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General: 144000SELLADOS DE CRISTO SALEN DE BABILONIA
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 14/01/2022 02:42




DIOS LLAMA A SUS HIJOS QUE SALGAN DE BABILONIA  QUE SALGAN DE LAS IGLESIAS QUE CONFORMAN  PAGANISMO ,PAPADO Y PROTESTANTISMO APOSTATA QUIENES SALEN CONFORMAN EL PUEBLO SELLADO DE CRISTO.APOC 18:4 

Luego oí otra voz que decía desde el cielo: «Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas.

5 Porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus iniquidades.

APOC 14:1

Seguí mirando, y había un Cordero, que estaba en pie sobre el monte Sión, y con él 144.000, que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.

Y oí un ruido que venía del cielo, como el ruido de grandes aguas o el fragor de un gran trueno; y el ruido que oía era como de citaristas que tocaran sus cítaras.

3 Cantan un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender el cántico, fuera de los 144.000 rescatados de la tierra.

4 Estos son los que no se mancharon con mujeres, pues son vírgenes. Estos siguen al Cordero a dondequiera que vaya, y han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero,

5 y en su boca no se encontró mentira: no tienen tacha.


Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver. 1
[V.1-> Miré. Mejor “Vi”. El Cordero. Sin duda se refiere al Cordero mencionado en Ap 5:6 (ver el comentario respectivo). En cuanto al uso del artículo para referirse a datos proféticos previamente introducidos, ver com. Dan 7:13; cf. com. Ap 1:13. El Monte de Sión. Ver com. Sal 48:2; Ap 14:1-5 se relaciona estrechamente con el Ap 13:11-18. Los 144.000 aparecen con el Cordero sobre el monte de Sión para indicar su triunfo sobre la bestia y su imagen. Juan los había visto pasar poco antes por una prueba sumamente severa, aislados socialmente y condenados como merecedores de la pena de muerte durante la inquisición . Pero en su hora más oscura fueron librados de las plagas viviendo sin las plagas Israel espiritual  , y ahora están con el Cordero librados eternamente de los conflictos de la tierra . Ciento Cuarenta y Cuatro mil. En cuanto a la identidad de este grupo, ver com. Ap 7:2,3,4. El nombre... de su Padre. En el Ap 7:3 se dice que los 144.000 son sellados “en sus frentes”, por lo tanto, hay una estrecha relación entre el sello y el nombre divino. En esta visión de Juan el sello evidentemente tenía el nombre del Padre y del Hijo. En los sellos antiguos se grababa el nombre de la persona, lo que les daba validez. En cuanto a ejemplos de inscripciones en estos sellos, ver com. Ap 7:2. Los nombres, aplicados a los 144.000, representan (1) el dueño Cristo : los 144.000 pertenecen a Dios; (2) el carácter: los 144.000 reflejan plenamente la imagen de Jesús su ley Sinaí . Cf. com. Ap 13:17, donde la marca de la bestia y el nombre de la bestia se relacionan estrechamente. En la frente. Compárese con la marca de la bestia en la frente los perdidos viviendo en el mundo con las plagas Egipto  (ver com. Ap 13:15,16,17 ). ] Apocalipsis (de Juan) 14-> 
[V.2-> Y oí una voz. 0 “un sonido”. Algunos creen que estos tañedores de arpas y cantores no son los 144.000 sino los ángeles, cuyo mensaje sólo pueden entender los 144.000; sin embargo, en Ap 15:2-3 se presenta claramente a los 144.000 con arpas y cantando, y por esto otros creen que en Ap 14:2 también se trata de los 144.000. Estruendo de muchas aguas. Ver com. Ap 1:15. Sonido de un gran trueno. El trueno se relaciona aquí, como en otros pasajes, con la presencia divina (cf. Jnb 37:4; Sal. 29; Ap 4:5; Ap 6:1). Voz... era como de arpistas. O “el sonido que oí como de citaristas que tocaban en sus cítaras. El sonido que Juan oyó era semejante al de tañedores de cítaras. Quizá no vio tocar los instrumentos, de ahí su cautelosa comparación. Hay un estudio de las arpas antiguas en el t. III, pp. 38-39. ] Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver. 
[V.3-> Cantaban. Literalmente “cantan” (BJ, BC). La flexión del verbo está en presente para darle más dramatismo (cf. com. Ap 13:11). Trono. El trono ya se ha presentado (Ap 4:2). Delante de los cuatro seres vivientes. Ver com. Ap 4:6. Ancianos. Cf. Ap 4:4. Nadie podía aprender. Esta experiencia es de naturaleza tan personal, que sólo los que han pasado por ella pueden apreciar su significado. Para ellos el canto es un resumen preciosísimo y abarcante de las vicisitudes por las cual han pasado en las etapas finales de conflicto entre el bien y el mal. Redimidos. Gr. agorázō, “comprar”, “adquirir”, “redimir”; también se traduce “comprar” en los Ap 3:18; Ap 18:11. Compárese con las frases “con tu sangre nos ha redimido para Dios” (Ap 5:9), “redimidos de entre los de la tierra” (Ap 14:4). Cf. com. Rom 3:24; 1Co 6:20. ] 
Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver. 4
[V.4-> No se contaminaron. Gr. molúnō, “contaminar”, “marchar”, “ensuciar”, como la conciencia (1Co 8:7) o los vestidos (Ap 3:4). Se refiere figuradamente, sin duda, a la contaminación debido a las relaciones ilícitas (ver com. “vírgenes”). El tiempo del verbo en griego puede ser significativo, pues fija la acción en un momento específico, sin duda en el tiempo cuando la unión de los elementos religiosos papado y sus hijas nuevo orden mundial , simbolizados por “mujeres madre e hijas se unan ” (ver com. “mujeres”), ejercerá toda la presión posible sobre los santos para que renuncien a su fidelidad a Dios y sus mandamientos del Sinaí y del sábado séptimo día  y se unan a la organización apóstata (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Cualquiera concesión hubiera significado una contaminación; pero ahora, de pie victoriosamente sobre el monte de Sión, se alaba a los santos por su felicidad. Mujeres. En las Escritura a menudo se usa la figura de una mujer para representar a una iglesia; una mujer pura simboliza a la iglesia verdadera de Dios Cristo , a una mujer inmoral, a la iglesia apóstata católica y sus hijas  (ver com. Ap 12:1). En Ap 17:1-5  la iglesia de Roma papado y varias iglesias apóstatas que siguen sus pisadas, son simbolizadas con una mujer impura y sus hijas. El profeta se refiere sin duda a estas iglesias (ver com. “no se contaminaron”). Vírgenes. Gr. parthénos, término que se aplica a hombres y mujeres; aquí, a hombres. Esta aplicación es clara tanto por el texto griego como por la figura de “virgenes” que no se han “contaminado” con “mujeres”. Todo el pasaje es simbólico, y por eso no se refiere a la virginidad literal que uno u otro sexo; de lo contrario, este pasaje contradiría otros que ensalzan el matrimonio y la relación conyugal (ver com. 1Co 7:1-5; Heb 13:4). Los santos son llamados vírgenes o porque se han mantenido apartados de Babilonia papado protestantismo apóstata , o porque ya no tienen nada que ver con ella (ver com. Ap 18:4). Se negaron a tener relación alguna con Babilonia y sus hijas en el tiempo cuando éstas se convirtieron en los instrumentos de Satanás en su esfuerzo final por extirpar a los santos de la ley del Sinaí  (ver com. Ap 13:15). No se contaminaron participando en esa alianza vituperable mundial con el papado de elementos reunidos por Satanás, aunque quizá alguna vez pertenecieron a alguno de los diversos grupos del papado o parte de sus hijas   que ahora están unidos con el remanente de Cristo sellados . Siguen al Cordero. Parece señalarse algún privilegio especial de los 144.000 cuyos detalles no son revelados y por lo tanto sólo se pueden conjeturar. Cf. com. Ap 7:14-17. Redimidos de entre. Ver com. Ap 14:3. Primicias. Gr. aparj’, “primeros frutos”, de la raíz del verbo apárjomai, “empezar”, especialmente “iniciar el sacrificio”, “ofrecer primicias”. Los antiguos israelitas ofrecían las primicias al Señor en forma personal (Deu 26:1-11) y también nacional (Lev 23:10; Lev 23:17). Dar las primicias era un reconocimiento de la bondad de Dios al proporcionar la cosecha. La ofrenda nacional también tenía un significado simbólico (ver com. 1Co 15:20). El término “primicias” aplicado a los 144.000 pude entenderse en dos formas: 1. Que son la primera entrega o adelantos de la gran cosecha. Los 144.000 son los vencedores en el gran conflicto con la bestia y su imagen (ver com. Ap 14:1). Han sido librados de esta lucha y están a salvo delante del trono de Dios. “Habiendo sido trasladado de la tierra, de entre los vivos, son contados por ‘primicias para Cristo y para el Cordero’ “ (CS 707) 2. Que sencillamente significa “un presente” o “una ofrenda”. Aparj’ es en la LXX la traducción más frecuente del Heb. terumah, 841 “contribución”, “ofrenda”. En Exo 25:2-3 terumah es la contribución de los hijos de Israel para la construcción del santuario. Terumah describe con frecuencia una “ofrenda” (ver Num 5:9, LXX, aparj’). Inscripciones antiguas muestran que aparj’ se usaba comúnmente para describir un “presente” para una diosa, sin referencia al tiempo. Cuando aparj’ es la traducción de terumah, tampoco hay referencia al tiempo. Por lo tanto, los 144.000 pueden considerarse como las “primicias”, ya sea en el sentido de que son parte de una cosecha mayor, o de ser una ofrenda o presente para Dios. ]






