Seguimos hablando de Miguel y Rosa de acuerdo al mensaje del día de ayer 13 de mayo 2010, la pareja que vino a mi consultorio para solicitar ayuda ya que estaban a punto de divorciarse.

Les pedí a Miguel y Rosa que se sentaran en dos sillas uno frente al otro. "Rosa, me gustaría que le dijeras a Miguel lo que me dijiste a mi, y me gustaría que lo miraras en los ojos cuando lo hagas" le recomendé.

Sin mucho quererlo, Rosa repitió lo que ella había dicho, mirando a los ojos de Miguel cuando hablaba. Aún después de todos estos años, las lágrimas empezaron a correr en su rostro.

"Miguel, ¿puedes ver como el hecho de que filtrearas con otras mujeres hirió a Rosa? le pregunté

Rosa lo miró a Miguel y le dijo, "Si, te detuviste, solo porque temías que tuviera otro romance allá afuera".

"¿Te has disculpado con Rosa por haberla herido?" le pregunté a Miguel

"No, ella se desquitó teniendo un romance. Estabamos a mano".

"Evidentemente no" le dije. "La guerra ha seguido en pie por años".

"Bueno, quiero que termine" dijo Miguel

"Entonces cada uno tiene que decirle al otro que tan heridos se encuentran y disculparse uno al otro".

Así, cada uno le dijo al otro cuán heridos se encontraban. Rosa le explicó a Miguel que el hecho de que hubiera empezado a filtrear le provocó en ella una sensación de inseguridad en su atractivo, y como eso le afecto la relación sexual. Después de que empezó a filtrear a las mujeres, ella dijo que nunca se volvió a sentir tan espóntanea en la cama como antes. Terminó diciendo, "Cuando nosotros nos casamos, me sentía la mujer más maravillosa del mundo porque me amabas. Pero cuando empezaste a ver a otras mujeres, mi corazón se sintió tan herido. No me sentí más hermosa nunca más. Me sentía fea." Las lágrimas corrían por sus mejillas a medida que ella volvía a sentir el dolor.

"Me gustaría que le preguntaras a Rosa si ella también te perdonaría por filtrear con otras mujeres".

"Por favor perdóname. No entendía cuanto te hería".

Rosa miró a Miguel a los ojos y le dije "te perdono Miguel".

"Ahora es tu turno, Miguel. Me gustaría que le dijeras a Rosa como se sintió saber que ella dormía con otro hombre-aún si fue para darte una lección".

Me quedé callada por varios minutos, dejando que se calmaran uno al otro. Aunque parecía haber otro asunto que atender también.

"Rosa, Me gustaría que le pidieras a Miguel que te perdone por tener un romance".

Ella lo hizo. "¿podrías perdonarme Miguel? Sé que hice una cosa horrible. No tenía porque herirte de esa manera. Te quería herir así como tu me heriste a mi, pero nunca me di cuenta que te había herido demasiado. Por favor perdóname".

Hubieron más sollozos y Miguel susurro "te perdono".

Vi a Miguel y a Rosa por dos sesiones más para asegurar de que no hubiera alguna rabia remanente y enseñarles habilidades para comunicarse. Hubieron unas pocas disculpas más por lo que paso en estos años, pero ya habiendo recibido las disculpas más importantes, acordaron ser más flexibles en perdonarse cosas que habían pasado que también les incomodaron.

Recibí 6 meses después una tarjeta en la que me confirmaron e invitaron a reafirmar por segunda vez sus votos matrimoniales.

¿Que maravilla verdad? bueno les comparto este diálogo porque deseo que aquellas parejas que estén pasando las de Caín por favor que busquen ayuda y no tengan miedo, un buen terapeuta les podrá guiar para que se mantengan unidos.