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General: CAPITALISMO ES UNA REFERENCIA A LA MISMA PARABOLA DE LOS TALENTOS
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From: BARILOCHENSE6999  (Original message) Sent: 30/09/2019 19:08
Sin el capitalismo no existirían Google, Netflix, Einstein ni Queen
Solo el capitalismo permite el desarrollo de los talentos. ¿Acaso existe un Zuckerberg en Venezuela o un Bill Gates en Cuba?
Por: Isabella Wills

Sin libertad económica e individual es más difícil ejercerlo. Y muchas de las cosas que conocemos sencillamente no existirían o distarían mucho de ser como las conocemos.

Libertad económica y capitalismo, como el que se vive en Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, Australia, Irlanda, Dinamarca, Holanda, Canadá, Estados Unidos, Chile (orgullo latino), Reino Unido y otros pocos que han entendido que para acabar con la desigualdad no hay que atacar a los ricos, sino fomentar la creación de más riqueza, pues ese es el único camino.

Aquellos países que ocupan los primeros lugares en los Índices de Libertad Económica y Libertad Humana, son en esas naciones, donde no solo se prioriza la seguridad y la justicia, sino que también se respeta a toda costa la propiedad privada y a las empresas no se les ponen trabas.

Esos países son los que demuestran que el socialismo es la peor idea que existe para acabar con la pobreza y que sólo bajo el capitalismo se puede alcanzar la grandeza; pues al fin y al cabo, todos los seres humanos, sin importar su ideología, quieren llenar su vida de felicidad y armonía.

Solo en un país capitalista podrás vivir en armonía

A menos de que por alguna extraña razón, su objetivo en la vida sea ser infeliz. Ante eso, le puedo decir que tiene toda la libertad de irse a vivir a países socialistas como Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Nicaragua, etc., y disfrutar del intento de utopía que siempre ha dado como resultado una eterna pesadilla.

Nueva Zelanda capitalista

Vale la pena aclarar que hay gente en esos países que han testificado ante diferentes medios de comunicación, que no viven en una pesadilla y que son muy felices, pues su mayor anhelo es servir a su comandante supremo, que puede ser Kim Jong-un, Chávez en el cuerpo de Maduro, o cualquiera de los muñecos que el Foro de São Paulo decida poner como candidato electo.

Cuba, socialista empedernida

Así que yo no lo voy a juzgar por su forma de ver la felicidad. Pero si usted es de los que se autoproclama progresista, socialdemócrata, o cualquiera de esos términos que se han inventado para disfrazar y disimular la palabra Socialista; sea coherente y váyase a vivir a cualquiera de los países que mencioné anteriormente. Allí dicen que le garantizarán los "derechos" que no son derechos como la salud y la educación, a cambio de su libertad.

Pero no venga con su hipocresía a imponernos un sistema que no queremos. Es bastante hipócrita e ignorante de su parte comprarse un Iphone y criticar el capitalismo mientras se toma un café en Starbucks.

Déjenos tranquilos a los que queremos generar ingresos y disfrutar de ellos, bajo el único sistema que respalda el progreso y sobre todo, el talento.

Pues aunque suene exagerado, insisto que sin capitalismo no hay talento, porque sin libertad la mente humana no puede desarrollarse para buscar el éxito. Y cuando no hay talento, no se pueden traer soluciones a los problemas que tenemos.

A mayor libertad, más fácil desarrollar tu proyecto de vida

Solo cuando hay mayor libertad económica e individual, las personas se arriesgan más a crear ideas, montar empresas y explotar los talentos que producen recursos benéficos no solo para el crecimiento económico de un país, sino sobre todo, para el crecimiento personal. Y sólo cuando las personas mejoran, el mundo mejora, al resolver las cosas que están mal.

¿Ha oído la frase cliché "el cambio empieza por ti"? Pues es literalmente así. Entre más seres humanos alcancen su potencial y se conviertan en personas exitosas, este planeta será un paraíso eternal.

