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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: BARILOCHENSE6999  (Mensaje original) Enviado: 10/01/2013 16:28
 

Le agradezco que en su contrarréplica empiece reconociendo errores y presentando disculpas. En primer lugar, Ud. se refiere al ‘diámetro de la pelota dorada’ que coronaba la Gran Pirámide y que en su primer escrito consideraba en metros, y no en codos reales, con lo cual casi doblaba su medida. Pero permítame un matiz: En geometría, al sólido de superficie curva cuyos puntos equidistan de un punto situado en su interior (el centro) se le llama ‘esfera’, y no ‘pelota’. Como Ud. sabe, la esfera es la forma geométrica que domina el universo, ya que estrellas y planetas son volúmenes esféricos. Es por ello que los pitagóricos hablaban de ‘la música de las esferas’ —y no de ‘la música de las pelotas’— como un componente de la armonía universal.

En segundo lugar, Ud. escribe que de haber recordado el cordial encuentro que tuvimos en Barcelona, el tono de su artículo ‘no hubiera sido tan ácido’. Se lo agradezco. Pero personalmente le diré, Dr. Parra, que conozca o no a mi interlocutor, sea lector mío o no, mi tono siempre es el mismo: El del obligado respeto. ¿Y sabe por qué?… Por educación y por convencimiento. Porque sé que no estoy en posesión de ninguna verdad absoluta, suelo ser comedido.

No obstante, Ud. después de disculparse, añade que ‘las críticas (…) hubieran sido exactamente las mismas’. ¿Cómo puede mantener sus críticas sin haberse informado más?… ¿No ve que sigue hablando sin conocimiento de causa, lo cual descalifica su opinión?

Mire Ud., la Gran Pirámide es el monumento más importante de la Arquitectura del pasado. Y si los arquitectos sabemos de algo, es de Arquitectura. Para hacer proyectos y ejecutar obras aplicamos, cotidianamente, la geometría y las matemáticas que se hallan en nuestro programa de estudios. Por otra parte, la experiencia de proyectar y el estudio de su cultura nos permiten acercarnos a los universos mentales de los arquitectos que concibieron los monumentos investigados, y nos permiten intuir cuales fueron los caminos que pudieron seguir al diseñarlos. El conocimiento de los instrumentos científicos de proyecto usados por la Arquitectura, y la experiencia de la intuición asociada al proceso creativo, nos permiten acercarnos con ciertas garantías a cualquier arquitectura preexistente. Y no lo olvide: La Gran Pirámide es, ante todo, Arquitectura.

Ello no obsta para reconocer la importancia de las otras disciplinas que ayudan a comprender la obra arquitectónica. Así, los estudios y mediciones realizados por otros profesionales han sido básicos para documentar y orientar la reconstrucción del modelo original de la Gran Pirámide.

Es por ello que desde una única disciplina del conocimiento, nadie puede alegar ningún derecho adquirido que le lleve a intentar expulsar a las demás disciplinas de la investigación egiptológica. Lo afirmo porque, a causa de la violencia emocional que su escrito contenía, la impresión que me causó, es que Ud. sentía como si algún extraño que usaba un lenguaje desconocido, invadiera una parcela de su propiedad intelectual. En este contexto, su precisión de que en sus palabras no hay una propuesta de censura cultural, parece una justificación necesaria, porque de su redactado se podía deducir que la Gran Pirámide hubiera de ser un ámbito restringido de lo que Ud. llama ‘especialistas’ a quienes los periodistas habrían de consultar antes de publicar informaciones sobre ella. —Y además, ¿no se da Ud. cuenta que la única profesión auténticamente especialista en Arquitectura es, justamente, la de arquitecto?

Por todo ello, la Gran Pirámide no puede ser un coto cerrado de ninguna profesión: Ni de los arquitectos por el hecho de ser Arquitectura, ni de los historiadores y arqueólogos porque sean ellos quienes más la han estudiado y quienes hasta hoy han hecho las aportaciones más decisivas.

Por eso le proponía colaborar. Y porque tengo la experiencia de haber dirigido durante años un equipo pluridisciplinar para investigar y proteger nuestro patrimonio arquitectónico, en el que participaron historiadores, arqueólogos y abogados. Y le aseguro que no se me ocurrió nunca descalificar a los demás profesionales ni entrometerme en sus trabajos específicos. Es por eso que le sugiero a Ud. que no juzgue el trabajo de un arquitecto si no dispone de la misma preparación disciplinar que él, si no tiene un conocimiento suficiente, por ejemplo, de matemáticas y geometría.

