosotros y Dios vive en nosotros de la misma manera (Romanos 8:8-10).
Entonces el Espíritu nos da una nueva vida. Somos todavía humanos, pero constantemente estamos siendo cambiados para mejor. Nos estamos pareciendo a la imagen de Cristo, que es la imagen de Dios. Estamos siendo transformados a través del Espíritu Santo para ser más perfectos y santos como Dios. Después del bautismo, no debemos volver a nuestro antiguo estilo de vida (Efesios 4:17-24).
El Espíritu Santo nos dirige mostrándonos lo que Dios quiere de nosotros. Luego nos ayuda a lograrlo. Queremos complacer a Dios. Es así que nos da un nuevo corazón y una nueva mente. Nuestros cuerpos todavía se ven iguales, pero nuestros pensamientos y acciones cambian.
El Espíritu nos abandonará si volvemos a pecar. Cuando se nos da el Espíritu, comenzamos a saber más sobre el Único Dios Verdadero y Su plan para nosotros. Pero si comenzamos a pecar, empezamos a perder algunas de las cosas maravillosas que ya conocíamos (2Timoteo 1:13-14). Cuando pensamos y hacemos cosas que a Dios no le gustarían, sabemos que el Espíritu se retira de nosotros. Dios dijo que Él nunca nos abandonaría o nos olvidaría (Deut. 31:8; 1Reyes 6:13; Isaías 42:16; Hebreos 13:5) pero el Espíritu se puede apagar o puede afligirse (1Tes. 5:19; Efesios 4:30).
El Espíritu es el medio por el cual adoramos a Dios (Filipenses 3:3). Por lo tanto, el Espíritu no es Dios y no adoramos al Espíritu. Tampoco adoramos a Jesucristo orándole a él. Si sabemos que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en nosotros y estamos en Él a través de Su Espíritu (1Juan 4:15).
La gente del Antiguo Testamento también conocía al Espíritu de Dios. Ellos tenían la presencia del Ángel de Yahovah. Sabían que el Ángel no era el Único Dios Verdadero que les habló directamente y a quien ellos vieron. Como sabemos, este Ángel de la Presencia de Dios, que estaba con Moisés e Israel en el Desierto, nació después como el ser humano Jesús (vea el artículo ¿Quién es Jesús? [CB2>).
A todos los Profetas los visitó el Espíritu de Dios en sueños o visiones, o les habló el Espíritu, a través del Ángel de Yahovah. El Señor vino a Abraham en una visión (Génesis 15:1); el Señor llamó Aarón y Miriam (Números 12:6); el Espíritu de Dios vino hacia Balaam (Números 24:2); el Señor llamó a Samuel (1Samuel, capítulo 3). Isaías vio una visión (Isaías 1:1). La palabra del Señor vino a Jeremías (Jeremías 14:14). Ezequiel vio visiones de Dios (Ezequiel 1:1). Daniel recibió una visión (Daniel 2:19) y así fue con todos los profetas del antiguo (ver también Hebreos 1:1-2; 2Pedro 20:20-21).
La Biblia también habla de otro espíritu en el hombre. Éste es un espíritu diferente al Espíritu de Dios. Se parece a nuestro aliento. Es un regalo de vida que nos da Dios (Zacarías 12:1). Pertenece a Dios (Génesis 6:3; Job 11:11, 27:3; Proverbios 20:27). Cuando morimos, el espíritu del hombre nos abandona (Salmo 146:4). Se vuelve a Dios (Ecl. 12:7). Cuando Dios hizo a Adán Él respiró en sus ventanas de nariz el aliento de la vida;Y el hombre se convirtió en un ser viviente (Génesis 2:7; 1Corintios 15:45).
Entonces este espíritu en el hombre no es un alma que vive en el cielo después de que morimos. La Biblia dice que el hombre se convirtió en un alma viviente o una persona. Este alma puede morir (Ezequiel 20:18). Cuando la Biblia habla del alma, realmente está hablando de la vida del cuerpo. El alma puede significar una criatura, o un hombre o la vida. Ambos, animales y hombre, mueren la misma muerte, pero el hombre vivirá otra vez. De tal forma, el espíritu del hombre es lo que nos hace diferentes a los animales.
No podemos ver el espíritu del hombre más de lo que podemos ver nuestro aliento. Pero podemos sentir nuestro aliento si soplamos a nuestra mano. Del mismo modo, no podemos ver el Espíritu de Dios, pero sentimos su presencia en nosotros, porque queremos obedecer Dios. El Espíritu de Dios se parece a la brisa o al viento (Juan 3:8). Del mismo modo es como el aliento.
Piense en la manera como el viento llena las velas de un barco de vela. Esto ayuda a empujar el barco en la dirección correcta. Podríamos decir también que cuando nuestros corazones y mentes se llenan del Espíritu Santo también somos empujados en la dirección correcta. El Espíritu Santo es la fuerza impulsora que nos ayuda a vivir el camino de Dios.
Cuando Jesús moría sobre la estaca, él llamó a su Padre en el cielo: "Padre en sus manos cometo mi espíritu". Cuando él dijo esto, respiró su último aliento y murió (Lucas 23:46). Entonces éste sería el mismo espíritu que todo ser humano tiene, el cual vuelve a Dios al morir. Él ponía su vida en las manos de su Padre. Jesús sabía que si él fuera a vivir otra vez después de su muerte humana, sólo el Padre podría darle la nueva vida. Entonces, por el Espíritu Santo, Dios levantó a Jesús de entre los muertos (Hechos 3:32-33). Del mismo modo, nosotros seremos levantados o resucitados de entre los muertos para vivir otra vez (Romanos 8:11).
Jesús hizo lo que el Padre quiso que él hiciera (Lucas 2:49). Él dijo que él no podría hacer nada sin el Padre (Juan 5:30). Él fue como la presencia de Dios porque él habló por Dios y llevó la autoridad de Dios. Por la sabiduría del Espíritu Santo, Cristo fue capaz de enseñar a sus discípulos muchas cosas sobre Dios y sobre cosas que pasarían en el futuro. Pero sin el Espíritu Santo, los discípulos de Cristo y nosotros hoy no podríamos completamente entender estas cosas.
El Espíritu Santo es el poder de Dios, que Cristo prometió enviarnos (Juan 16:7). Antes de que Jesús dejase a sus apóstoles por última vez para volver a su Padre (Hechos 1:10-11), él les dijo que no dejen Jerusalén, hasta esperar la promesa del Padre. Él oró al Padre para darles otro Ayudante (Juan 14:16-17). Él les estaba diciendo que ellos recibirían el Espíritu Santo del Padre (Juan 15:26).Éste era su modo de decir que él estaría todavía con ellos porque ellos tendrían al Espíritu de Dios como él lo tuvo.
Entonces, cuando ellos se reunieron para la Fiesta de Pentecostés, la cosa más asombrosa pasó. Había un sonido como de viento fuerte y una lengua de fuego se posó sobre cada uno de ellos. Ellos se llenaron del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en muchas lenguas diferentes (Hechos 2:1-4). Éste sólo era un símbolo del poder que ahora tenían. El fuego no les hizo daño.
El Espíritu les enseñaría sobre las cosas en el futuro, justo como Cristo lo hizo cuando estuvo con ellos en persona (Juan 14:26; 16:13). Por el Espíritu Santo, Cristo les ayudaría a ser fuertes en la fe y a establecer la Iglesia de Dios. Ahora tenemos que seguir con este trabajo hasta que Cristo vuelva para poner en orden nuevamente este planeta. Entonces todos nosotros estaremos obedeciendo las Leyes de Dios.
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Febrero 2, 2010 – 4:07 am
Si el Espíritu Santo es la 3 ª persona de la Trinidad, veamos lo que obtenemos si reemplazamos la frase “el Espíritu Santo” por la locución ”La Tercera Persona de la Trinidad” en los siguientes versículos:
“Ahora el Señor habló a Moisés, diciendo: “Mira, te he llamado por su nombre Betzalel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá.” Lo he llenado con [la Tercera Persona de la Trinidad] en sabiduría, en entendimiento, en conocimiento” (Éxodo 31:1-3).
“No me eches de tu presencia y no quites tu [tercera persona de la Trinidad] de mí” (Salmo 51:11).“He aquí mi siervo a quien sostengo, mi elegido en quien mi alma se deleita. He puesto mi [tercera persona de la Trinidad] sobre él, él traerá justicia a las naciones” (Isaías 42:1).
“Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi [Tercera persona de la Trinidad] sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 39:29).
“Y después de esto derramaré mi [Tercera Persona de la Trinidad] sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).
“Y pensando él en esto, he aquí el ángel del Señor le aparece en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas de recibir á María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, de [la Tercera Persona de la Trinidad] es…Y el nacimiento de Jesucristo fué así: Que siendo María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló haber concebido de la [Tercera Persona de la Trinidad] (Mateo 1:18,20) .