Así mismo, entre menos libertad económica e individual exista, menos talento y más problemas habrán. Y si no es así, que por favor alguien me diga ¿dónde está la aplicación que nos transformó la vida y que fue creada en un país socialista? o ¿cuáles son los artistas que naciendo en un país socialista lograron alcanzar la fama viviendo en economías estatistas y completamente cerradas?

¿Dónde está el Mark Zuckerberg venezolano que viva en Venezuela? ¿Dónde está el Bill Gates cubano que viva en Cuba? ¿Dónde está el Warren Buffett o la Oprah Winfrey de Nicaragua?¿Será que si no fuese por países como Estados Unidos, los nuevos artistas como Camila Cabello hubiesen tenido éxito en el socialismo donde nacieron? Hasta PyeongHwa Motors, la única compañía de autos que hay en Corea del Norte, tuvo que acudir a los materiales de una marca creada bajo el capitalismo como Fiat, para poder producir los únicos vehículos que existen en ese país socialista.

Fíjese también en los jóvenes y niños africanos que son los reyes bailando. Su talento solo puede ser explotado si alguien los graba con una cámara o un smartphone; y si el video cae en buenas manos, podrán ser convocados por artistas que los inviten a monetizar ese talento en algún país capitalista.

Vale la pena aclarar que el talento que realmente importa es el que de alguna forma u otra, usted logra monetizar y que le permite ayudar a los demás; pues de nada sirve tener una voz mezzosoprano y contralto si nadie la puede escuchar y con las personas no logra conectar.

Y si usted no quiere monetizar sus talentos y ayudar a los demás en el proceso, pues su vida no vale la pena y da tristeza que usted haya sido el resultado del espermatozoide más veloz. Mejor dicho, usted es un estorbo para la sociedad que solo produce gastos y CO2.

En la Parábola de los talentos en Mateo 25 dice: "(...) llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; (...) por lo cual tuve miedo, y fui y escondí el talento en la tierra; (...) Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes."

Por lo tanto, si usted decide ser un completo inservible con los talentos y dones que le fueron dados, pues su existencia en este planeta será sufrida y seguramente vivirá una eterna tormenta toda su vida; por no tener propósito y por no poner sus talentos al servicio del otro.

Ninguna tecnología tal como la conocemos existiría sin capitalismo

Y es que desde hace rato vengo pensando que los avances más grandes en cuanto a tecnología, ciencia, creatividad, arte, medicina, etc., se han podido lograr en naciones capitalistas que disfrutan no solo de mayores libertades económicas, sino también de constituciones mejor elaboradas, que no se contradicen todo el tiempo como lo hacen las latinoamericanas.

Siendo así, sin capitalismo o sin respeto a la propiedad privada, la libertad y la vida; los individuos no pueden motivarse y arriesgarse a llevar al máximo su capacidad de crear, para desarrollar ideas que resuelvan los problemas del planeta y la humanidad.

Sin capitalismo no hubiese podido existir Apple y Pixar, las marcas creadas por Steve Jobs que revolucionaron la tecnología, la computación, la comunicación y hasta las películas de animación.

Él logró todo esto en una época donde empresas como IBM y Hewlett-Packard (que todavía viven porque el sistema y la belleza de la competencia lo permiten), consideraban absurda la idea de un computador personal que fuera fácil de llevar. Y ante todo mal pronóstico, el hijo abandonado de un refugiado Sirio que tuvo que buscar asilo en Estados Unidos, logró cada uno de sus objetivos; Jobs cambió el mundo y nos mejoró la vida a muchos.

Y es que el 71% de las empresas privadas de Silicon Valley que están valoradas en más de mil millones de dólares, fueron fundadas por personas que tuvieron que huír de regímenes socialistas o con escasas libertades económicas y sociales, para llegar a la cuna del capitalismo que es Estados Unidos, donde sí pudieron fijarse sueños y cumplirlos.