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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 14/01/2022 12:27


Los 144.000 SALEN DE LA GRAN TRIBULACION DE BABILONIA  DONDE SE DECRETARA MUERTE A TODO QUIEN NO ADORE AL PAPADO LA BESTIA Y SU MARCA( Apoc 13:15cap17:6cap 18:24 CATECISMO ES LA MARCA DE LA BESTIA SANTIFICAR LAS FIESTAS DOMINGO CAMBIO CLIMATICO COP25,26LAUDATO SI  )  ESTA MUERTE SERA SOBRE LOS QUE TIENEN EL SELLO DE CRISTO SU TESTIMONIO SU FE DEL SABADO Séptimo DIA Y LA SANTA BIBLIA EN LA MENTE Y CORAZON ISRAEL SIN PLAGAS  VIVIENDO EL TIEMPO DE LAS PLAGAS EN EL MUNDO Apoc 12:17 CAP 14:7cao 14:12 .

Cantan “un cántico nuevo” delante del trono, un cántico que nadie podía aprender sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero, un canto de liberación. Ninguno sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender aquel cántico, pues es el cántico de su experiencia—una experiencia que ninguna otra compañía ha conocido jamás. Son “éstos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere”. Habiendo sido trasladados de la tierra, de entre los vivos, son contados por “primicias para Dios y para el Cordero”. Apocalipsis 15:2-3; 14:1-5. “Estos son los que han venido de grande tribulación”; han pasado por el tiempo de angustia cual nunca ha sido desde que ha habido nación; han sentido la angustia del tiempo de la aflicción de Jacob; han estado sin intercesor durante el derramamiento final de los juicios de Dios DURANTE LAS PLAGAS QUE CAEN SOBRE LOS QUE TIENEN LA MARCA DE LA BESTIA Y SU IMAGEN EGIPTO Apoc cap 16.—






Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 22/01/2022 01:00



DIA SANTO DIA DEL SEÑOR JESUCRISTO CREADOR ,DIOS Y SALVADOR.  GENESIS 1:1.     En el principio creó Dios los cielos y la tierra          2 y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera 3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.
4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos, GENESIS 2:1,4  

La observancia del sábado en la creación de este mundo .Génesis 1:1Genesis 2:1,4 .

