¿Has jugado alguna vez a vestirte como los mayores o has pretendido ser una persona mayor? Tú sabes, es cuando te vistes como mamá o papá y actúas como si fueras mayor. Yo hacía eso cuando era pequeño y uno de mis juegos favoritos era “jugar a iglesia” con mis amigos. Uno de los niños hacía de predicador, otros era el que dirigía los cánticos y otros fingían tocar el piano y recoger la ofrenda. ¡Era divertido!

Especialmete me gustaba “jugar a iglesia” cuando me tocaba ser el predicador. Todos deseaban ser el predicador porque creíamos que era el personaje más importante. Cuando tú eras el predicador, podías decirles a todos lo tenían lo que hacer y caminar haciéndote el importante.

En la lección bíblica de hoy, Jesús tenía algo que decir acerca de “jugar a la iglesia.” Oh, él no estaba hablando de niñitos vistiéndose con la ropa de sus padres y pretendiendo ser mayores. Él estaba hablando acerca de los maestros de la ley y los fariseos en la sinagoga donde las personas iban a adorar. Jesús dijo que todo lo que ellos hacían era hecho para que otros puedieran verlos y pensaran lo maravillosos que eran. A ellos le encantaba tener un sitio especial de honor en la sinagoga y les gustaba especialmente cuando las personas les llamaban “rabino.” Eso quiere decir “señor” o “maestro.”

¿Qué dijo Jesús que hiciéramos con esta clase de maestros? Podrías pensar que él dijo: “¡Sáquenlos de aquí! Ustedes no tienen que escucharlos.” Pero no lo hizo. Él dijo: “Obedézcanlos y hagan todo lo que digan; pero no lo hagan lo que ellos hacen, porque ellos no practican lo que predican.”

“¡Practica lo que predicas!” ¿Alguna vez alguien te ha dicho éso? Bueno, debo admitir que lo he escuchado varias veces, y aunque duele escucharlo a veces, es un buen consejo. Cuando viene al hecho de vivir una vida cristiana, necesitamos estar seguros de que queremos decir lo que expresamos y que no sólo estamos “jugando a iglesia”.

Aquí tenemos un pequeño poema que sería bueno recordar:

Puedes saber mucho de la Biblia
Y puedes tener el don de enseñar,
Pero lo es más importante-
Lo que predicas, practicar.

Querido Padre, es muy importante lo que nosotros le digamos a otros acerca de Jesús y de su amor por ellos, pero ayúdanos a recordar que es más importante el que otros vean el amor de Jesús en nosotros. Amén.