Sin capitalismo tampoco existiría Google. Serguéi Brin y Larry Page, los creadores del buscador más popular del mundo, lograron cambiar hasta el sistema de educación, pues cualquier información, habilidad y talento puede aprenderse utilizando la herramienta que sí es toda una revolución.

De hecho, si no hubiese sido por el asilo que le dio Estados Unidos a la familia judía de Brin que nació en Rusia, nosotros hoy no podríamos disfrutar de la existencia de esta gran empresa.

Sin capitalismo no existiría Spotify, Netflix o YouTube. Spotify, creada por los suecos Martin Lorentzon y Daniel Ek, que transformaron la manera como consumimos arte en forma de canciones, podcast, audiolibros, etc. Netflix, creada por los estadounidenses Reed Hastings y Marc Randolph quienes también transformaron la manera de consumir arte, pero en forma de documental, cine, series, etc. Y YouTube, creada por el taiwanés Steve Chen, el estadounidense Chad Hurley y el alemán Jawed Karim, a quienes hoy les debemos el surgimiento de muchos artistas y nuevos talentos.

EL CAPITALISMO COMO DIFUSOR DEL CONOCIMIENTO Y EL ARTE

Sin capitalismo no podríamos tener acceso a las obras del talentoso Fiodor Dostoievski como "El Idiota", "Los Hermanos Karamazov", "Niétoschka Nezvánova", "Crímen y Castigo", etc. Si bien, este valiente autor escribió sus obras en la Rusia zarista, donde no habían libertades, se vivía en una monarquía que le daba la espalda a la Revolución Industrial y por sus obras fue acusado de conspirar contra el zar Nicolás I; se puede decir que de no ser por cierta liberación que llegó a Rusia desde la Reforma Emancipadora de 1861, las obras se hubiesen quedado en ese país y hoy en día, que el socialismo ya no existe allí, nosotros podemos disfrutar de los muchos talentos que ha dejado y sigue dejando ese país.

Sin capitalismo no hubiese existido la teoría de la relatividad, el efecto fotoeléctrico y todos los descubrimientos del científico alemán más importante del siglo XX Albert Einstein. Tampoco hubiese podido existir la teoría del espacio-tiempo, los avances sobre la teoría del Big Bang y la radiación de los agujeros negros del físico británico Stephen Hawking.

Sin capitalismo no existirían Quentin Tarantino, Woody Allen, Steven Spielberg o los mexicanos Guillermo del Toro, Alejandro Iñárritu y Alfonso Cuarón. Tampoco las canciones de Bruce Springsteen, Janis Joplin, Barry White, Amy Winehouse y hasta la venezolana Lele Pons. Todos estos artistas con nacionalidades distintas han logrado explotar sus talentos en Estados Unidos y en naciones que respetan la propiedad privada, la libertad y la vida.

De manera que, la lista del talento que ha dejado el capitalismo es larga, mientras que el socialismo no ha dejado nada. Solo miseria, pobreza, baja autoestima y mucha envidia.

Por lo tanto, es necesario entender que sin trabajo no hay talento, y las naciones que permiten ese trabajo son las capitalistas, pues no castigan el fruto de los esfuerzos. También es necesario entender que el socialismo nunca ha tenido sentido, ni lo tendrá. Es el socialismo, el que se ha encargado de asesinar a más de 100 millones de personas en el mundo y cada día sigue asesinando a más.

El hecho de que en el 2019 ese sistema de hambruna y retroceso sea popular, es el resultado de una profunda ignorancia por parte de aquellos que no se creen capaces de lograr por sí solos la vida que anhelan; y están esperando a que el gobierno de turno sea quién les resuelva todos los problemas.

Cada individuo en este mundo debe entender que son las personas las que resuelven los problemas y que los gobiernos nos deben a nosotros seguridad, justicia y obediencia; pues somos nosotros los que creamos la riqueza y por ende los que debemos decidir qué se hace con ella.