La observancia del sábado entraña grandes bendiciones, y Dios desea que el sábado sea para nosotros un día de gozo Hebreos 4:4,9,11 . La institución del sábado se estableció con gozo. Dios contempló con satisfacción la obra de sus manos. Declaró que todo lo que había hecho era “bueno en gran manera”. Génesis 1:31. El cielo y la tierra se llenaron de regocijo. “Las estrellas todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios”. Job 38:7. Aunque el pecado entró en el mundo para mancillar su obra perfecta, Dios sigue dándonos el sábado como testimonio de que un Ser omnipotente, infinito en bondad y misericordia, creó todas las cosas. Nuestro Padre celestial desea, por medio de la observancia del sábado, conservar entre los hombres el conocimiento de sí mismo. Desea que el sábado dirija nuestra mente a él como el verdadero Dios viviente, y que por conocerle tengamos vida y paz. 

Cuando el Señor liberó a su pueblo Israel de Egipto y le confió su ley, le enseñó que por la observancia del sábado debía distinguirse de los idólatras. Así se crearía una distinción entre los que reconocían la soberanía de Dios y los que se negaban a aceptarle como su Creador y Rey. “Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel”, dijo el Señor. “Guardarán, pues, el sábado los hijos de Israel: celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo”. Éxodo 31:17, 16. 

    .APOC 1:10 Caí en éxtasis el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, que decía:

