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IGLESIA CATOLICA: CRISTO EN TODA LA SANTA BIBLIA ESCRITO ESTA.
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 30/05/2022 19:31


—Cristo en toda la Biblia.Exodo 20:1,17Exodo31:12,18 .

El pecado de Cristo, el Salvador crucificado para dar vida eterna, debe ser presentado al pueblo. Debemos demostrarle que el Antiguo Testamento es tan ciertamente el evangelio en sombras y figuras, como el Nuevo Testamento lo es en su poder desarrollado. El Nuevo Testamento no presenta una religión nueva; el Antiguo Testamento no presenta una religión que ha de ser superada por el Nuevo. El Nuevo Testamento es tan sólo el progreso y desarrollo del Antiguo. Abel creía en Cristo, y fué tan ciertamente salvado por su poder, como lo fueron Pedro y Pablo. Enoc fué representante de Cristo tan seguramente como el amado discípulo Juan. Enoc anduvo con Dios, y ya no fué hallado, porque Dios lo llevó consigo. A él fué confiado el mensaje de la segunda venida de Cristo. “De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares.”1 El mensaje predicado por Enoc, y su traslado al cielo, fueron un argumento convincente para todos los que vivían en su tiempo; fueron un argumento que Matusalén y Noé pudieron usar con poder para demostrar que los justos podían ser trasladados. 4TS 397.1

El Dios que anduvo con Enoc era nuestro Dios y Salvador Jesucristo. Era la luz del mundo como lo es ahora. Los que vivían entonces no estuvieron sin maestros que los instruyesen en la senda de la vida; porque Noé y Enoc eran cristianos. El evangelio es dado en preceptos en Levítico. Se requiere ahora obediencia implícita como entonces. ¡Cuán esencial es que comprendamos la importancia de esta palabra! 4TS 397.2

Se hace la pregunta: ¿Cuál es la causa de la escasez que hay en la iglesia? La respuesta es: Permitimos que nuestras mentes sean apartadas de la Palabra. Si la Palabra de Dios fuese comida como alimento del alma; si fuese tratada con respeto y deferencia, no habría necesidad de los muchos y repetidos Testimonios que se dan. Las simples declaraciones de las Escrituras serían recibidas y obedecidas. 4TS 397.3

*****

Sus principios vivientes son como las hojas del árbol de la vida para la sanidad de las naciones. 

La Palabra del Dios viviente no es solamente escrita, sino también hablada. La Biblia es la voz de Dios que nos habla, tan ciertamente como si pudiésemos oír con nuestros oídos. Si comprendiésemos esto, ¡con qué reverencia abriríamos la Palabra de Dios, y con qué fervor escudriñaríamos sus preceptos! La lectura y contemplación de las Escrituras serían consideradas una audiencia con el Infinito. Cuando Satanás trata de hacer penetrar sus sugestiones en nuestra mente, podemos, si albergamos un “Así dice Jehová,” ser atraídos al pabellón secreto del Altísimo. Muchos no alcanzan a imitar a nuestro Dechado santo, porque estudian tan poco los rasgos definidos de su carácter. Hay muchos que están llenos de planes que los tienen atareados, siempre activos, y no tienen tiempo ni lugar para que el precioso Jesús sea su compañero amado e íntimo. No le refieren todo pensamiento y acción preguntando: “¿Es ése el camino del Señor?” Si lo hiciesen, andarían con Dios, como anduvo Enoc.