Pero es que además, cuando me discute las medidas generales de la Gran Pirámide, entra en contradicción con Ud. mismo, ya que en sus libros da iguales medidas de la base (440 cr, pág. 49 de ‘Las Pirámides’ y pág. 190 de la ‘Historia de las Pirámides de Egipto’), y de la altura (280 cr en la misma pág. 190 del segundo de ellos).  Y le añadiré que el promedio de las medidas de los cuatro lados de la base de la Gran Pirámide es 230,364 m, sólo 2,3 cm inferior a los 440 cr, por lo que el error medio sería de 1/10.000ª, es decir, que por cada 100 m habrían acumulado 1 cm de diferencia. —Si Ud. hubiera construido algún edificio, sabría la dificultad de evitar, en la obra, pequeñas desviaciones respecto del proyecto.

Por todo ello, la única reconstrucción informática posible será la del modelo original de la Gran Pirámide, la de la forma proyectada. Porque los arquitectos, Dr. Parra, solemos trabajar sobre ideas, sobre modelos geométricos y matemáticos que representan concepciones intelectuales expresadas en las medidas y las proporciones que las representan. Y el modelo original de la Gran Pirámide es el que contendrá información sobre el saber de los sacerdotes-arquitectos que la proyectaron.
Si seguimos con sus observaciones, le diré que confunde Ud. el perímetro de la base de la pirámide de 1.760 cr, con el perímetro del monumento, que incorpora todas las aristas incluso las del zócalo y las apotemas. Es por ello que suma 8.388 cr. Además, no es cierto que yo haya escrito ‘que un codo real son 0,5235 m’, que es la medida que recoge Ud. en sus libros, sino que es 0,5236 m como está mayoritariamente documentado, o para ser más exactos 0,523606797 m, longitud que corresponde a la 5ª parte del cuadrado de la Proporción Áurea (Φ = 1,618033989).

En cuanto a lo que Ud. llama ‘uno de mis grandes ‘descubrimientos’’ refiriéndose al uso de coordenadas geográficas asociadas al Monte Everest, le sugiero que evite sus comillas irónicas hasta que no consiga demostrar que no son ciertos. Créame, es de sabios rectificar, pero es de más sabios no errar.

No obstante, si que acierta al afirmar que ‘creo no equivocarme si considero que el uso del Everest como referencia geográfica se debió a que es la montaña más alta del planeta’. Pero a partir de ahí se explica a Ud. mismo un largo chiste sobre los egipcios viajando por la Tierra y midiendo todos los montes del planeta. Al respecto, le haré una reflexión: Si consideramos que nuestra civilización ha tardado 6 milenios en desarrollarse y que el ‘homo sapiens’ tiene una antigüedad de por lo menos 40.000 años, ¿no le parecería lógico preguntarse si en los 34.000 años restantes pudo haber evolucionado el conocimiento humano en algún lugar del planeta hasta un nivel similar al que encontramos en la Gran Pirámide?… ¿No le parece que hay suficientes enigmas distribuidos por toda la Tierra como para abrir la puerta a esa posibilidad?

En cuanto al Diluvio, Ud. me pregunta: ‘¿Realmente considera que el Génesis describe acontecimientos históricos?’… En general, la única respuesta posible es no. Pero a su vez, le interrogo: ¿No se ha preguntado Ud. por qué razón diversas civilizaciones del Mediterráneo Oriental y de Oriente Medio hablan del Diluvio?… ¿No se ha preguntado Ud. por qué el mito del génesis egipcio —común a las cosmogonías de Heliópolis y de Hermópolis Magna, entre otras— nos habla del Nun, del Océano Primigenio que cubría toda la Tierra?… ¿No se ha preguntado Ud. si los mitos podían contener información que configurara alguna forma de protohistoria?… ¿No sabe Ud. que Schliemann se basó en la mitología griega, en la Ilíada, para descubrir Troya?
En cuanto a que la Gran Pirámide conmemora el Milenario del Diluvio, si aceptamos que las pirámides fueron tumbas, ¿no se ha preguntado Ud. por qué Snefru, el padre de Keops, construyó tres pirámides para un solo cadáver, el suyo, con un volumen conjunto bastante superior al de la Gran Pirámide?… ¿No le parece que una respuesta posible es que tenía una fecha fija en el horizonte, una cita con la historia?