Y solo cuando entendamos eso, en cada nación podrá surgir mucho más talento. Cada país vivirá en el constante progreso y los seres humanos serán más felices, pues sus propósitos y sueños por fin tendrán eco.

Y tú, ¿de qué lado estás? ¿Del socialismo o del talento?

Piénsalo.

Este artículo fue publicado en Mas Libertad de Colombia

https://www.visionliberal.com.ar/nota/6272-sin-el-capitalismo-no-existirian-google-netflix-einstein-ni-queen/


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From: BARILOCHENSE6999 Sent: 01/10/2019 18:01

La parábola de los talentos: La biblia y los empresarios

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Las parábolas de Jesús enseñan verdades eternas, pero también ofrecen sorprendentes lecciones prácticas, en torno a asuntos mundanos. En el Evangelio según San Mateo (capítulo 25, versos 14-30), encontramos de Jesús la Parábola de los Talentos. Al igual que como todas las parábolas bíblicas, tiene muchas capas de significado. Su esencia cuenta cómo usar el don de la gracia dado por Dios. En lo referente al mundo material, es una historia de acerca del capital, la inversión, la empresariedad y el uso apropiado de los recursos económicos escasos. Constituye una refutación directa de aquellos quienes ven una contradicción entre el éxito en los negocios y vivir una vida Cristiana.

Un hombre rico, quien iba a hacer un largo viaje, llamó a sus tres siervos a que vinieran juntos. Les dijo que serían los encargados de cuidar sus bienes, mientras estuviera afuera. El patrón había valorado cuidadosamente las habilidades naturales de cada uno de los sirvientes. A uno de los siervos le dio cinco talentos, dos a otro y uno al tercero ─a cada uno conforme con su capacidad. Luego, el dueño se fue en su viaje.

Los sirvientes ingresaron a un mundo abierto a la empresa y a la inversión. El primero, quien había recibido cinco talentos, fue a hacer negocios e hizo otros cinco talentos. El siervo que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero, el sirviente que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

El dueño regresó para hacer cuentas con ellos. Llegando el que había recibido cinco talentos, lo hizo público. “Mi señor,” dijo él, “usted me confió cinco talentos; ¡vea, he hecho cinco más!

¡Bien hecho, buen y fiel siervo!” respondió el dueño. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. ¡Entra en el gozo de tu señor!”

Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo, “Mi señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, ¡sobre ellos he ganado otros dos talentos! El señor alabó al siervo de una manera similar.

Pero, llegando también el que había recibido un talento, se acercó a su amo. “Mi señor,” dijo él, “te conocía que eras hombre duro; que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra. ¡Aquí tienes lo que es tuyo!”

La respuesta del dueño fue rápida y severa: “¡Siervo malo y perezoso! Sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí; por eso, deberías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.”

El señor ordenó que le quitaran el talento al sirviente perezoso y que se lo dieran al que tenía los diez talentos. “Porque al que no tiene,” dijo el señor, “aun lo que tiene le será quitado. Al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; ¡allí será el llanto y el crujir de dientes!”

Esa no es la historia que a menudo escuchamos desde los púlpitos. Nuestros tiempos todavía ensalzan la ética socialista, en donde obtener una ganancia es sospechoso y se desaprueba la empresariedad. Aun así, la historia transmite un significado ético inmediatamente obvio e incluso lecciones más profundas, para entender la rendición de cuentas de los humanos en la vida económica.

UNA MIRADA MÁS DE CERCA

La palabra “talento” en esta parábola tiene dos sentidos. Es una unidad monetaria: era la de mayor denominación en esa época. El académico de la Biblia, John R. Donovan, S.J., nos dice que un sólo talento era equivalente al salario de un trabajador ordinario durante 15 años. De forma que sabemos que la cantidad dada a cada siervo era considerable.

Interpretados con mayor amplitud, los talentos se refieren a varios dones que Dios nos ha dado para nuestro uso. Esta definición abraza a todos los regalos naturales, espirituales y materiales. Incluye a nuestras habilidades y recursos naturales -nuestra salud, educación- tanto como nuestras posesiones, dinero y oportunidades.