“En cuanto a mí, yo te bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y yo no soy digno de quitar sus sandalias, Él os bautizará con [la Tercera Persona de la Trinidad] y fuego” (Mateo 3:11).
“Jesús, lleno de [la tercera persona de la Trinidad], volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto” (Lucas 4:1).
“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará [la Tercera Persona de la Trinidad] a los que le pidan”? (Lucas 11:13).
“Porque el que Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque Él da [la tercera persona de la Trinidad] sin medida” (Juan 3:34).
“Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa de [la tercera persona de la Trinidad], ha derramado esto que vosotros veis y oís” (Hechos 2:33).
“Ahora cuando los apóstoles en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les envió a Pedro ya Juan, que bajaron y oraron por ellos para que puedan recibir [la Tercera Persona de la Trinidad] porque [la tercera persona de la Trinidad] aún no había caído en ninguno de ellos … Luego pusieron sus manos sobre ellos y recibieron [la tercera persona de la Trinidad] … Ahora, cuando Simón vio que [la tercera persona de la Trinidad] fue dada a través de la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero” (Hechos 8:14-15).
“Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, la [Tercera Persona de la Trinidad] cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don de la [Tercera Persona de la Trinidad]. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido la [Tercera Persona de la Trinidad] también como nosotros?” (Hechos 10:43-47).
“Pero en mi opinión es más feliz si se queda como está, y creo que también yo tengo [la tercera persona de la Trinidad]” (1 Corintios 7:40).
“¿Habéis recibido [la tercera persona de la Trinidad] de las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? Habiendo comenzado en [la Tercera Persona de la Trinidad], ¿están siendo perfeccionado por la carne?” (Gálatas 3:2-3).
“Yo á la verdad os he bautizado con agua; mas él os bautizará con [La Tercera Persona de la Trinidad] (Marcos 1:8).
“En castidad, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en[La Tercera Persona de la Trinidad], en amor no fingido” ( 2 Cor. 6:6).
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7 PREGUNTAS PUNTUALES SOBRE EL ESPÍRITU SANTO
1.- ¿Por qué no aparece el Espíritu Santo entronizado con el Hijo y el Padre en el cielo?
2.- ¿Por qué el Espíritu Santo no tiene un nombre propio?
3.- ¿Por qué al Espiritu Santo nunca se le llama DIOS de manera directa?
4.- ¿Por qué el Espíritu Santo está siempre en género neutro si es una persona?
5.- ¿Por qué Jesús nunca dijo que el Padre, él, y el Espíritu Santo son uno?
6.- ¿Por qué Jesús nunca dijo que quien lo ha visto a él ha visto al Padre y al Espíritu Santo?
7.- ¿Por qué el Espíritu Santo no está incluido en los saludos INTRODUCTORIOS apostólicos, especialmente en los de Pablo?
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EL ESPÍRITU SANTO… ¿QUÉ ES EXACTAMENTE?
¡Una Explicación clara!
Por Apolos (Ex Gerardo bloomerfield)
La doctrina de la trinidad está presente en todas las iglesias cristianas. Incluso las más reformistas, como por ejemplo, los Adventistas. Pese a su iluminación inicial que les llevó a entender correctamente cuestiones como la condición de los muertos y la segunda venida literal y visible de Jesús, en cuanto a la trinidad, en la década del 30 claudicaron ante la presión del Concilio Mundial de Iglesias y la abrazaron como un credo central.
De hecho los adventistas están entre los trinitarios más acérrimos que conozco. Ni siquiera los evangélicos suelen defender la trinidad con tanta saña como los adventistas.
La trinidad es una hipótesis que afirma resolver algunas cuestiones planteadas en la Biblia. Básicamente, el hecho de que a Jesús se le llame Dios un par de veces siendo que por otra parte la escritura afirma que Solo hay UN DIOS. Como explicación, los trinitarios ofrecen que dado que Jesús es llamado Dios y su Padre también, Jesús y su Padre son los dos Dioses. Pero no pueden ser dos, porque si no habría dos dioses. Entonces dicen que en realidad son uno. Y para rematar, añadieron al espíritu santo, punto sobre el cual nos referiremos aquí.
Para simplificar, está claro para cualquiera que lea las escrituras, que no sólo Jesús es llamado Dios en la Biblia. Moisés, los príncipes de Israel, e incluso el Diablo son llamados DIOS en los textos sagrados. Esto no es nada raro. Porque Dios es un título, y la propia Biblia en la 1 carta de Pablo a los Corintios, capítulo 8, aclara perfecta y claramente la diferencia entre aquellos que “son llamados dioses” y el “único que realmente es Dios, es decir el Padre”. En otras palabras, los cristianos reconocemos que muchos (incluyendo a Jesús) tienen el título de “Dios”. En el caso de Jesús, es legítimo, y es un título otorgado por Su Padre, el Único Dios por naturaleza, el Supremo. Jesús siendo hombre, siendo humano, a pesar de ello es llamado Dios, es NUESTRO Dios en el sentido que es nuestro gobernante en contraposición al mundo que tiene por Dios al Diablo, el “dios de este mundo” como gobernante. En el caso del diablo y otros, el título de “Dios” es ilegítimo. Ellos se hacen llamar así o sus seguidores así los llaman.
Ahora bien… ¿qué sucede con el espíritu santo? Para los trinitarios “espíritu santo” es un nombre propio al parecer. El nombre de una tercera persona de una deidad compuesta de tres personas. Afirman que el espíritu santo es Dios en el sentido que tiene plenipotencia, omnisciencia y coeternidad igual que el Padre y que el Hijo. La cosa se complica más, porque Jesús es una persona, igual que su Padre, Yahweh. Pero en el caso del espíritu santo, si leemos las escrituras notaremos algo extraño: el espíritu santo no es una persona. Figurativamente se dice que gime, que se contrista, y que hace muchas cosas. Pero también dice la Biblia que la sangre de Jesús “habla” y la sangre de Jesús no es una persona. Así que la personalización, como recurso literario en algunas ocasiones no debe ser tomada como literal. La idea de que el espíritu santo era un ser separado del
Padre era ajena al pensamiento judío y cristiano del primer siglo.
No hay UN SOLO TEXTO QUE DIGA QUE EL ESPIRITU SANTO ES DIOS. ¿No es esto extraño? De hecho, búsquenlo en la Biblia. Si encuentran un texto que diga que “el espíritu santo es Dios”, me lo envían y con gusto a quien me lo envíe le daré una recompensa de 10.000 dólares en efectivo. Me comprometo públicamente a pagar por ese texto, sea del Antiguo o Nuevo testamento. Debe ser claro y afirmar sin rodeos que existe un Dios llamado espíritu santo. Debe decir que el espíritu santo es Dios .
No lo van a encontrar. Pero acá es donde los trinitarios me citan el viejo caso de Ananías y Zafira… antes que se apresuren por el dinero, les quiero pedir que lean bien el episodio del libro de Hechos. Jamás se dice que el espíritu santo es Dios. Se dice que Ananías y Zafira mintieron al espíritu santo y en otro texto se dice que engañaron, no a los hombres, sino a Dios. Es decir, lo que afirma el episodio no es que ambos conceptos sean lo mismo. Lo que afirman es que LA ACCIÓN ES LA MISMA. Es decir: la analogía es que MENTIRLE AL ESPIRITU SANTO es lo mismo que MENTIRLE A DIOS. Los trinitarios parecen no tener la menor noción de literatura.
Si yo mando a mi hijo a hacer un mandado, y el almacenero le miente, me miente a mí. Le está mintiendo a mi hijo, claro. Pero en realidad es lo mismo que si me mintiera a mí. Pero en el caso del espíritu santo, ni siquiera hay involucrada una persona. El espíritu santo, no es una persona: es la energía de Dios. Es la fuerza de Dios. Es parte de Dios, es una parte de su naturaleza. Dios tiene una mente, tiene sentimientos, tiene sabiduría, amor y tiene un espíritu que lo anima y cuyo poder llega a todo el Universo. Ese espíritu es lo que la Biblia llama “el espíritu santo”. Es muy claro.
Entonces… ¿mentirle al espíritu santo es mentirle a Dios?
Vamos a ver un caso común. Yo soy Apolos. Tengo una mano derecha. Con esa mano hago cosas, muevo cosas, creo cosas. Mi mano no es una persona. Es una parte de mí. Mi mano no piensa: el que piensa soy yo. Pero si alguien me pegara en la mano… ¿acaso no podría decir “le pegaron a Apolos”? Claro. Pegarle a mi mano, es pegarme a mí.
De hecho, al ser mi mano, una parte de mi, podría decirse de mi mano “éste es Apolos”, es decir, es parte de mi.
Con el espíritu santo sucede exactamente lo mismo: si Dios mediante su espíritu santo (pues es impensable que lo haga él personalmente) dirige a una persona, y alguien le miente a esa persona, le está mintiendo al espíritu santo. Y por tanto le está mintiendo a Dios.