Apocalipsis (de Juan) 1-> Ver. 10
[V.10-> En el Espíritu. Literalmente “en espíritu Santo ”, que puede significar “en estado de éxtasis”. Juan se abstrajo de las cosas terrenales; sólo estaba consciente de las impresiones que le llegaban del Espíritu Santo. La percepción natural de los sentidos fue sustituida completamente por una percepción espiritual. Día del Señor. Gr. Kuriak’ h’méra. Se han hecho varios intentos para explicar esta frase, que sólo aparece aquí en las Escrituras. Algunos intérpretes la hacen equivaler con “el día de Jehová”, de los profetas del AT (Jne 2:11; Jne 2:31; Zep 1:14; Mal 4:5; cf. Hch 2:20). Puede concederse que estas palabras podrían tener tal interpretación si se toman aisladamente. Los que así las explican, destacan que el Apocalipsis centra la atención en el gran día final del Señor y en los acontecimientos que conducen a él (ver com. Ap 1:1). Estar “en el Espíritu en el día del Señor” quizá pudiera entenderse como que significa ser arrebatado en visión a través del tiempo para presenciar acontecimientos relacionados con el día del Señor. Sin embargo, hay razones para rechazar esta interpretación. En primer lugar, cuando la frase “día del Señor” claramente designa el gran día de Dios, el texto griego siempre dice h’méra tou kuríou o h’méra kúriou (1Co 5:5; 2Co 1:14; 1Ts 5:2; 2Pe 3:10). En segundo lugar, el contexto (Ap 1:9-10) sugiere que el “día del Señor” se refiere al tiempo cuando Juan contempló la visión y no al tema de la visión. De modo que Juan da su ubicación: “la isla llamada Patmos” (Ap 1:9); la razón por la cual está allí: “por causa de las palabras de Dios” (Ap 1:9), y su estado durante la visión: “en el Espíritu”. Todas estas frases tienen que ver con las circunstancias en las cuales le fue dada la visión, y es lógico concluir que la cuarta también coincide al dar el tiempo específico de la revelación. La mayoría de los expositores apoyan esta conclusión. Aunque la expresión kuriak’ heméra es única en la Escritura, tiene una larga historia en el griego postbíblico. Como forma abreviada, kuriak’ es un término común en los escritos de los padres de la iglesia para designar al primer día de la semana Domingo , y en el griego moderno kuriaké es el nombre del domingo. Su equivalente latino dominica dies designa el mismo día, y ha pasado a varios idiomas modernos como domingo, y en francés como dimanche. Por eso muchos eruditos sostienen que kuriak’ h’méra en este pasaje también se refiere al domingo, y que Juan no sólo recibió su visión en este día, sino que también lo reconoció como “el día del Señor” quizá porque en ese día Cristo resucitó de los muertos. Hay razones negativas y positivas para rechazar esta interpretación. En primer lugar está el reconocido principio del método histórico; es decir, que una alusión debe ser interpretada solamente por medio de evidencias anteriores a ella o contemporáneas con ella, y no por datos históricos de un período posterior. Este principio tiene mucha importancia en el problema del significado de la expresión “día del Señor” tal como aparece en este pasaje. Aunque este término es frecuente en los padres de la iglesia para indicar el domingo, la primera evidencia decisiva de tal uso no aparece sino hasta fines del siglo II en el libro apócrifo Evangelio según Pedro (9, 12), donde el día de la resurrección de Cristo se denomina “día del Señor”. Como este documento fue escrito por lo menos tres cuartos de siglo después de que Juan escribió el Apocalipsis, no puede presentarse como una prueba de que la frase “día del Señor” en el tiempo de Juan se refería al domingo. Podrían citarse numerosos ejemplos para mostrar la rapidez con que las palabras pueden cambiar de significado. Por lo tanto, el significado de “día del Señor” se determina mejor en este caso recurriendo a las Escrituras antes que a la literatura posterior. En cuanto al aspecto positivo de esta cuestión, está el hecho de que aunque la