¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz,
para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?
Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida;
delante de mí están siempre tus muros.
Isaías 49:15-16
Cuántas veces Dios ha secado mis lágrimas con éste versículo,
acariciando mi vida, provocándome en ÉL, seguridad y alivio.
¿Cómo NO amar a un Dios tan bueno, compasivo, misericordioso,
que solo quiere mi bien eterno?
Quién NO se ha dado la oportunidad de conocerle y experimentar SU Amor
NO SABE LO QUE SE PIERDE‼️
Tomado hna Evangelina Cor Larrañaga