Si alguien blasfema contra el espíritu santo (un pecado imperdonable), esa persona blasfema contra Dios, porque el espíritu santo es de EL, del Padre. De hecho, en las escrituras aparecen los términos “espíritu de Dios”, “espíritu de Yahweh” y “espíritu santo”, así como “dedo de Dios” y significan lo mismo: no una persona, sino una fuerza que proviene de Dios.
Así que el famoso cuento de Ananías y Zafira, el único argumento en toda la Biblia que tienen los trinitarios para afirmar que el espíritu santo es Dios, es totalmente falso. En ninguna parte ese texto afirma cosa semejante: repito, lo que el texto compara es la acción de mentir al espíritu de Dios y a Dios mismo. Dice que mentirle al espíritu de Dios es lo mismo que mentirle a Dios. Esa es la lección. Punto. No hay ninguna doctrina de la trinidad y afirmar que en ese episodio se deja establecida la deidad de una tercera persona, es afirmar que Dios dejó una parte central de la revelación oculta en un oscuro pasaje que sólo puede ser entendido retorciendo todas las normas literarias conocidas.
Si alguien me pisa… en realidad pisa mi pie. Pero yo digo “me pisaste a mí”. Pisar mi pie, es lo mismo que pisarme a mí.
Si alguien le miente a mi secretaria para llevarse algo de mi oficina… le mintió a mi secretaria. Pero es lo mismo que mentirme a mí en ese caso, pues se llevó algo de mi oficina. Me lo hizo a mí, no a mi secretaria. Mi secretaria era el agente entre yo y la persona que le mintió.
El caso es claro para el que lo quiere ver hermanos.
No hay trinidad en la Biblia. No hay una tercera persona de la deidad en la Biblia. Hay la maravillosa e interminable fuerza de Dios que creó el universo, su Espíritu Santo.
Shalom!
www.elevangeliodelreino.org
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EL ESPÍRITU SANTO ES COMPARADO CON:
Vestiduras (Lucas 24:49):
Porque nos reviste con poder de lo alto. Una paloma (Mateo 3:16): Porque una paloma es símbolo de pureza, paz, y vuela en los cielos y fue usada como sacrificio por los pobres. Una promesa, dinero empeñado (2 Corintios 1:22): Porque El es la promesa y el Adelanto de nuestra herencia.
Un sello (Efesios 1:13):
Porque un sello protege, asegura y demuestra propiedad.
Fuego (Hechos 2:3):
Porque el fuego separa las partes impuras de las puras, limpia y purifica.
Aceite (Hechos 10:38):
Porque el aceite se usó para unción, sanidad, alimento y ardió para dar luz.
Agua (Juan 7:38):
Porque el agua es simple y sin embargo misteriosa. Es insípida, incolora, transparente y boyante. Puede sostener un gran barco. Se usa como transporte. El Espíritu Santo nos sostiene y transporta a través de este mundo hasta el Mundo Venidero. El agua limpia y refresca. Con agua hay vida, crecimiento y fructificación. Sin agua hay desierto.
Viento (Juan 3:8):
Porque no podemos ver el viento pero podemos ver sus resultados. Así como el viento sopla donde quiere, así el Espíritu de Dios. Da dones como quiere. El viento puede ser poderoso como un tornado o huracán, o ser una brisa refrescante.
Aliento: (Juan 20:22).
Sin aliento morimos. El aliento de Dios nos da vida. Tenemos vida e intimidad con Dios por Su Espíritu que habita en nosotros.
Vino:
Porque no debemos embriagarnos con vino, sino ser llenos del Espíritu Santo. (Efesios 5:18).
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¿QUIÉN PODRÍA SER REALMENTE EL ESPÍRITU SANTO?
El Espíritu Santo
Dijo Jesús: “Si me amáis, guardad mis mandamientos, y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que este con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14:15-17) Jesús manifestó, con toda claridad, que vendría otro Consolador para reconfortar a Su pueblo luego de Su partida.
Primeramente, leamos un versículo diferente, donde también se emplea el término otro. “Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.… Aconteció luego, al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día.” (1 Sam. 10:6-9) Saul se convirtió en otro hombre, aún cuando físicamente era la misma persona, la experiencia lo hizo ser otro hombre.
Jesús no concluyó su conversación en el versículo 17 de Juan 14. En el versículo inmediato siguiente, dice: “No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros.” (Juan 14:18) Jesús dijo a Sus discípulos que vendría como otro Consolador. Esto es bien entendible, puesto que la Escritúra nos dice quien es ese Consolador. El término griego parakletoV (parakletos) traducido como “Consolador,” se emplea cinco veces en la Biblia. En cuatro oportunidades el término se traduce como “Consolador,” y la quinta vez como “abogado.” “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis: y si alguno hubiere pecado, abogado (parakletos = Consolador) tiene para con el Padre, a Jesucristo el justo.” (1 Juan 2:1) Dios, claramente ha revelado que Jesucristo es nuestro Consolador.
El Señor es ese Espíritu
Espere un momento, ¿no dice la Biblia que el Consolador es el Espíritu Santo? (Vea Juan 14:26). Ciertamente es así. ¿Quién es el Espíritu Santo? La inspiración declara: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” (2 Cor. 3:17) El Señor es ese Espíritu, sin embargo, ¿quién es el Señor?
“Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y vosotros en él; y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.” (1 Cor. 8:6) Esto lo podríamos explicar mediante una serie de fórmulas matemáticas.
Jesucristo = el Señor.
El Señor = ese Espíritu
Por lo tanto, por carácter transitivo,
Jesucristo = ese Espíritu.
Efesios 4:4 nos dice que, “hay un cuerpo y un Espíritu.” Sólo hay un Espíritu y la Biblia nos informa que ese Espíritu es nuestro Señor Jesucristo, o más específicamente el Espíritu de nuestro Señor Jesucristo, que lo recibió de Su Padre. “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de Su Hijo el cual clama: ¡Abba, Padre!” (Gal. 4:6)
¿Qué exactamente es un Espíritu? De acuerdo con la concordancia de Strong, junto con muchos otros de origen griego, un espíritu es una “mente.” Cuando Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de Su Hijo, enviaba a nuestros corazones la mente o el pensar de Su Hijo. Dios nos pide que: “Haya, pues, en vosotros esta misma mente que había también en Cristo Jesús.” (Fil. 2:5) La mente o el Espíritu que tuvo Cristo, era el Espíritu de Su Padre. “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla, pues Dios no da el Espíritu por medida.” (Juan 3:34) Estudiemos lo que la Biblia tiene que decir acerca de un espíritu.
El concepto bíblico de “Espíritu”
“Y conociendo luego Jesús en su espíritu que convenían de esta manera, les dijo: ¿Porqué cavilan así en vuestros corazones?” (Mar. 2:8) Jesús percibió [griego, , “conocer, es decir, comprender”] en su Espíritu. El Espíritu de Jesús es donde él conocía y comprendía las cosas. El Espíritu de Jesús es la mente de Jesús.
“Y vino sobre mí el Espíritu [hebreo, ruwach] de Jehová, y me dijo: Dí: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestra mente [ruwach], yo las he entendido” (Eze. 11:5) En este texto, ruwach ha sido traducido como “espíritu” en un lugar, y como “mente” en otro. Se puede ver claramente, que el espíritu de un individuo es la mente o pensamiento de ese individuo. (Ver además Isa. 40:13 y Rom 11:34)
“¿A quién has anunciado palabras, Y de quién es el Espíritu que de él procede?” (Job 26:4) Cuando anunciamos o pronunciamos palabras, estamos revelando de que Espíritu proceden. Tenemos el espíritu del mundo, o el Espíritu de Dios, el cual es el Espíritu Santo. “Y no contristéis el Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Efe. 4:30)
Mucha gente sostiene que “el Espíritu Santo” y el “Espíritu de Dios” son dos cosas diferentes. Como se puede apreciar del versículo anterior, este no es el caso. La Biblia habla del “Espíritu Santo de Dios.” Dios Padre tiene Espíritu: “Porque no sois vosotros los que hablan, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.” (Mat. 10:20) Jesucristo tiene espíritu: “Porque sé que esto se me tornará a salud, por vuestra oración, y por la suministración del Espíritu de Jesucristo.” (Fil. 1:19) El Espíritu Santo, ¿tiene Espíritu? Algunos dicen que si, en tanto otros dicen que no. ¿Qué dice la Escritura? “El Espíritu Santo de Dios.” (Efe. 4:30) En ninguna parte de la Biblia se encuentra que diga “el Espíritu del Espíritu Santo.” ¿Por qué es así? ¿Será porque el Espíritu Santo es el Espíritu de Dios Padre y de Su unigénito Hijo? Como claramente establece la Escritura, el Padre tiene un Espíritu, y Su Hijo tiene un Espíritu, no obstante “hay un sólo Espíritu.” Evidentemente el Padre y Su Hijo comparten el mismo Espíritu en tanto son dos personas distintas. Esto es verdad, pues comparten un mismo pensar, un mismo objetivo, un mismo propósito.