Escritura en ninguna parte indica que el domingo tiene alguna relación religiosa con el Señor, repetidas veces reconoce que el séptimo día, el sábado, es el día especial del Señor. Se nos dice que Dios bendijo y santificó el séptimo día (Gen 2:3); lo constituyó como recordativo de su obra de creación (Exo 20:11); lo llamó específicamente “mi día santo” (Isa 58:13); y Jesús se proclamó como “Señor aún  del día de reposo [sábado]” (Mar 2:28), en el sentido de que como Señor de los hombres era también Señor de lo que fue hecho para el hombre: el sábado. De manera que cuando se interpreta la frase “día del Señor” de acuerdo con pruebas anteriores y contemporáneas del tiempo de Juan, se concluye que hay sólo un día al cual puede referirse, y ése es el sábado, el séptimo día. Ver 2JT 411; HAp 464. Los descubrimientos arqueológicos han proyectado más luz sobre la expresión kuriak’ h’méra. Papiros e inscripciones del período imperial de la historia romana, hallados en Egipto y Asia Menor, emplean la palabra kuriakós (el masculino de kuriak’) para referirse a la tesorería y el servicio imperial. Esto es comprensible, pues el emperador romano a menudo era llamado en griego el kúrios, “señor”, y por consiguiente su tesorería y servicio eran la “tesorería del señor” y “el servicio del señor”. Por lo tanto kuriakós era una palabra familiar en el idioma oficial romano para las cosas relacionadas con el emperador. Una de esas inscripciones procede de una época tan antigua como lo es el año 68 d. C. De manera que es claro que este uso de kuriakós era corriente en el tiempo de Juan (ver Adolf Deissmann, Light From the Ancient East, pp. 357-361). En esta misma inscripción aparece una referencia a un día al que se le dio el nombre de la emperatriz Julia, o Livia como es mejor conocida. En otras inscripciones de Egipto y de Asia Menor aparece con frecuencia el término sebast’, el equivalente griego de Augustus, como nombre de un día. Sin duda éstas son referencias a días especiales en honor del emperador (ver Deissmann, loc. cit.). Algunos han sugerido que la expresión kuriak’ h’méra, como la usa Juan, también se refiere a un día imperial; pero esto parece dudoso por dos razones. Primero: aunque había días imperiales y el término kuriakós se usaba para otras cosas relativas al emperador, aún no se ha encontrado ningún caso en que kuriak’ se hubiera aplicado a un día imperial. Esto, por supuesto, no es una prueba final, porque es un argumento basado en el silencio. Pero el segundo argumento que puede esgrimirse contra la identificación de kuriak’ h’méra de Juan con un día imperial, parece ser concluyente: se sabe que tanto los judíos del siglo I (ver Josefo, Guerra vii. 101), como los cristianos, por lo menos en el siglo II (ver Martirio de Policarpo 8), se negaron a llamar al César kúrios, “señor”. Por lo tanto, llega a ser extremadamente difícil pensar que Juan se hubiera referido a un día imperial como el “día del Señor”, especialmente en sin tiempo cuando él y sus hermanos cristianos eran terriblemente perseguidos por negarse a adorar al emperador (ver pp. 738-740). Es más probable que Juan escogiera la expresión kuriak’ h’méra para referirse al sábado, como un medio sutil de proclamar el hecho de que así como el emperador tenía días especiales dedicados en su honor, así también el Señor de Juan, por amor de quien ahora sufría, también tenía su día especial. Para un estudio del origen de la observancia del día domingo y de la designación del domingo como “día del Señor”, ver com. Dan 7:25 y HAp 464-465. Algunos estudiosos han sugerido que kuriak’ h’méra debe entenderse como “domingo de pascua”. Esta frase se usó posteriormente para designar a la fiesta anual que recordaba la resurrección de Jesús. Sin embargo, esta explicación no necesariamente se aplica al siglo I. Por lo tanto, no sirve para aclarar este pasaje. Como de trompeta. La comparación con una trompeta indica la intensidad de la voz. ] 