Éxodo 20-> Ver. 1Entonces pronunció Dios todas estas palabras diciendo:
[V.1-> Habló Dios. El escenario ya se había alistado para la proclamación de la ley moral que, siempre, de allí en adelante, ha permanecido como la norma fundamental de conducta para incontables millones. Nadie negará que éste fue uno de los sucesos trascendentales y decisivos de la historia. Tampoco puede nadie negar la necesidad vital que tienen todos los hombres de un código tal de conducta debido a sus imperfecciones morales y espirituales y su tendencia a hacer lo que es malo. El Decálogo descuella por encima de todas las otras leyes morales y espirituales. Abarca toda la conducta humana. Es la única ley que puede controlar con eficacia la conciencia. Es un manual condensado de la conducta humana que abarca todo lo que atañe al deber humano en todos los tiempos. Nuestro Señor se refirió a los mandamientos como el camino por el cual se puede alcanzar la vida eterna (Mat 19:16-19). Son adecuados para toda forma de sociedad humana; son aplicables y están en vigencia mientras dure el mundo (Mat 5:17; Mat 5:18). Nunca pueden volverse anticuados pues son la expresión inmutable de la voluntad y del carácter de Dios. Con buena razón Dios los entregó a su pueblo tanto oralmente como por escrito (Exo 31:18; Deu 4:13). Aunque fue dado al hombre por la autoridad divina, el Decálogo no es una creación arbitraria de la voluntad divina. Más bien es una expresión de la naturaleza divina. El hombre fue creado a la imagen de Dios (Gen 1:27), fue hecho para ser santo como él es santo (1Pe 1:15; 1Pe 1:16), y los Diez Mandamientos son la norma de santidad ordenada por el cielo (ver Rom 7:7-25). La clave de la interpretación espiritual de la ley fue dada con toda claridad por nuestro Señor Jesucristo en el inmortal Sermón del Monte (léase Mat. caps. 5-7). El Decálogo es la expresión no sólo de la santidad sino también del amor (Mat 22:34-40; Jn 15:10; Rom 13:8-10; Jn 2:4). Si carece de amor cualquier servicio que prestemos a Dios o al hombre, no se cumple la ley. Es el amor quien nos protege de violar los Diez Mandamientos pues, ¿cómo podríamos adorar otros dioses, tomar el nombre de Dios en vano y descuidar la observancia del día de reposo, si verdaderamente amamos al Señor? ¿Cómo podemos robar lo que pertenece a nuestro prójimo, testificar contra él o codiciar sus posesiones, si lo amamos? El amor es la raíz de la fidelidad para con Dios y de la honra y el respeto por los derechos de nuestros prójimos. Este siempre debiera ser el gran motivo que nos mueva a la obediencia Jn 14:15; Jn 15:10; 2Co 5:14; Gal 5:6). Cuando un hombre viene primero a Cristo, con pleno conocimiento se abstendrá de todo el mal al cual ha estado acostumbrado. En su origen, con el propósito de ayudar a los pecadores a distinguir entre el bien y el mal, el Decálogo fue dado principalmente en forma negativa. La repetición de la palabra "No" demuestra que hay fuertes tendencias en el corazón que deben ser suprimidas (Jer 17:9; Rom 7:17-23; 1Ti 1:9; 1Ti 1:10). Pero esta forma negativa abarca un amplio y satisfactorio campo de acción moral que se abre ante el hombre, y permite toda la amplitud de desarrollo del carácter que es posible. El hombre sólo está restringido por las pocas prohibiciones mencionadas. El Decálogo certifica de la verdad de la libertad cristiana (Stg 2:12; 2Co 3:17). Aunque la letra de la ley, debido a sus pocas palabras, pueda parecer estrecha en sus alcances, su espíritu es "amplio sobremanera" (Sal 119:96). El hecho de que los Diez Mandamientos fueran escritos en dos tablas de piedra, hace resaltar su aplicación a dos clases de obligaciones morales: deberes para con Dios y deberes para con el hombre (Mat 22:34-40). Nuestras obligaciones para con Dios están forzosamente ligadas con nuestras obligaciones para con el hombre, pues el descuido de los deberes tocantes a nuestro prójimo rápidamente será seguido por el descuido de nuestros deberes para con Dios. La Biblia no ignora la distinción entre la religión (deberes directamente relacionados con Dios) y la moral (deberes que surgen de las relaciones terrenales), sino que une ambas en un concepto más profundo: que todo lo que uno hace es hecho, por así decirlo, para Dios, cuya autoridad es suprema en ambas esferas (ver Miq 6:8; Mat 25:34-45; Stg 1:27; Jn 4:20). Siendo palabras de Dios, los Diez Mandamientos deben distinguirse de las "leyes" (Exo 21:1) basadas en ellos, e incluidas con ellos, en el "libro del pacto" para constituir la ley estatuida de Israel (ver Exo 24:3). Las dos tablas que comprenden el Decálogo -con exclusión de las otras partes de la ley - son llamadas de diversas formas: "el testimonio" (Exo 25:16), "su pacto" (Deu 4:13), "las palabras del pacto" (Exo 34:28), las "tablas del testimonio" (Exo 31:18; Exo 32:15) y "las 613 tablas del pacto" (Deu 9:9-11). Esas tablas de piedra, y sólo ellas, fueron colocadas dentro del arca del pacto (Exo 25:21; 1Rey 8:9). Fueron así consideradas, en un sentido especial, como el vínculo del pacto. La colocación de las tablas debajo del propiciatorio permite comprender la naturaleza del pacto que Dios hizo con Israel. Muestra que la ley es la base, el fundamento del pacto, el documento obligatorio, el título de la deuda. Sin embargo, sobre la ley está el propiciatorio, salpicado con la sangre de la propiciación, un testimonio reconfortante de que hay perdón en Dios para los que quebrantan los mandamientos. El AT uniformemente hace una clara distinción entre la ley moral y la ley ceremonial (2Rey 21:8; Dan 9:11). ]













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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: mykingdom Enviado: 02/01/2023 16:47
I like this post, enjoyed this one regards for posting. "Abortion is advocated only by persons who have themselves been born." by Ronald Reagan. 


 
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