El Padre ungió a Su Hijo con su propio Espíritu. De allí que comparten el mismo Espíritu. “Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.” (Heb. 1:9) “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habló; pues Dios no da el Espíritu por medida.” (Juan 3:34) Como se ha demostrado claramente, el Padre y el Hijo comparten un Espíritu. ¿Qué clase de Espíritu comparten? Con seguridad es el Santo Espíritu. La Biblia menciona diversos tipos de Espíritu. Leemos acerca de “espíritu impuro,” “espíritu de iniquidad,” “espíritu inmundo,” “espíritu mudo,” “espíritu excelente,” “espíritu humilde,” “espíritu herido,” “espíritu quebrantado,” “buen espíritu.” Todos estos espíritus se designan mediante un adjetivo que los describe. Sabemos que Dios Padre tiene un Espíritu, y puede ese Espíritu ¿ser algo menos que Santo? El término “Santo” es un adjetivo. “Santo Espíritu” no es un nombre propio, sino la descripción del Espíritu de Dios. Sabemos que Dios Padre tiene un nombre propio, que es “YHWH” conocido como Yahweh o Jehová, y el nombre propio de Su único unigénito Hijo es “Yahshua” o “Jesús.” Cabe preguntar, ¿cuál es el nombre propio del Espíritu Santo?
Nuestro Consolador
El tiempo y el espacio nos impiden abundar en detalle, pero el punto es, ¿quién es nuestro Consolador? La Biblia dice que nuestro Consolador es Jesucristo, quien nos puede confortar en todas nuestras tentaciones, pues él fue tentado en todo como tú y yo. “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.” (Heb. 2:18) Es “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.” (Col. 1:27) “Porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4) Porque Jesús sufrió al ser tentado, y se allega a nosotros de modo diferente como lo hizo anteriormente. Ciertamente puede denominarse “otro Consolador.” Jesús dijo: “No los dejaré desamparados, vendré a vosotros.”
El Espíritu Santo habrá de venir y convencer al mundo de pecado. “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” (Juan 16:8) “A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a Su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.” (Hech. 3:26) Es Jesús, luego de Su resurrección, quien se allega a nosotros para que volvamos del pecado. ¿Preferiría tener un Consolador que sabe por lo que atraviesa porque lo ha sufrido él mismo, o uno que no puede empatizar con usted?
Algunos podrían decir: “Jesús se refirió al Consolador como ‘él’, por lo tanto, debe ser otro.” No era inusual en los días de Jesús, hablar de uno mismo en tercera persona. En el Nuevo Testamento, encontramos este estilo de expresión. “Respondió entonces Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que él ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le, de modo que vosotros os maravilléis. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que él quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo.” (Juan 5:19-22) Jesús habló de sí mismo en tercera persona.
Salutaciones epistolares
Quince de los veintisiete libros del Nuevo Testamento, comienzan con una salutación similar al siguiente: “Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.” (2 Juan 3) Ninguna de todas las salutaciones, hacen mención a un tercer ser. Sólo se mencionan dos, el Padre y Su Hijo. De cierto que si hubiera otro tercer ser quien debía ser igualmente honrado, los autores del Nuevo Testamento lo hubieran incluido en estas salutaciones, pero no fue así. Jesús nos aclara con quien debemos tener relación.
Juan dice, “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión es verdaderamente con el Padre, y con Su Hijo Jesucristo.” (1 Juan 1:3) Ciertamente, si Juan hubiera tenido conocimiento de un tercer Dios, habría deseado que también tengamos comunión con él, pero no se hace mención de otro ser. Juan declara además: “Cualquiera que se extravía y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese si tiene al Padre y al Hijo.” (2 Juan 9) Esto concuerda con lo dicho por Zacarías. “Y le hablarás diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: El varón cuyo nombre es el RENUEVO, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado, y consejo de paz habrá entre ambos.” (Zac. 6:12, 13)
En conversación con los judíos, Jesús dijo: “Y en vuestra ley esta escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mi mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mi.” (Juan 8:17, 18) Si otro ser pudiera dar testimonio en su favor, Jesús lo habría incluido.
Pablo declara: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de Sus ángeles escogidos.” (1 Tim. 5:21) Pablo mencionó a los ángeles celestiales para testimoniar por el cargo dado a Timoteo. Hay que tener presente a quien llamó Pablo como testigo por él. Dios el Padre y el Señor Jesucristo son los primeros nombrados, pero Pablo no se detuvo allí. Nombró los ángeles de Dios también como testigos. Ciertamente si Pablo hubiese sabido de la existencia de un tercer ser, coigual con el Padre y Su Hijo, lo hubiera nombrado en éste versículo. Sin embargo, no hay indicio alguno de otro ser, lo que constituye clara evidencia que Pablo nada sabía acerca de un tercer dios.
La Escritura demuestra claramente que “hay un sólo Dios y Padre” y “un Señor Jesucristo.” (1 Cor. 8:6) y no un panteón de dioses formando la deidad.
La tema que estamos discutiendo es de importancia vital. Por favor toma el tiempo de examinarlo en mucho detalla. La única manera que un juez puede hacer un decisión justo es por examinar y pesar toda la evidencia. Les exhorto mucho que examinan toda la evidencia antes de hacer una decisión. “Al que responde antes de oír, le es insensatez y deshonra.” (Proverbios 18:13).
FUENTE:
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ES ACASO MENTIR AL ESPIRITU SANTO LO MISMO QUE MENTIR A DIOS?
¿Pedro le dijo: “Ananías, ¿cómo es que Satanás llenó tu corazón para mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte del precio del campo? ¿Es que mientras lo tenías no era tuyo, y una vez vendido no podías disponer del precio? ¿Por qué determinaste en tu corazón hacer esto? Nos has mentido a los hombres, sino a Dios.” Hechos 5:3-4
El único pasaje que pueden esgrimir los Trinitarios, como Don Pablito Santomauro, con la intención de probar que el Espíritu Santo es Dios es aquel que hemos anotado arriba. En realidad no hay ningún pasaje bíblico que nos hable directamente y sin rodeos de la Deidad del Espíritu Santo que éste de Hechos 5:3,4, el cual sólo sirve para inferir que el Espíritu Santo es Dios, pero nada más.
En realidad yo interpreto Hechos 5:3-4 como que mentir al Espíritu Santo es mentir al mismo Dios el Padre, puesto que el Espíritu Santo es de Dios, el Padre…¡no Dios! En ese sentido podemos decir que mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios…¡pero a Dios el Padre!
Por supuesto que no es necesario mencionar todos los pasajes bíblicos que nos hablan del “Espíritu Santo de Dios” en las Escrituras, porque supongo que ustedes ya los conocen perfectamente bien; aunque sería conveniente recalcar también que nunca encontraremos la locución “Dios Espíritu Santo” en ninguna parte de dichos “Santos Escritos”.
Recordemos que Jesús dijo en una ocasión que aquel que no lo recibe a él, tampoco recibe al Padre que lo envió (Mr. 9:37). Ahora bien, con esta declaración ningún “Trinoterco” en su sano juicio diría que Jesús está afirmando ser el Padre, salvo, claro está, que sea un Modalista convicto y confeso. También dijo Jesús que todo aquel que le ve a él, ve en realidad al Padre (Juan 14:9). Pero ningún Trinitario diría que en esta ocasión Jesús está diciendo que él es el mismísimo Padre. Asimismo, cuando uno intenta engañar o mentir al Espíritu de Dios, uno está tratando de mentir al dador de dicho Espíritu, es decir, al Padre. Para hacerlo más simple: Si uno rechaza al Embajador de cualquier país, en realidad uno está rechazando al mismo Presidente de la nación y a su pueblo.
Realmente tampoco creo que mi buen enemigo y detractor, el Sr. Pablo Santomauro, usaría este pasaje para probar la Deidad del Espíritu Santo, ¿o sí?
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En cuanto al Espíritu Santo, es oportuno señalar que jamás encontraremos en la Biblia que se le llame “Dios Espíritu Santo” sino más bien: “El Espíritu Santo DE Dios”. En Efesios 4:30 leemos: “Y no contristéis al Espíritu Santo DE DIOS...” Y Pablo habla del Espíritu Santo como perteneciendo al Padre: “...sino a Dios, quien también nos dio SU ESPUIRITU SANTO.” ( 1 Tesalonisenses 4:8).
Por otro lado, es curioso que el Espíritu Santo no aparezca con el Padre y el Hijo en los siguientes textos: Romanos 16:27; 1 Corintios 1:3,9; 8:6, 2 Corintios 1:2, Gálatas 1:3; 3:26, Efesios 1:2; 3:19; 5:5,20; 6:23, Filipenses 1:2, Colosenses 1:2; 2:2, 1 Tesalonisenses 1:1, 2 Tesalonisenses 1:1,2, 1 Timoteo 1:2, 2 Timoteo 1:2, Tito 1:4, Filemón 3, 1 Juan 1:3, 1 Juan 2:22, 2 Juan 3, Judas 1:1.