[V.1-> En el principio. Estas palabras nos recuerdan que todo lo humano tiene un principio. Sólo Aquel que está entronizado como el soberano Señor del tiempo no tiene principio ni fin. De modo que las palabras con que comienzan las Escrituras trazan un decidido contraste entre todo lo que es humano, temporal y finito, y lo que es divino, eterno e infinito. Al hacernos recordar nuestras limitaciones humanas, esas palabras nos señalan a Aquel que es siempre el mismo, y cuyos años no tienen fin (Heb 1:10-12; Sal 90:2; Sal 90:10). Nuestra mente finita no puede pensar en "el principio" sin pensar en Dios, pues él "es el principio" (Col 1:18; cf. Jn 1:1-3). La sabiduría y todos los otros bienes tienen su principio con él (Sal 111:10; Stg 1:17). Y si alguna vez hemos de asemejarnos de nuevo a nuestro Hacedor, nuestra vida y todos nuestros planes deben tener un nuevo principio en él (Gen 1:26; Gen 1:27; cf. Jn 3:5; Jn 3:1-3). Tenemos el privilegio de disfrutar de la confiada certeza de que "el que comenzó" en nosotros "la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Fil 1:6). El es "el autor y consumador de la fe" (Heb 12:2). Nunca olvidemos el hecho sublime implícito en estas palabras: "En el principio... Dios". Este primer versículo de las Sagradas Escrituras hace resaltar decididamente una de las seculares controversias entre los cristianos que creen en la Biblia, por un lado, y los escépticos ateos y materialistas de diversos matices por el otro. Estos últimos, que procuran en diferentes formas y en diversos grados explicar el universo sin Dios, sostienen que la energía es eterna. Si esto fuera verdad y si la materia tuviera el poder de evolucionar, primero de las formas más simples de la vida, yendo después a las más complejas hasta llegar al hombre, ciertamente Dios sería innecesario. Gen 1:1 afirma que Dios es antes de todo lo que existe y que es, en forma excluyente, la única causa de todo lo demás. Este versículo es el fundamento de todo pensar correcto en cuanto al mundo material. Aquí resalta la impresionante verdad de que, "al formar el mundo, Dios no se valió de materia preexistente" (3JT 258). El panteísmo, la antigua herejía que despoja a Dios de personalidad al diluirlo por todo el universo, haciéndolo así sinónimo de la totalidad de la creación, también queda expuesto y refutado en Gen 1:1. No hay base para la doctrina del panteísmo cuando uno cree que Dios vivió sereno y supremo antes de que hubiera una creación y, por lo tanto, está por encima y aparte de lo que ha creado. Ninguna declaración podría ser más apropiada como introducción de las Sagradas Escrituras. Al principio el lector conoce a un Ser omnipotente, que posee personalidad, voluntad y propósito, existiendo antes que todo lo demás y que, por lo tanto sin depender de nadie más, ejerció su voluntad divina y "creó los cielos y la tierra". No debiera permitirse que ningún análisis de cuestiones secundarias concernientes al misterio de una creación divina, ya sea en cuanto al tiempo o al método, oscureciera el hecho de que la verdadera línea divisoria entre una creencia verdadera y una falsa acerca del tema de Dios y el origen de nuestra tierra consiste en la aceptación o el rechazo de la verdad que hace resaltar este versículo. Aquí mismo debiera expresarse una palabra de precaución. Durante largos siglos los teólogos han especulado con la palabra "principio", esperando descubrir más de los caminos misteriosos de Dios de lo que la sabiduría infinita ha visto conveniente revelar. Por ejemplo, véase en la nota adicional al final de este capítulo lo expuesto en cuanto a la teoría de la creación basada en un falso cataclismo y restauración. Pero es ociosa toda especulación. No sabemos nada del método de la creación más allá de la sucinta declaración mosaica: "Dijo Dios", "y fue así", que es la misteriosa y majestuosa nota dominante en el himno de la creación. Establecer como la base de nuestro razonamiento que Dios tiene que haber hecho así y asá al crear el mundo, pues de lo contrario las leyes de la naturaleza hubieran sido violadas, es oscurecer el consejo con palabras y dar ayuda y sostén a los escépticos que siempre han insistido en que todo el registro mosaico es increíble porque, según se pretende, viola las leyes de la naturaleza. ¿Por qué deberíamos ser más sabios que lo que está escrito? Muy en especial, nada se gana con especular acerca de cuándo fue creada la materia que constituye nuestro planeta. Respecto al factor temporal de la creación de nuestra tierra y todo lo que depende de esto, el Génesis hace dos declaraciones: (1) "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Gen 1:1). (2) "Acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo" (Gen 2:2). Los pasajes afines no añaden nada a lo que se presenta en estos dos textos en cuanto al tiempo implicado en la creación. A la pregunta: ¿Cuándo creó Dios "los cielos y la tierra"? y a la pregunta: ¿Cuándo completó Dios su obra?, tan sólo podemos contestar: "Acabó Dios en el día séptimo la obra" (Gen 2:2), "porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día" (Exo 20:11). Estas observaciones acerca del relato de la creación no se hacen con el propósito de cerrar el debate, sino como una confesión de que no estamos preparados para hablar con certeza si vamos más allá de lo que está claramente revelado. El mismo hecho de que tanto dependa del relato de la creación, aun el edificio completo de las Escrituras, impulsa al piadoso y prudente estudiante de la Biblia a restringir sus declaraciones a las palabras explícitas de las Sagradas Escrituras. Ciertamente, cuando el amplio campo de la especulación lo tienta a perderse en divagaciones en áreas no diagramadas de tiempo y espacio, no puede hacer nada mejor que enfrentar la tentación con la sencilla réplica: "Escrito está". Siempre hay seguridad dentro de los límites protectores de las comillas bíblicas. Creó Dios. El verbo "crear" viene del hebreo bara', que en la forma en que se usa aquí describe una actividad de Dios, nunca de los hombres, Dios crea "el viento" (Amo 4:13), "un corazón limpio" (Sal 51:10) y "nuevos cielos y nueva tierra" (Isa 65:17). Las palabras hebreas que traducimos "hacer", 'asah, "formar", yatsar y otras, frecuentemente (pero no en forma exclusiva) se usan en relación con la actividad humana, porque presuponen materia preexistente. Estas tres palabras se usan para describir la creación del hombre. Las mismísimas primeras palabras de la Biblia establecen que la creación lleva la marca de la actividad propia de Dios. El pasaje inicial de las Sagradas Escrituras familiariza al lector con un Dios a quien deben su misma existencia todas las cosas animadas e inanimadas (Heb 11:3). La "tierra" aquí mencionada evidentemente no es el terreno seco que no fue separado de las aguas hasta el tercer día, sino todo nuestro planeta.] 

