¡Me siento entusiasta por la vida!

Entusiasmo

Al centrarme en oración diaria, desarrollo mi sólida naturaleza espiritual y entusiasta en todo lo que hago.

El espíritu morador de Dios me inspira a actuar con confianza exuberante. Recibo guía para poder servir a los demás y para poder hacer diferencias significativas en mi mundo.

Me sobrepongo a cualquier pensamiento de apatía o de desgano, adopto proyectos y procedimientos con creatividad y energía. Sigo las ideas divinas y las comparto.

Durante el día, saludo a otros con entusiasmo genuino. Mis pensamientos afirmativos me motivan y mis acciones consideradas alientan a aquellos que me rodean a seguir adelante en una dirección positiva.

Todo objetivo se logra sin esfuerzo y con ¡entusiasmo!

“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.”—Romanos 12:11