Una de las lecciones más sencillas derivadas de esta parábola, es que no es inmoral obtener ganancias a partir de nuestros recursos, buen juicio y trabajo. La alternativa a la ganancia es la pérdida y ciertamente la pérdida de riqueza, especialmente cuando se debe a la ausencia de iniciativa, no constituye una buena administración.

La parábola de San Mateo presupone un entendimiento local del manejo apropiado del dinero. Según la ley rabínica, al entierro se le consideraba como la mejor seguridad en contra del robo. Si una persona a quien se le había confiado dinero, la enterraba tan pronto como llegaba a su posesión, estaría libre de cualquier obligación si a aquél le sucedía algo. Lo opuesto era cierto para el dinero que estaba envuelto en una tela. En este caso, la persona era responsable de cubrir cualquier pérdida, debido al manejo inadecuado del depósito.

Aun así, en esta historia, el amo puso a su entendimiento patas arriba. Consideró que enterrar al talento -y por tanto salir tablas- constituía una pérdida, porque pensó que el capital debería ganar una tasa de rendimiento razonable. Desde este punto de vista, el tiempo es dinero (o interés).

La parábola también posee una lección crítica acerca de cómo usar nuestras capacidades y recursos dados por Dios. En el libro del Génesis, Dios le dio a Adán la Tierra con la cual mezclar su trabajo para su propio uso. En la parábola, de manera similar, el amo esperaba que sus siervos buscaran obtener una ganancia material. En vez de pasivamente preservar lo que les había dado, esperaba que ellos invirtieran el dinero. El amo estaba enojado ante la timidez del siervo que había recibido un único talento. Dios nos ordena usar nuestros talentos para fines productivos. La parábola enfatiza la necesidad de trabajar y de ser creativos, en oposición a la ociosidad.
LA BÚSQUEDA DE LA SEGURIDAD

A través de la historia, la gente ha tratado de construir instituciones a fin de que brinden una seguridad perfecta, tal como lo hizo el siervo que fracasó. Tales esfuerzos van, desde los estados de bienestar greco-romanos, hasta el totalitarismo pleno del Soviet, así como a las comunas Luditas de los años de los sesentas. De tiempo en tiempo, estos esfuerzos han sido abrazados como soluciones Cristianas a inseguridades futuras. No obstante, en la Parábola de los Talentos, el coraje en vistas de un futuro desconocido le es reconocido al primer siervo, a quien se le había dado la mayor parte. Él había comerciado los cinco talentos y, al así hacerlo, adquirió cinco más. Habría sido más seguro para el sirviente invertir el dinero en el banco para recibir interés. Por su fe en su amo, a él le es permitido conservar aquello que se le había confiado y lo que ganó y es invitado a regocijarse con su amo.

Esto implica una obligación moral de confrontar la incertidumbre de una manera empresarial. Nadie hace esto mejor que el empresario. Mucho tiempo antes de saber si habrá un rendimiento en sus inversiones o ideas, él arriesga su tiempo y propiedad. Debe pagar salarios mucho antes de que tenga alguna idea de haber predicho exactamente los eventos futuros. Mira al futuro con coraje y sentido de oportunidad. Al crear nuevas empresas, abre alternativas para que los trabajadores escojan entre ganar un salario y desarrollar sus habilidades.

Entonces, ¿por qué los empresarios son a menudo castigados como pobres siervos de Dios? Muchos líderes religiosos hablan y actúan como si fuera inmoral el uso por el empresario de sus recursos y talentos naturales a fin de obtener una ganancia, noción que debería de dejarse de lado a la luz de la Parábola de los Talentos. El siervo ocioso habría evitado este destino funesto siendo más empresario. Si se hubiera esforzado para comerciar con el dinero de su señor y regresar con menos de un talento, no habría sido tratado tan duramente, pues él habría laborado en nombre de su dueño.

