La carne y el viejo hombre

Antes de ir a cristo, todos estábamos conformados a este mundo, es decir estábamos moldeados, moldeados por él...y podemos seguir siendolo, si permitimos que nos siga influyendo.

Como viviamos alejados de Cristo, aprendimos a vivir independientes de Dios, pot lo que desarrollamos nuestros recursos y métodos para manejarnos en  la vida. estabamos separados de Dios y no entendiamos sus caminos.

Utilizabamos nuestros humanos y limitados recursos, como por ejemplo, mentir, adular, gritar, controlar, agredir, mani- pular, etc, etc.

Gran parte de lo que la Biblia llama "la carne" son nuestra manera de ser de antes de conocer al Señor.

La carne no muera al recibir a Jesús en nuestro corazón, continúa presente en nosotros, produce frutos, "Y manifestación son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, iras, contiendas, disensiones, herejías,

envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya lo he dicho antes, los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios." (Gál.19:21), se encuentra en oposición con el Espíritu Santo,"Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí para que no hagais lo que quisierais" (Gál.5:17).

Nuestras experiencias mundanas nos programaron por completo par pensar ajenos a Dios.

"Sabiendo esto, que el viejo hombre fue conjuntamente crucificado co él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, al fin de no sirvamos más al pecado". (Ro.6:6).

El cristiano ya no está en la carne, ahora está en Cristo, pero aun cuando no está en la carne, aun nos induce a seguir viviendo según nuestra antigua manera de vivir.

"Ahora pues no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque le ley del Espíritu de vida Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte" (Ro.8:1-2).

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