También es curioso que al Espíritu Santo jamás se le ve entronizado junto con el Padre y el Hijo. Ver Apocalipsis 7:10, 22:3. Tampoco ninguna oración es dirigida al Espíritu Santo. El Espíritu Santo se le describe como el PODER de Dios en los siguientes versículos: Hechos 1:8, 10:38, Lucas 1:35, 4:14, 5:17, Romanos 8:11, 15:13,19, Miqueas 3:8, 1 Corintios 2:4, 6:14, 1 Tesalonisenses 1:5. |
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Hechos 5:3,4: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de tu heredad?...no has mentido a los hombres sino a Dios.”
Los Trinitarios suelen utilizar este texto bíblico para “demostrar” que el Espíritu Santo es Dios. Ellos dicen que Ananías había mentido al Espíritu Santo, y poquito después le dice que había mentido a Dios. Aparentemente alguno podría deducir que el mismo Espíritu Santo es Dios, pero: ¿Es valedera esa deducción?¿No hay otra explicación plausible?
En nuestro país tenemos al “Edecán” del Presidente de la República. Cuando el Presidente no puede asistir a una reunión importante, manda a su Edecán para que asista por él. Pero ¿qué pasaría si el “Edecán” no recibiera las atenciones debidas a un Representante del Presidente?¿Acaso es al Edecán a quién se le está despreciando? NO---¡Sino al mismo Presidente! Igual ocurre con Ananías. Ananías no estaba engañando al Espíritu Santo DE DIOS, sino a Dios Padre, quien da Su Espíritu a sus hijos. Recordemos que Dios envió Su Espíritu Santo para darnos sus frutos. Si rechazamos o nos oponemos a Su Espíritu, nos oponemos a Él. No que el Espíritu sea el Padre Mismo, sino que es Su poder que nos ilumina, guía, y fortalece.
En Juan 13:20 Jesús dice que quien recibe a su enviado, le recibe a él. Por ejemplo, Jesús dijo que enviaría al Consolador, el Espíritu de Verdad (Juan 16:8). Si recibimos al Espíritu Santo estamos recibiendo a Jesús. ¿Acaso concluiremos que Jesús es el Espíritu Santo? También Jesús dijo que quien le recibe a él le recibe a Su Padre (el Enviador). ¿Es entonces Jesús el Padre?¡Por cierto que no! Lo que Cristo dice que quien le rechaza a él realmente está rechazando a Su Padre, quien es la fuente de nuestra vida. Si rechazamos al Espíritu Santo, estamos rechazando a Dios, quien es el Dador de Su Espíritu Santo.
Recordemos que el Espíritu Santo es de Dios, no ‘Dios Espíritu Santo’ como sostienen los Trinitarios. Aparte de este discutido versículo de Hechos 5:3,4 NO hay ningún otro versículo que se pudiera usar para demostrar la supuesta Deidad del Espíritu Santo. No obstante, la mayoría de versículos que hablan del Espíritu Santo no se dice que sea Adon, Adonai, o Kyrios , los cuales significan “Señor”.
Los Trinitarios luego usan 1 Corintios 3:16 para demostrar que el Espíritu Santo es Dios. Notaremos que se habla del “templo de Dios” y luego que el “Espíritu Santo mora en el creyente”. Deducen por esto que el Espíritu Santo es Dios. Pero lo que dice el texto es que los santos son el templo de Dios, porque Su Espíritu mora en ellos; pero eso no prueba que el Espíritu Santo sea DIOS mismo. Además notemos que el texto no puede contradecirse, pues allí dice que es el Espíritu de Dios que debe morar en el creyente. No dice que el ‘Dios Espíritu Santo’ debe morar en el creyente, cosa que esperaríamos que dijera si verdaderamente el Espíritu Santo fuera Dios mismo. ¡El Espíritu Santo DE DIOS no puede ser DIOS MISMO! |
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Juan 14:17,26; 15:26; 16:7,8, 13-15:
Los Trinitarios sostienen que el Espíritu Santo es un persona, pues aparecen pronombres masculinos (El Espíritu Santo). No obstante, todos los pronombres en Griego en relación al Espíritu Santo están en neutro. Lo interesante es que en nuestras Biblias el Espíritu Santo aparece a veces con pronombre masculino, en otra veces con el pronombre neutro. A veces en un mismo versículo el Espíritu Santo aparece con el género masculino y después en neutro y viceversa. ¿Por qué este cambio?
Este cambio se debe al hecho que en el Griego el género no está basado en el sexo, o no sexo, como en el español (Él, Ella), sino con la terminación de los sustantivos, a pesar del sexo o no sexo. Por ejemplo., la palabra Griega para Consolador es Parakletos, y es masculino, pero es un sustantivo que termina en ‘os’. Sólo en muy raras excepciones no se cumple este principio.
La palabra Griega para Espíritu es Pneuma, y es neutro porque es un sustantivo terminado en ‘ma’. ¿Por qué esto es así? Los pronombres en Griego deben concordar, entre otras formas, en género con los sustantivos a los que se refieren; por lo tanto, si se habla del Parakletos, éste tiene que ser masculino, y neutro si es Pneuma.
Así, con los géneros de los sustantivos usados en conexión con estas dos palabras no se puede inferir si el Espíritu Santo es o no una persona. Es imposible. Esto debe investigarse en las enseñanzas de todas las Escrituras en donde se usa el término Espíritu Santo.
Estaremos de acuerdo en afirmar que los sustantivos masculinos de Juan 14:17,26; 15:26; 16:7,8, 13-15 no prueban que el Espíritu Santo sea una persona, como tampoco los sustantivos neutros de estos pasajes no prueban que el Espíritu Santo no sea una persona.
Sin embargo, desde que es una costumbre llamar a la luna con el pronombre femenino, y al sol con el masculino, nosotros frecuentemente nos referimos al Espíritu Santo con pronombres masculinos, p-ero ello no significa que sea una persona.
No hay ningún pasaje bíblico en que sea le dé adoración al Espíritu Santo. Por tanto la Biblia no enseña ni manda a adorarlo. Pero entendiendo al Espíritu Santo en un sentido secundario---la propia disposición de Dios--- Su santa mente, corazón y voluntad---no diríamos que está mal reverenciarlo, entendiendo tal reverencia como para Dios el Padre en Su santo carácter.
Los Trinitarios creen que por el Espíritu Santo se creó todo (Génesis 1:2). Por tanto, dicen que el Espíritu Santo es Dios Todopoderoso, el Creador. Por supuesto que el Espíritu Santo intervino en la creación. Y es que el Espíritu Santo es el poder y la Sabiduría de Dios. En Salmos 33:6 se refiere a Su Palabra, como “el aliento(pneuma=espíritu)) de su boca”. Dios creó todo con Su Palabra (pneuma), la cual es poder y sabiduría.
La prueba más grande que tenemos que el Espíritu Santo es el poder de Dios---aunque hay muchas más--- se registra en Lucas 1:35. Allí el lector verá con claridad que el Espíritu Santo es el poder de Dios. |
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Lo que tú no sabes es quien es el espíritu Santo... tampoco aceptas que solo hay un DIOS, único y verdadero, el PADRE de Jesucristo, el DIOS de los judíos, YHWH, o jehova o yavhe como le dicen... (no es su nombre verdadero)...
Sin embargo te empeñas en hacer mentiroso a Jesucristo (Jua 17:3) y a Pablo 1Cor 8:6) pues para ti ellos no dijeron la verdad, sino que la verdad la tienes tú...
Sabes quien o que o quienes son el espíritu Santo?
Heb 1:13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? Heb 1:14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?
Jesucristo dijo que el espíritu Santo traería la revelación de las cosas que habrían de suceder... traería la revelación de Jesucristo... dijo que él lo enviaría... Para dar mesaje a todas las iglesias, a sus siervos...
¿Adivina a quien envió...?
Heb 1:7 Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego.
Jua 15:26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Jua 16:7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Apo 22:16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
Apo 1:1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
Apo 22:16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
Por cierto ese texto que dice los tres son uno... no está en todas las biblias...
Biblia NACAR Colunga... católica... obviamente trinitaria...
1Jn 5:7 Porque tres son los que testifican, el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres se reducen a uno solo. 1Jn 5:8 (TEXTO OMITIDO)
Que tengas buen día.