EMPRESARIEDAD Y CODICIA

La religión debería de empezar a reconocer a la empresariedad por lo que es –una vocación. La habilidad para tener éxito en los negocios, intercambio de acciones o invertir en la banca, constituye un talento. Tal como con otros dones, no deberá ser malgastado, sino usado plenamente a la gloria de Dios. Los críticos ligan al capitalismo con la codicia, no obstando que la naturaleza fundamental de la vocación empresarial está enfocada en la necesidad de los clientes. Para tener éxito, el empresario debe servir a otros.

La codicia es un peligroso espiritual que nos amenaza a todos, independientemente de nuestra riqueza o vocación. El término tiene un elemento proporcional, significando que hay un deseo excesivo insaciable de la ganancia material, a pesar del estatus financiero. Este deseo es excesivo cuando, en las profundidades del ser de una persona, se sobrepasan los intereses morales y espirituales. Esta parábola hace bien claro que la riqueza como tal no es injusta –dado que el primer siervo recibió más que el segundo y que el tercero. Y, cuando lograr una ganancia es el objetivo del talento empresarial, no es codicia. Es el uso apropiado del don.

Además de condenar a las ganancias, los líderes religiosos a menudo favorecen una nivelación social y una redistribución del ingreso. El cuidado universal de la salud, un gasto mayor en el bienestar social e impuestos más altos sobre los ricos, todos, son promovidos en nombre de la ética Cristiana. El objetivo último de tales constructos es la igualdad, como si todas las desigualdades que existen entre las personas son de alguna manera inherentemente injustas. No obstante, eso no es lo que Jesús nos dice en la Parábola de los Talentos. El amo confió en cada uno de sus siervos, de acuerdo con la habilidad de cada uno de ellos. Uno recibió cinco, en tanto que el otro, sólo uno. Aquel que recibió lo menos, no recibe simpatía de parte de su dueño por su carencia de recursos, en comparación con lo que les fue dado a sus colegas.

Podemos inferir de esta parábola, que la nivelación del dinero o la reasignación de recursos no es un interés moral apropiado. Los talentos y materias primas de los individuos, que cada uno de nosotros posee, no son inherentemente injustos; siempre habrá desigualdades incontroladas entre las personas. Un sistema moral es uno que reconoce esto y que permite que cada persona use sus talentos a plenitud. Todos tenemos la responsabilidad de emplear las facultades con las cuales se nos ha dotado.

También podemos aplicar la lección de esta parábola a la política social de nuestro país. En nuestro sistema vigente, el esfuerzo de los trabajadores es gravado para brindar apoyo a muchos que no trabajan. A menudo escuchamos que “no hay trabajos” para muchos de nuestros pobres. Sin embargo, siempre hay trabajo por hacer. Un hombre con dos manos que laboran puede encontrar empleo por un dólar la hora. Él toma una decisión de no trabajar. Es más, nuestro sistema de bienestar desestimula al trabajo. Creó un incentivo perverso para formar parte de la red de bienestar, a menos que surja un empleo que le pague al menos tanto como la ayuda gubernamental. Dios le ordena a toda la gente que use los talentos que se les han dado, a pesar de que, en nombre de la caridad, nuestro sistema de bienestar estimula a las personas para que dejen atrofiar sus habilidades naturales o que del todo se mantengan alejados de descubrir sus talentos.

Así, estimulamos al pecado. La Parábola de los Talentos implica que la inactividad -o el desperdicio del talento empresarial- incita la ira de Dios. Después de todo, el siervo humilde no ha desperdiciado el dinero de su señor; tan sólo lo escondió en la tierra, algo que era permisible según la ley rabínica. La rapidez de la reacción del amo es sorprendente. Lo llama “malo y perezoso” y lo proscribe por siempre. Aparentemente no es tan sólo la pereza la que provoca tal ira sobre su cabeza. Tampoco ha mostrado contrición y le ha echado la culpa a su amo por su timidez. Su excusa para no invertir el dinero es que él veía a su amo como un hombre duro y exigente, aun cuando se le habían dado recursos generosos El académico de la Biblia, John Meir, comenta que, “por temor a fracasar, ha rehusado incluso a tratar de tener éxito.”

