Aún cuando no hayas tenido un padre que te humillara, si fuiste emocionalmente abusado o sufriste de negligencia, no lo dudes recibiste grandes cantidades de vergüenza. Esta vergüenza necesita convertirse en enojo con el fin de que hagas añicos el espejo que la vergüenza crea.

El enojo empuja a la vergüenza. Al liberar tu enojo hacia tus abusadores te ayudará a detenerte de culparte a ti mismo. Enojándote con tu abusador afirmará tu inocencia, y la fuerza vital de enojo se estará moviendo hacia la dirección correcta: hacia afuera en lugar de hacia dentro.