Efe 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
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11 RAZONES PARA RECHAZAR LA "SANTISIMA TRINIDAD"
Hablando de mentiras vamos con una de las mas gordas de la historia de la humanidad. Hoy en cierto blog del que normalmente discrepo se ha publicado una entrada acerca de la Trinidad. Y en esta ocasión no le falta razón cuando expone las razones que expone para rechazarla. Pero yo quería añadir las que ya expuse hace tiempo en el sitio del que disponía y publicaba anterior a este y así hacer una especie de complemento mas completo ya que hace tiempo que no se habla aquí de la mentira de la Trinidad. Juntando las ideas totales la conclusión a la que llegamos para deducir que la “Santísima Trinidad” no es una enseñanza bíblica vienen a ser estas:
- 1-Ni la palabra Trinidad, ni la doctrina explícita como tal, aparecen en el Nuevo Testamento. Pero ni siquiera en el antiguo podemos encontrar apoyo para ella, mas bien al contrario. Por ejemplo:
"Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un solo Jehová "(Deu. 6:4). Dios dice que él es el único
- 2-Miles de veces en toda la Biblia, se habla de Dios como una persona. Cuando habla, es como una persona íntegra. La Biblia no podía ser más clara al respecto. Como Dios dice: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas.” (Isaías 42:8)
- 3-Los escritores de la Biblia hubieran dejado claro que la Trinidad si hubiera sido verdadera, pero mas bien los escritores de la Biblia dejan muy claro es que Dios es una Persona, única, y sin particiones. Un Ser que no tiene igual: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro. Con la excepción de mí no hay Dios.”(Isaías 45:5)
- 4-“Tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra.”-Salmo 83:18.
Nadie más en la Biblia se llama El TODOPODEROSO
- 5-Jesús llamó a Dios “el único Dios verdadero.” (Juan 17:3)
- 6-Hech. 7:55, 56 informa que a Esteban se le dio una visión del cielo en la que vio “a Jesús de pie a la diestra de Dios”. Pero no se menciona que viera al espíritu santo.
- 7-Mat. 26:39: “Adelantándose un poco, se postró [Jesucristo] rostro en tierra, orando y diciendo: Padre mío, si es posible pase de mí esta copa; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como tú.” Si el Padre y el Hijo no fueran individuos distintos, dicha oración habría carecido de significado. Jesús hubiera estado orándose a sí mismo, y necesariamente la voluntad de él habría sido la voluntad de su Padre.
- 8-Juan 8:17, 18,Jesús contestó a los fariseos judíos: "En vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da también testimonio de mí.” Por eso, Jesús definitivamente se refirió a sí mismo como un ser separado y distinto del Padre.
- 9-Jesús nunca se refiere a Dios (Su Padre) como una deidad de personas en plural. Es por eso que en ninguna parte de la Biblia es llamado Todopoderoso, excepto Jehová. Si fuera lo contrario, entonces se anularía el sentido de la palabra “Todopoderoso”. Ni Jesús ni el espíritu santo son llamados así, porque Jehová es el único supremo.
- 10-Dios no podía tener la tentación de unirse a una causa contra sí mismo Jesús habla como quien fue ”tentado por el diablo.” Después de mostrar a Jesús “todos los reinos del mundo y la gloria”, dijo Satanás: “Todas estas cosas te daré si caes y haces un acto de adoración a mí.” (Mateo 4:8, 9). Satanás estaba tratando de provocar a Jesús para que fuese desleal a Dios. Pero, ¿qué prueba de lealtad sería ésta si Jesús fuera Dios? ¿Podría Dios rebelarse contra sí mismo? No, pero alguno que no fuera Dios podía rebelarse contra Dios. La tentación de Jesús sólo tendría sentido si él no fuera Dios, sino un individuo separado que tenía su propia voluntad, una que podría haber sido desleal si hubiera optado por ser un siervo. Por otro lado, es inimaginable que Dios pudiese pecar y ser desleal a sí mismo. “Perfecto es su actividad… Dios de verdad,… Justo y recto es él”. (Deuteronomio 32:4) Así que si Jesús hubiera sido Dios, no podría haber sido tentado.”Al estar bajo prueba, que nadie diga: “Dios me somete a prueba”. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie“. (Santiago 1:13.)
No siendo Dios, Jesús pudo haber sido desleal. Pero se mantuvo fiel, diciendo: “¡Vete, Satanás! Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”. Mateo 4:10. ¿Cómo puede Dios adorarse a él mismo y hablar en tercera persona?
- 11- En cuanto al espiritu santo como persona serian contradictorios estos textos: "y yo pediré al Padre, y él les dará otro ayudante que esté con ustedes para siempre, el espíritu de la verdad, que el mundo no puede recibir, porque ni lo contempla ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes y está en ustedes". (Juan 14:16, 17,) Aquí Jesús habla de el espíritu santo en tercera persona, por lo que la está separado de él.
" Pues bien, al oír Elisabet el saludo de María, la criatura saltó en su matriz; y Elisabet se llenó de espíritu santo" (Luc. 1:41). ¿Como puede llenarse una persona de otra persona? "Yo, por mi parte, los bautizo con agua a causa de su arrepentimiento; pero el que viene después de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de quitarle las sandalias. Ese los bautizará con espíritu santo y con fuego".(Mat. 3:11) "a saber, Jesús que era de Nazaret, cómo Dios lo ungió con espíritu santo y poder, y fue por la tierra haciendo bien y sanando a todos los [que eran] oprimidos por el Diablo; porque Dios estaba con él". (Hech. 10:38) Está claro que estas ultimas referencias al espíritu santo no corresponden a una persona. Para comprender lo que la Biblia en conjunto enseña, hay que considerar todos estos textos. Los primeros textos citados aquí emplean lenguaje figurado para personificar al espíritu santo de Dios, su fuerza activa, así como la Biblia también personifica la sabiduría, el pecado, la muerte, el agua y la sangre. |
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Saludos Andres Barahona.
Sinoptico proviene de SYN (con) y OPTICO (vista, mirada, optica, perspectiva)
En este caso, es leer en forma paralela los evangelios de Mateo, Marcos, y Lucas, que coinciden para tener una perspectiva uniforme del evangeio.
No se le estudia conjuntamente con el de Juan, porque este es completemente diferente a los otros tres evangelios y desmiente lo que dicen los anteriores.
Acerca de loque eran los gnosticos, no le creas a Luis Arturo Ayarza, el psee mucha ignorancia todavia.
Los gnosticos eran los griegos que practicaban el misticismo, y que aceptaron el evangelio y reconocieron a Yeshua como el mesias.
El gnsoticismo estaba en contra de la pura fe ciega, pues la gnosis es la epifanía o experiencia mistica de los sucesos narrados.
Asi como Esteban que al estar proximo a la muerte, entro en extasis mistico o expèriencia religiosa, vio que se rasgaron los cielos y vio a Yeshua sentado ala derecha del DIos todopoderoso.
Pero como muchas gentes tenian experiencias religiosas que no eran acordes a leseanza del evangelio, Saulo de Tarso utiliza el vocablo griego EPIGNOSIS, conocimiento exacto, conocimiento correcto, para enseñar que no solamente basta con una simple experiencia gnsotica sino que se ocupa tener completa EPIGNOSIS.
GNOSIS signfica conocimiento, ya sea intelectual o mistico.
Es como la experiencia de recibir a la Pneuma Santa que los ignorantes la confunden como persona masculina.
Quien ha recibido la Pneuma sana de D-ios, sabe perfectamente que se trata de la fuerza de DIos que activa el alma, y que no se trata de una 3era persona masculina, porque la EPIGNOSIS que Pavlo nos recomienda nos enseña eso.
Espiritu es un vocablo masculino de origen catolico latino, y que no representa con fidelidad a los vocsablos hebreo y griego.
RUAJ en hebreo es femenino
TO PNEUMA en griego es una palabra femenina pr terminar en a, y utiliza un articulo neutro por tratarse de una cosa y no de una persona.
Esto tambien es GNOSIS (vconocimiento) o mejor dicho EPIGNOSIS (conocimiento exacto o correcto) tal como exhortaba Saulo en sus cartas a los Corintios. |
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Message 27 of 28 on the subject |
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From: NeLu |
Sent: 17/06/2014 19:39 |
Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad, es Dios. Verdadero Dios como lo son el Padre y el Hijo. Es el Amor del Padre y el Hijo.
El Espíritu Santo está presente de modo especial en la Iglesia, comunidad de quienes creen en Cristo como el Señor. Ayuda a su iglesia a que continúe la obra de Cristo en el mundo. Su presencia da gracia a los fieles para unirse más a Dios y entre sí en amor sincero, cumpliendo sus deberes con Dios y los demás. La gracia y vida divina que prodiga hacen a la Iglesia ser mucho más grata a Dios; la hace crecer con el poder del Evangelio; la renueva con sus dones y la lleva a unión perfecta con Jesús.
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Message 28 of 28 on the subject |
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Reflexiones sobre la Santísima Trinidad de Dios.
Una de las particularidades que une a la gran mayoría de los cristianos es la de reconocer a Dios como un ser trinito, es decir: creemos en un único Dios como el motivo de nuestra fe, pero que al mismo tiempo sabemos que son tres personas realmente distintas las que lo conforman, Padre Hijo y Espíritu Santo.