Esta parábola también nos dice algo acerca de la macroeconomía. El amo se fue de viaje dejando tras sí un total de ocho talentos; al regreso, se habían convertido en quince. La parábola no es la historia de un juego de suma cero. La ganancia de una persona no es a expensas de otra. El negocio exitoso del primer siervo no afecta los prospectos del tercer siervo. Eso es así en la economía de hoy. A diferencia de lo mucho que a menudo se predica desde el púlpito, el éxito del rico no surge a expensas del pobre.

Si al hacerse rico el más exitoso de los sirvientes habría dañado a los otros, el dueño no lo habría alabado. Un uso sabio de los recursos en la inversión y de ahorrar ganando intereses, no sólo es correcto desde el punto de vista individual; también de la misma forma ayuda a otros en la economía. Una marea creciente levanta a todos los botes, solía decir John Kennedy. Similarmente, la riqueza del mundo desarrollado no recae sobre las espaldas de las naciones en desarrollo. La Parábola de los Talentos implica una economía libre y abierta.

A menudo, cristianos orientados hacia la izquierda citarán las palabras de Jesús: “Que difícil es entrar al Reino de Dios. Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino de Dios.” Sus discípulos se quedaron atónitos ante esto y se preguntaron, entonces, quién podría ser salvado. Jesús respondió a sus temores: “Para los hombres esto es imposible; más para Dios todo es posible.” Esto no significa que nuestro éxito material nos mantendrá alejados del cielo, pero ello implica, a la vez, la necesidad de ordenar nuestras vidas apropiadamente, antes que todas nuestras preocupaciones materiales. Nuestra preocupación por Dios debe venir justamente tal como los siervos pensaron acerca del interés de su dueño, al buscar obtener ganancias. Permanece siendo cierto que, a pesar de todos nuestros bienes y escrituras mundanas, descansamos plenamente en Dios para lograr la salvación.

Pero, para la conducción de las cosas de la economía, descansamos fuertemente en el empresariado, la inversión, la asunción de riesgos y la expansión de la riqueza y la prosperidad. Debemos de dale un ojo crítico a la forma en que la cultura trata a la empresa. Las revistas de negocios todo el tiempo tienen historias de negocios exitosos. El héroe es, a menudo, el empresario quien mira hacia el futuro, con coraje y alegría, quien en mucho es como el sirviente capaz, al que se le dan cinco talentos. No obstante, al mismo tiempo, la fe religiosa popular continúa ensalzando y promoviendo un comportamiento endémico del siervo ocioso, que fuera apartado por el amo.

La Cristiandad es a menudo culpada por los proyectos socialistas fracasados en todo el mundo. Y, en muchos casos, cristianos equivocados se han involucrado en edificar constructos socialistas. La lección de la Parábola de los Talentos necesita ser mejor entendida. El sueño socialista no es uno moral. Simplemente institucionaliza al comportamiento réprobo del siervo menor. En donde Dios ordena acción creativa, el socialismo estimula la ociosidad. En donde Él demanda fe y esperanza en el futuro, el socialismo promete una forma vulgar de seguridad. Cuando la Parábola de los Talentos implica la moralidad de la libertad de comerciar, invertir y obtener ganancias, el socialismo la niega.

Toda la gente de fe necesita trabajar para cerrar el abismo que existe entre la religión y el entendimiento económico. La parábola de Jesús es un buen lugar para empezar a incorporar la moralidad de la empresa y del libre mercado dentro de la ética Cristiana.

https://misesreport.com/la-parabola-de-los-talentos-la-biblia-y-los-empresarios/

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From: BARILOCHENSE6999 Sent: 01/10/2019 18:40

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From: BARILOCHENSE6999 Sent: 01/10/2019 19:19


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