¿Cómo está su compromiso de Santidad?

"Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda

contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios"

Hace algunos años cuando por primera vez escuché esa alabanza interpretada por

Jesús Adrián Romero que se titula "Hacemos hoy", recuerdo que tocó mi corazón y me

motivó a vivir en santidad. La letra de la alabanza dice: "Hacemos hoy, ante tu altar,un

compromiso de vivir en santidad", realmente el anhelo de nuestro corazón debe ser

ese, el tratar por todos los medios de vivir en santidad.

El hecho de no ser perfectos no significa permiso para pecar, pues muchos se excusan

en que nadie es perfecto y permiten que el pecado haga presa en ellos. Si bien es cierto

que ninguno de nosotros es perfecto, eso no quiere decir que debamos recibir al pecado

con los brazos abiertos, por el simple hecho de que somos imperfectos y fallamos: Una

cosa es fallar y la otra acostumbrarse a fallar continuamente, poniendo como excusa la

debilidad humana o cualquier otra semejante.

Jesús vino a la tierra a mostrarnos que se puede vivir en santidad, que se puede ser

tentado en todo, más no pecar, es el ejemplo vivo en el cual no podemos encontrar fallo

alguno, Él vino a enseñarnos el camino por el cual debíamos andar, a enseñarnos a base

del ejemplo la forma adecuada de vivir agradando a Dios.Pese a ser humano (si dejar de

ser Dios) y sentir lo mismo que nosotros sentimos. Él decidió firmememnte hacer un

pacto con Dios de santidad que cumplió hasta el final.

Si, yo sé que ninguno de nosotros somos Jesús, pero nos hacemos llamar "cristianos", lo

cual significa que nuestro modelo es Cristo Jesús, lo que tendría que traducirse en

imitar sus pasos, su andar, su testimonio, pero ¿Estaremos imitándolo? ¿La imagen de

Cristo está reflejada en mi vida? ¿Soy digno de ser llamado cristiano?, son preguntas

que lejos de desanimarnos, nos deberían llevar a la reflexión que como resultado es un

cambio radical en nuestra manera de vivir.

Cuando vinimos a Cristo decidimos poner fin a la vida desordenada que llevábamos, esa

vida llena de pecado, la cual nos estaba condenando al sotano 44 (tuve un pastor cuando

era candidato que en vez de infierno decía sótano 44), pero desde el momento en que le

entregamos nuestra vida al Señor decidimos comenzar a seguirlo, a seguir sus pasos, a

ser guiados por el Espíritu Santo y a utilizar Su Palabra como lumbrera para nuestro

camino. A la vez renunciamos al pecado y decidimos hacer un compromiso con Dios de

vivir en santidad.

Amados (as), es momento de reflexionar de como está nuestro compromiso con Dios.

¿Realmente estamos cumpliendo sus expectativas?. ó, ¿Estamos dejando mucho que

desear?, no se trata de desanimarnos en el camino, ni mucho menos el rendirnos al

hecho de ser fieles y vivir en santidad. Por circunstancia de la vida este compromiso

se querrá romper, ya que nos enfrentaremos con situaciones que querán manchar

nuestro caminar, paro que hermoso sería que en estos momentos de conflicto

interior donde está la elección de fallar o mantenerse en santidad, pueda recordar que

un día dijo NO AL PECADO y si a la VIDA QUE CRISTO LE OFRECÍA.

Se trata de recordar que TODO lo podemos en Cristo que nos fortalece como dice el

apóstol Pablo, se trata de recorda que jamás seré tentado más de lo que pueda

soportar, se trata de recordar que Dios nunca pondrá una carga sobre mí que no pueda

aguantar, se trata de recordar que un día pedimos perdón por nuestros pecados y por

eso decidimo comenzar una vida de santidad.

Santidad es apartados del pecado y consagrados para Dios, no se trata de que ahora se

vaya aponer dentro de su casa y no salir porque ahora es santo, no, se trata de que

cada día de mi existir sea motivo de recordar el compromiso que tengo de vivir santa y

piadosamente como Dios anhela que lo haga.

No permita que el pecado borre su nombre del libro de la vida, no permita que

momentos de placer arruinen su corona. " Y seréis aborrecidos de todos por causa de

mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, este será salvo" Mateo 10:22.