Este conocimiento que nos afirma lo anterior, el hombre cristiano lo ha hecho suyo por la enseñanza que ha recibido de su fe cristiana pero sin querer interesarse por conocer un poco más de lo que le ha sido enseñado a través de la religión tradicional de sus padres. Van pasando los años y seguimos viviendo en ese concepto, sin ponernos a reflexionar en él, ya que sentimos que debemos respetar esa tradición religiosa familiar sin querer conocer más de ello a través del estudio, reflexión y meditación en la Palabra de Jesús plasmada en el Nuevo Testamento.
Así las cosas, el hombre y la mujer pasan demasiado tiempo en esa situación de ignorancia, promovida muchas veces por algunos líderes o representantes religiosos al limitar el conocimiento de Dios únicamente a lo que ellos enseñan, y la verdad ese enseñar no promueve ir más allá de lo tradicional, es decir: de lo que también les ha sido enseñado al libre albedrío de los jerarcas religiosos, y por lo tanto, a su voluntad y conveniencia humana. Esto se ha dado porque el hombre, sin darse cabal cuenta de ello, a sido enseñado a llevar su fe o su religión de una manera cómoda que le permita llevar su vida sin muchos obstáculos, dejando fluir libremente su voluntad humana y no la voluntad de Dios.
Esta situación la vivimos la inmensa mayoría de los seres humanos muchísimo tiempo, y eso hace que sea demasiado difícil el darnos cuenta y aceptar, que vivimos en una situación de ignorancia y comodidad, respecto a las cosas de Dios por la forma en que hemos sido conducidos en nuestra fe, y esto nos ha llevado a desconocer más de la cuenta con respecto a la santísima trinidad de Dios, e inclusive muchos aceptan otros conceptos distintos que hacen tambalear su fe cristiana pero que podrían cancelarlos muy fácilmente si empezaran por abrir su Biblia y después abrieran su mente hacia lo espiritual para que su libre albedrío sea convertido en la llave espiritual que les hará ser conducidos por el Espíritu Santo al discernimiento espiritual y no al razonamiento humano, para conocer el tiempo, el orden y propósito de Dios al habernos hecho a su imagen y semejanza.
Para adentrarnos en el conocimiento acerca de la Trinidad de Dios, deberemos estar bien atentos para discernir con la dirección del Espíritu Santo, la Palabra de Dios en su nivel espiritual, es decir: deberemos de meditar y reflexionar seria y profundamente en la Palabra de Jesús contenida en el Nuevo Testamento para que su esencia espiritual sea en nosotros y discernir, que no a razonar, esa enseñanza, permitiendo que nuestra mente se abra a lo espiritual utilizando la llave del libre albedrío para hacerlo, dejando a un lado el razonamiento tradicional humano que nos obliga a pensar en la forma en que estamos acostumbrados o nos han acostumbrado, y por lo consiguiente a no encontrar lo que se encuentra velado a los ojos del hombre porque éste está sumido en normas, formas y métodos de humana sabiduría.
Debemos de permitir que se ilumine nuestra mirada interior para ser participados a través del Espíritu Santo del discernimiento espiritual bíblico a través de leer, estudiar y meditar profundamente la Palabra de Jesús para guardar y enseñar a cumplir sus mandatos fielmente como la voluntad de Dios, cultivando adecuadamente la semilla de la fe que Dios puso en todo ser humano para producir el Fruto del Espíritu al hacer nuestra su Palabra cuando dice:
"Ustedes serán mis verdaderos discípulos si guardan siempre mi palabra, entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres."
Juan cap. 8: vers. 31 y 32
Así, pues, si verdaderamente anhelamos recibir los dones y el Fruto del Espíritu, guardemos verdaderamente su Palabra siguiendo su enseñanza en su nivel espiritual y cambiemos nuestros pensamientos tradicionalmente materialistas, pues solo así iremos recibiendo gradualmente, a través del Espíritu de Verdad, el discernimiento necesario para entender las verdades espirituales bíblicas que seguirán estando veladas al conocimiento tradicional humano.
Así, pues, preparémonos a reflexionar en lo que el Espíritu Santo ha puesto en estas líneas, pidiéndole al Padre, en el Nombre de Jesús de Nazaret, poder discernir y entender quién es la Santísima Trinidad, y ver la imagen y semejanza que el hombre guarda con ella así como también la trinidad puesta en todas las cosas creadas por él.
Preguntémonos: ¿En que condiciones de conocimiento espiritual nos encontramos con respecto a la Trinidad de Dios? Muchísima gente deberíamos de responder que indudablemente nos encontramos muy ignorantes, ya que en realidad no la entendemos ni comprendemos como debería de ser, puesto que lo que conocemos de ella es lo que hemos aprendido de acuerdo a tradiciones que nos han limitado en ese conocimiento, lo que ha traído como consecuencia, que muchos seamos perturbados por personas que al no tener una información más clara y natural de ello, nos quieran hacer caer en la tentación de sumarnos a quienes dudan o niegan la existencia de la Trinidad de Dios porque para ellos no es suficiente su aceptación por fe, ya que la sabiduría humana no puede concebir a una persona como si en él viviera una familia, es decir: el padre, la madre y el hijo, pues el humano razonamiento dice: En una familia el padre es el productor de la semilla de su especie y que siembra en el vientre fértil de su esposa, quien después de cumplir el ciclo de la gestación, da a luz al hijo, y estos hechos le dan a cada uno de los miembros de esa familia el ser único e individual, porque cada uno de ellos se formó en un tiempo y en un espacio particular, por lo tanto, ese razonamiento el hombre lo toma como cosa verdadera, y por lo consiguiente cree que también lo es en lo espiritual, porque piensa o cree que todas las cosas de este mundo material son reproducidas en el mundo espiritual, y he allí el error, porque la realidad, es que toda verdad es paralela del mundo espiritual al mundo material, puesto que todo tiene su origen en el mundo espiritual, ya que todo fue formado por Dios Espíritu cuando así lo dispuso.
Conociendo y tratando de entender lo anterior, podremos entrar al fundamento original bíblico, y comprender, conforme a ello, que todas las maravillas naturales, físicas y materiales de este mundo tienen su origen en el mundo espiritual de Dios, por lo que deberíamos tener mucho cuidado para no adaptar ese conocimiento a nuestra voluntad y conveniencia humana, sino por el contrario, aprovechar y utilizar los conocimientos de sabiduría humana para poder alcanzar el conocimiento espiritual que nos conduzca al amor, la paz, la tranquilidad, la felicidad, la salud mental y la prosperidad que todos en mayor o menor medida deseamos.
Así pues, si nos ponemos a estudiar y meditar en el Nuevo Testamento, veremos como la Trinidad de Dios es manifestada cuando la Palabra en el Evangelio de Mateo dice en el cap. 28: versículos 18 y 19.
"Todo poder se me ha dado en el Cielo y en la tierra, por eso vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado."
En 1Corintios. 12: 4-6 dice:
"Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra todo en todos."
En la segunda carta a los corintios cap. 2: versículos 13 y 14, dice:
"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes."
Y en la primera carta a los tesalonicenses cap. 5: versículo 23, dice:
"Guárdense enteramente sin mancha en todo su espíritu, su alma y su cuerpo."
¿Todo lo que la Palabra anterior nos está comunicando, nos está diciendo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es la Trinidad manifiesta de Dios? ¿Que en todas las cosas también se manifiesta una trinidad? ¿Que el espíritu, alma y cuerpo humano forman un solo ser? ¿Que en todos los casos esas tres personalidades realmente distintas son iguales en eternidad, poder y sustancia?
Si nos adentramos en el conocimiento de sabiduría humana para conocer lo anterior, veremos que en el ser humano, en los diccionarios de la lengua española, dicen que: el cuerpo, el alma y el espíritu son las personalidades que lo conforman, y si los cristianos y no cristianos lo hemos aceptado, este conocimiento nos debería conducir a reconocer que el hombre desciende por origen de la Trinidad manifestada en Dios.
¿Cómo podríamos reconocer esto tomando como base el conocimiento de sabiduría humana? Para que esto sea posible, pidamos la conducción al Espíritu Santo para que él tome el control de todo lo que se ha puesto como ejemplo y seamos guiados a comprender aún mejor la relación de lo espiritual en el mundo material. Veamos, tomemos como punto de partida el H2O como base, a esta base la conocemos como agua, la cual podrá ser líquida, sólida, o vapor, son tres estados diferentes, más sin embargo los tres están compuestos de la misma base H2O, es decir, diferentes en su estado pero iguales en su origen.
Lo verdaderamente maravilloso, es que también aparte de esa diferencia en su estado, la función en cada uno de ellos es también diferente, pues el agua líquida sirve mas que nada para satisfacer una necesidad primordial en los seres vivos, el agua sólida sirve para conservar en buen estado muchos elementos para la vida humana, y el vapor, sirve para proporcionar poderosa energía, incluyendo la producción de la energía atómica, para diversas necesidades del hombre.
