Cada pensamiento que tenemos y cada acción que realizamos llega a ser parte de la energía colectiva del planeta.

Cuando usamos nuestra energìa para traer luz al mundo, se combina con la luz que otros traen para eliminar la oscuridad.

Bendecir significa desear, incondicionalmente y desde el fondo de tu corazón todo el bien para los demás.

Bendecir es darse cuenta de la omnipresente y universal belleza oculta de los ojos materiales, es activar la ley de atracción , al desear algo bueno a alguien, algo bueno también vendrá para nosotros.

Cuando conviertes en una práctica diaria espiritual el arte de bendecir, aprenderás a manifestar tus pensamientos y sentimientos de bienestar , generando un ambiente de amabilidad, paz y amor dondequiera que vayas.

Atraes cosas buenas, júbilo y amor a tu propia vida y las vidas de aquellos que están cerca de ti, abriendo posibilidades de sanar corazones que han sido controlados por el odio y el rencor, la frustración y el miedo, experimentas un gran sentido de Unidad con toda la vida.

Mejoras la vida y el crecimiento de todos los reinos de la naturaleza – humano, animal, vegetal y mineral.

Bendecir es la manera perfecta de desarrollar una conciencia centrada constantemente en la vida. Cada día es una bendición y cada momento hay muchas cosas de las cuales podemos estar agradecidos.

El mundo se abre ante nosotros cuando vivimos en un ambiente de gratitud .

Cuando bendecimos, cuando pedimos por algo bueno, lo hacemos desde la fuente de toda la bondad. Podemos compartir nuestras experiencias y entender a los demás, no desde la compasión, sino desde la conección.

Cuando decidimos estar constantemente agradecidos, nos percatamos que cada respiro es un milagro, y cada sonrisa se convierte en un regalo.

Comenzamos a entender que las dificultades son también lecciones invaluables. El sol siempre está brillando para nosotros cuando estamos agradecidos.

Aun si existen nubes en un día lluvioso, viviendo en un estado de gratitud y bendiciendo todo nuestro alrededor, nos permite expander nuestra abundancia,  ya que esa es la energía que emanamos de nuestros seres.

Debido a que el mundo siempre nos regresa todo lo que hemos sembrado, las bendiciones adicionales que inevitablemente fluyen hacia nosotros, nos dan aún más de qué estar agradecidos.

Entre más apreciamos la vida, la vida nos aprecia más. Ofrecer una bendición no es una tarea difícil. Diariamente tenemos infinitas posibilidades para practicar el arte de bendecir.

Una bendición puede ser tan simple, que muchas veces hacemos del Arte de Bendecir algo que ya está dado. La vida en si misma funciona a través de bendiciones, ancestrales o modernas, son una parte importante de nuestra fe en la vida.

Una bendición es un puente entre el cielo y la tierra, la transferencia de lo divino que ocurre cuando llevamos a cabo esta práctica y se convierte en un momento sagrado.

Tenemos sueños y deseos que tal vez hayan sido originados por generaciones anteriores, no permitas un sólo día sin recordar que eres un Ser Espiritual, busca la sabiduría de la bondad, presta atención a pequeñas bendiciones que traen consigo alegrías y tesoros olvidados en un simple día de vida.

Aprecia y recuerda el Arte de Bendecir, permite que lleguen a tu vida bendiciones y regalos espirituales para compartir con otros.

Que siempre seas abundantemente bendecido. NAMASTE