Por otra parte, la Gran Pirámide presenta diversas pruebas de que sus arquitectos conocían las medidas de la Tierra. Y si su ubicación de acuerdo con un sistema de coordenadas geográficas referido al ecuador y a un meridiano 0 situado en el Monte Everest es hoy una evidencia irrefutable matemáticamente, todavía es una evidencia inexplicada. Al respecto, le diré que hay descubrimientos de la ciencia que durante mucho tiempo han sido evidencias inexplicadas, auténticos enigmas. Así, hasta hace poco más de cinco siglos se creía que la Tierra era plana. Entonces era inexplicable que la torre del vigía fuera lo último que se veía de los barcos antes de desaparecer por el horizonte. Pero este enigma tuvo una solución lógica: La superficie terrestre era curva y la Tierra se asemejaba a una esfera. Pues mire Ud., ¡eso ya lo sabían los antiguos egipcios!… Porque si a la Gran Pirámide le dieron como nombre oficial ‘el Horizonte de Khufu’ fue a causa de la medida y del área del horizonte de visión generado al situar un ojo en el centro de la esfera de coronación, que simbolizaría el Udyat  u Ojo de Horus y que como está documentado, se halla asociado a seis fracciones matemáticas: 1/2, 1/4, 1/8, 1/16, 1/32 y 1/64.

Al referirse al conocimiento del Everest por parte de los arquitectos de la Gran Pirámide, Ud. afirma que ‘requiere repensar toda la historia del mundo Antiguo.’… ¿Y si ello fuera necesario?… La ciencia evoluciona siempre, Dr. Parra. Lo que hoy se da por cierto, mañana está en duda. Recuerde a Ortega y Gasset: ‘La ciencia consiste en sustituir el saber que parecía seguro por una teoría, o sea, por algo problemático.’

Pero ante el vértigo de lo desconocido, Ud. escribe: ‘De ahí la crítica a su doctorado. Teniendo en cuenta las importantes implicaciones históricas de sus conclusiones matemáticas, me pregunto si hubo, no ya un egiptólogo, sino algún historiador entre los miembros de su tribunal.’ Y a pesar de que en él he investigado el monumento más importante de la Arquitectura de la Antigüedad, Ud. añade: ‘Porque dadas sus conclusiones, su presencia era imprescindible para valorar su trabajo adecuadamente y de forma objetiva’. Es decir, según Ud. un historiador es imprescindible para valorar objetivamente el trabajo de investigación de un arquitecto. Perdone, Dr. Parra, el programa de sus estudios universitarios, ¿cuántas asignaturas de geometría y matemáticas contiene?… ¿No le parece que otra vez sobrevalora su especialidad como una forma de sobrevalorarse a Ud. mismo?
Por todo ello, le agradecería que deje en paz mi doctorado. Porque a pesar de que Ud. incumple un principio del método científico —el estudio previo— y un principio ético —no descalificar y no juzgar sin conocer—, ni aún así entraré a valorar si merece Ud. el título de doctor por sus méritos científicos. Ya tuvo Ud. su tribunal universitario. Y no se me ocurriría nunca dudar de su competencia.

Finalmente añadiré que coincido con su propuesta final: No perdamos más el tiempo con textos estériles. Para mí esta cuestión queda zanjada. Yo tengo su e-mail, y les solicito a los editores de la revista ‘La aventura de la Historia’ —a quienes agradezco la publicación de mis dos escritos— que le proporcionen el mío. Hágamelo saber cuando venga a Barcelona. Yo haré lo mismo cuando me desplace a Madrid. Y en nuestro primer encuentro me comprometo a demostrarle que la referencia a un meridiano 0 situado en el Monte Everest es un enigma que —como Ud. afirma— nos obliga a replantearnos algunos principios sobre nuestros orígenes.

Mientras tanto, reciba un cordial saludo.

Miquel PÉREZ-SÁNCHEZ



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De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 08/07/2017 16:41
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