Veamos otro ejemplo: En el ámbito del conocimiento popular en lo humano y espiritual, sabemos que nuestro ser está formado por tres personalidades distintas; a saber: el yo cuerpo, el yo alma y el yo espíritu, y que esas tres personalidades forman nuestro ser humano, y lo que le da la esencia, la sustancia y el tiempo en lo humano y en lo espiritual, es la unificación correcta de esas tres personalidades. Así que deberíamos de ir más allá de nuestras apreciaciones tradicionales para saber y entender, que cada una de estas personalidades tiene una función específica y exacta para que nuestro ser humano pueda desarrollarse en la forma adecuada y pueda ser cumplido el orden y el propósito de Dios en nosotros.
Preguntémonos: ¿En que condiciones de conocimiento espiritual nos encontramos con respecto a la Trinidad de Dios? Muchísima gente deberíamos de responder que indudablemente nos encontramos muy ignorantes, ya que en realidad no la entendemos ni comprendemos como debería de ser, puesto que lo que conocemos de ella es lo que hemos aprendido de acuerdo a tradiciones que nos han limitado en ese conocimiento, lo que ha traído como consecuencia, que muchos seamos perturbados por personas que al no tener una información más clara y natural de ello, nos quieran hacer caer en la tentación de sumarnos a quienes dudan o niegan la existencia de la Trinidad de Dios porque para ellos no es suficiente su aceptación por fe, ya que la sabiduría humana no puede concebir a una persona como si en él viviera una familia, es decir: el padre, la madre y el hijo, pues el humano razonamiento dice:
En una familia el padre es el productor de la semilla de su especie y que siembra en el vientre fértil de su esposa, quien después de cumplir el ciclo de la gestación, da a luz al hijo, y estos hechos le dan a cada uno de los miembros de esa familia el ser único e individual, porque cada uno de ellos se formó en un tiempo y en un espacio particular, por lo tanto, ese razonamiento el hombre lo toma como cosa verdadera, y por lo consiguiente cree que también lo es en lo espiritual, porque piensa o cree que todas las cosas de este mundo material son reproducidas en el mundo espiritual, y he allí el error, porque la realidad, es que toda verdad es paralela del mundo espiritual al mundo material, puesto que todo tiene su origen en el mundo espiritual, ya que todo fue formado por Dios Espíritu cuando así lo dispuso.
Conociendo y tratando de entender lo anterior, podremos entrar al fundamento original bíblico, y comprender, conforme a ello, que todas las maravillas naturales, físicas y materiales de este mundo tienen su origen en el mundo espiritual de Dios, por lo que deberíamos tener mucho cuidado para no adaptar ese conocimiento a nuestra voluntad y conveniencia humana, sino por el contrario, aprovechar y utilizar los conocimientos de sabiduría humana para poder alcanzar el conocimiento espiritual que nos conduzca al amor, la paz, la tranquilidad, la felicidad, la salud mental y la prosperidad que todos en mayor o menor medida deseamos.
Así pues, si nos ponemos a estudiar y meditar en el Nuevo Testamento, veremos como la Trinidad de Dios es manifestada cuando la Palabra en el Evangelio de Mateo dice en el cap. 28: versículos 18 y 19.
"Todo poder se me ha dado en el Cielo y en la tierra, por eso vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado."
En 1Corintios. 12: 4-6 dice:
"Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra todo en todos."
En la segunda carta a los corintios cap. 2: versículos 13 y 14, dice:
"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes."
Y en la primera carta a los tesalonicenses cap. 5: versículo 23, dice:
"Guárdense enteramente sin mancha en todo su espíritu, su alma y su cuerpo."
¿Todo lo que la Palabra anterior nos está comunicando, nos está diciendo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es la Trinidad manifiesta de Dios? ¿Que en todas las cosas también se manifiesta una trinidad? ¿Que el espíritu, alma y cuerpo humano forman un solo ser? ¿Que en todos los casos esas tres personalidades realmente distintas son iguales en eternidad, poder y sustancia?
Si nos adentramos en el conocimiento de sabiduría humana para conocer lo anterior, veremos que en el ser humano, en los diccionarios de la lengua española, dicen que: el cuerpo, el alma y el espíritu son las personalidades que lo conforman, y si los cristianos y no cristianos lo hemos aceptado, este conocimiento nos debería conducir a reconocer que el hombre desciende por origen de la Trinidad manifestada en Dios.
¿Cómo podríamos reconocer esto tomando como base el conocimiento de sabiduría humana? Para que esto sea posible, pidamos la conducción al Espíritu Santo para que él tome el control de todo lo que se ha puesto como ejemplo y seamos guiados a comprender aún mejor la relación de lo espiritual en el mundo material. Veamos, tomemos como punto de partida el H2O como base, a esta base la conocemos como agua, la cual podrá ser líquida, sólida, o vapor, son tres estados diferentes, más sin embargo los tres están compuestos de la misma base H2O, es decir, diferentes en su estado pero iguales en su origen.
Lo verdaderamente maravilloso, es que también aparte de esa diferencia en su estado, la función en cada uno de ellos es también diferente, pues el agua líquida sirve mas que nada para satisfacer una necesidad primordial en los seres vivos, el agua sólida sirve para conservar en buen estado muchos elementos para la vida humana, y el vapor, sirve para proporcionar poderosa energía, incluyendo la producción de la energía atómica, para diversas necesidades del hombre.
Veamos otro ejemplo: En el ámbito del conocimiento popular en lo humano y espiritual, sabemos que nuestro ser está formado por tres personalidades distintas; a saber: el yo cuerpo, el yo alma y el yo espíritu, y que esas tres personalidades forman nuestro ser humano, y lo que le da la esencia, la sustancia y el tiempo en lo humano y en lo espiritual, es la unificación correcta de esas tres personalidades. Así que deberíamos de ir más allá de nuestras apreciaciones tradicionales para saber y entender, que cada una de estas personalidades tiene una función específica y exacta para que nuestro ser humano pueda desarrollarse en la forma adecuada y pueda ser cumplido el orden y el propósito de Dios en nosotros.
Ahora ya tenemos un fundamento más natural acerca de la Santísima Trinidad de Dios que nos proporciona la certeza y la convicción de la verdad espiritual que en ella se encierra para no dudar ni descalificarla, ya que quienes se atreven a hacerlo, se basan en estudios de profesionales de las letras o conocedor de hechos históricos; en hombres y mujeres con un vasto conocimiento en lo histórico, religioso o en lo físico, pero con poco menos que nada del discernimiento espiritual que mana de la fe de Dios en Nuestro Señor Jesucristo.
Ahora ya tenemos cierta información de dónde tiene su origen cualquier cosa, hecho o situación natural, y que ese lugar, ese origen se encuentra en el mundo espiritual, y que por el discernimiento recibido del Espíritu Santo a través de estas líneas tenemos la visión espiritual de la Santísima Trinidad de Dios, y si aceptamos la trinidad en los ejemplos anteriores, incluyendo la del hombre, tenemos, por lógica espiritual, conocida como Rhema e inclusive por lógica humana, que aceptar la Santísima Trinidad de Dios a través de la revelación espiritual recibida.
Para reafirmar el gran misterio de la Santísima Trinidad de Dios, tomemos como ejemplo el paralelo que las empresas, e inclusive, las funciones políticas del hombre guardan con ella.
El poder de Toda empresa deberá ser tripartita, y esa condición es la que les da el sentido correcto a las mismas, es decir, Dirección, Ejecución y Control; Las empresas que no cuenten con el poder de esas tres personalidades o divisiones, o no cumplan cabalmente con sus estatutos, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.
El poder del Gobierno natural de las naciones deberá de ser tripartita, ya que esa condición es la que les da sentido a las mismas, es decir, Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, y Poder Judicial, ( o sus equivalentes). Las naciones que no cuenten con esos poderes o personalidades, o no cumplan fielmente con sus estatutos, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.
El poder de Dios es tripartita, y ese Poder es el que le debe de dar el sentido a la fe cristiana, Poder del Padre, Poder del Hijo, y Poder del Espíritu Santo. Las denominaciones y congregaciones cristianas que no den la importancia debida al Poder de esas tres Personalidades o no cumplan cabalmente con sus estatutos revelados a través del Nuevo Testamento, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.
El ser humano creyente de Jesús que no deje regir su vida por el Poder de la Santísima Trinidad y no cumpla fielmente con los estatutos plasmados en su Palabra en el Nuevo Testamento, jamás será prosperado en la forma correcta. Dios dijo: “Hagamos al hombre a Nuestra Imagen y Semejanza”
(Génesis 1:26.)
Por lo tanto podría decirse que el hombre es reflejo de Dios, es decir: Dios en el Padre, hombre en el cuerpo; Dios en el Hijo, hombre en el alma; Dios en el Espíritu Santo, hombre en el espíritu.
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