Hay quienes sostienen que el sábado fue dado únicamente para los judíos; pero Dios nunca dijo esto. Le confió su sábado a su pueblo Israel como un depósito sagrado; pero el mismo hecho de que eligiera el desierto de Sinaí, y no Palestina, para proclamar su ley, revela que su propósito era dársela a toda la humanidad. La ley de los Diez Mandamientos escrito con su dedo. En el Sinaí Exodo31:12,18  es tan antigua como la creación Génesis 1:1Genesis2:1,4 . Por lo tanto, la institución del sábado no tiene ninguna relación especial con los judíos, que no tenga con todos los demás seres creados. Dios ha hecho que la observancia del sábado sea obligatoria para todos los seres humanos. ‘El sábado -se dice claramente- fue hecho para el hombre’. Por lo tanto, que cada persona que se encuentra en peligro de ser engañada en este punto escuche la Palabra de Dios en vez de las aseveraciones humanas.

“Así como el árbol del conocimiento constituyó la prueba para la obediencia de Adán, la observancia del cuarto mandamiento es la prueba que Dios ha establecido para probar la lealtad de todo su pueblo. La experiencia de Adán seguirá siendo una amonestación para nosotros mientras el tiempo perdure. Nos advierte que no recibamos ninguna instrucción de la boca de seres humanos ni de ángeles, que nos aparte una jota o una tilde de la sagrada ley de Jehová”.[



Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 06/02/2022 00:38
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PARA SALIR DE BABILONIA HAY QUE VER EL MARCO, QUE ES OBVIO QUE ESTA CONECTADO CON ROMA E INCLUSO CON FATIMA.
 
 
13 DE MAYO O 13/5

Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 28/04/2022 18:56

La imposición de la ley dominical cambio climático Laudato Si  precede al fin del tiempo de gracia. Apococalipsis  13 y 17 

 Definidamente que la imagen de la bestia se formará antes de la terminación del tiempo de gracia; y esto debido a que constituirá una gran prueba1 para el pueblo de Dios, mediante la cual se decidirá su destino eterno.—

¿Qué es la “imagen de la bestia”? ¿Y cómo se la formará? La imagen es hecha por la bestia de dos cuernos y es una imagen de la primera bestia.2 Así que para saber a qué se asemeja la imagen y cómo será formada, debemos estudiar los rasgos característicos de la misma bestia: el papado. 

Cuando la iglesia primitiva se corrompió al apartarse de la sencillez del Evangelio y al aceptar costumbres y ritos paganos, perdió el Espíritu y el poder de Dios; y para dominar las conciencias buscó el apoyo del poder civil. El resultado fue el papado es decir, una iglesia que dominaba el poder del Estado y se servía de él para promover sus propios fines y especialmente para extirpar la “herejía”. Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del Estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines imponer la marca de la bestia y su imagen ..

La “imagen de la bestia” representa la forma de protestantismo apóstata las hijas del papado  que se desarrollará cuando las iglesias protestantes busquen la ayuda del poder civil para la imposición de sus dogmas la santidad del domingo catecismo la inmortalidad del alma ..Apocalipsis 13:17 17 y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre.

18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente

 calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de

 un hombre. Su cifra es 666.






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