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Messaggio 1 di 24 di questo argomento |
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Da: 048665 (Messaggio originale) |
Inviato: 04/11/2011 01:42 |
Día 1
El Vuelo del Chamán
Era de noche, acabamos de cenar, estaba un poco nervioso y emocionado por empezar el seminario, Don Carlos nos llamo, caminamos con él hasta encontrar un lugar despejado entre los árboles.
Nos pidió que nos sentáramos en círculo alrededor de él, yo estaba un poco preocupado ya que había cenado mucho, nos habían servido unas enchiladas y comí demasiadas, pensé que de haber sabido que íbamos hacer una actividad mejor no hubiese cenado.
Don Carlos dijo: “siéntense en círculo, en una postura cómoda pero que les permita estar inmóvil...” mi corazón palpitaba y mi estomago protestaba.
Me sentía incomodo y emocionado, pensé que debí haber preguntado más sobre el seminario para estar listo, y en un sentimiento de resignación me dije a mí mismo “ay pues ni modo haber que pasa” o como decimos en sonora “chale... ni pedo ”
Don Carlos explico detalladamente la dinámica a realizar, inmediatamente me di cuenta que no estaba preparado para tal tarea, Don Carlos pregunto: ¿alguna duda?, quise hablar y decir que no sabía qué hacer, pero al ver a mis compañeros contentos y decididos a empezar en cualquier momento me acobarde y guarde silencio, me auto justifiqué: “bueno que tanto puede durar esto me aguanto y ya, de seguro ellos tienen experiencia y yo no, además todo esto del animal de poder me parece una locura”, por otro lado pensé simplemente en levantarme explicarle que quizás por esta vez quedara excluido por mi falta de experiencia, en otras palabras pensé en solicitarle una indulgencia pero algo me dijo que si yo hacia eso Don Carlos me daría un tamborazo en la cabeza.
Don Carlos empezó a tocar el tambor, me senté en la postura de Sufi, sentía que me estaba ahogando, mi corazón palpitaba como caballo, llego un momento en que tuve la impresión que Don Carlos estaba solo dando vueltas con su tambor alrededor de mi, y paso por mi mente el siguiente pensamiento: este hombre no va a parar hasta que pase algo vale más que empiece a buscar lo que quiere.
Empecé a visualizar imágenes de distintos animales mis ojos se empezaron a mover para todos lados rápidamente, empecé a gritar internamente de desesperación, me cansé de buscar y decidí parar, me sentí frustrado y decidí solo dejarme ser al igual que lo hago cuando practico sitting, empecé por sentir mi cuerpo, notar la respiración, sentir el viento en mi piel, escuchar el entorno, empecé a escuchar los golpes del tambor de Don Carlos y sus armónicos.
En ese momento me di cuenta que eso era lo correcto y que era todo lo que podía hacer, me entregue y súbitamente tuve la impresión de despertar en otro lugar, me encontraba en un bosque a la orilla de un rio, tenía mi dorso desnudo, sentí una mirada, busque a mi alrededor y vi un lobo que me volteo a ver directamente a los ojos de manera súbita.
Tuve una sensación clara que provenía de él, era un mensaje y decía: VETE DE AQUÍ, hice caso omiso ya que recordé que previamente Don Carlos nos había dicho que había que hacernos amigos de nuestro animal de poder y que este al principio nos rechazaría pero que debíamos insistir.
Tenía mucho miedo, pero me acerque y lo acaricie, el lobo era enorme tenía el pelo negro, la cara blanca con un marco negro alrededor de los ojos, sus ojos eran cafés y me daban una sensación de profundidad, el lobo se enfureció y el pelo de su lomo se erizo el hocico se replegó mostrándome sus colmillos, se lanzo sobre mí, me mordió el pecho, tuve la sensación de que éste devoraba mi corazón.
Inmediatamente tuve una imagen en la que corría por el bosque y el lobo me perseguía, huí hasta llegar de nuevo al río y de nuevo sentí su mirada al verlo de nuevo un nuevo mensaje llego a mi decía: CONFIANZA; esta vez el lobo lucia diferente ya no era negro sino plateado.
Sentí que me pedía que lo siguiera, corrimos juntos por el bosque, llegamos a una montaña nevada, lo seguí hasta la cima, se paro en la punta como si fuera aullar, sentí que tenía que subir, al llegar a la punta todo cambio, el horizonte se transformo en un mar.
Era el atardecer y el sol se ocultaba en el horizonte, parecía que se hundía en el mar, me metí al mar y nade en dirección del sol, al llegar desaparecí.
Todo se veía negro, todo era totalmente obscuro, súbitamente apareció ante mí la imagen de un circulo dividido en tres partes de color amarillo, rojo y verde-azul.
De la parte central del circulo de abrió un espacio del cual surgió una imagen geométrica como una especie de cuerpo de cristal hecho por triángulos, el cuerpo brillaba, llego a mí la idea de que esa imagen era yo, en ese instante el cuerpo geométrico se desvaneció y adquirió la forma de una Aurora Boreal, la contemple por un tiempo, entonces escuche a Don Carlos decir: Regresen.
Abrí los ojos y me sentía diferente, no sentía necesidad de moverme ni de hablar, mi pecho tenía una sensación de calor, mi mente estaba en paz.
Gradualmente la intensidad de ese estado fue disminuyendo, Don Carlos dijo que podíamos compartir nuestra experiencia, pregunto que si alguien quería empezar, pensé en iniciar mi relato pero me sentí avergonzado y decidí esperar.
Y en eso un compañero inicio su relato, al terminar Don Carlos les hacía una observación sobre su visión, pasaron 3 compañeros y yo estaba indeciso si debía hablar de lo que había visto.
Pensé en no decir nada en quedarme callado, pero me acorde de Mery, me sentí agradecido por la experiencia vivida y su ayuda, ya que gracias a ella estaba hasta ahí con Don Carlos esa noche, entonces entendí que tenía que pagar y supe que tenía que participar.
Y empecé mi relato a mis compañeros y a Don Carlos.
Día 2
A la mañana siguiente me encontraba sentado en el desayuno a lado de Don Carlos, y le pregunte: Maestro, ¿Qué fue lo que vi anoche?, ¿fue real?, ¿es mi imaginación creativa diciéndome que necesito?
Don Carlos me dijo: claro que es real, esas cosas ahí están, fue una experiencia, primero necesitas experiencias, ¿qué significa? Por ahora no importa, más bien piensa que te estás llevando a Sonora con este seminario, si tú crees que te llevas puras pinches palabras estás pendejo… Aunque las palabras de Don Carlos eran duras entendí que era lo que necesitaba.
La Danza
Después de explicar parte de los temas planteados para el seminario, Don Carlos no pidió que nos formáramos en tres filas, le pidió a Felipe que pusiera música, y empezó a mostrarnos una serie de movimientos, empezamos a practicar, Don Carlos nos pidió que enfocáramos nuestra vista de tal manera que viéramos todo el espectro visual y a la vez nada en particular.
Iniciamos la Danza, Don Carlos nos pidió que nos entregáramos, que danzáramos utilizando como impulso nuestro corazón, nos pidió que cantáramos la melodía de la música, Don Carlos insistía que danzáramos con la totalidad de nuestro ser.
Conforme la Danza transcurría pude sentir una energía sutil en el ambiente, me sentí feliz, tuve pequeñas imágenes mentales de familiares, recuerdos de mi vida, una sensación cálida estaba presente en mi pecho, sentí que algo se estaba explicando a la vez que me conectaba con todo.
Vi a mis compañeros Danzar, tuve la impresión de que nuestra Danza asemejaba un bosque que se movía de un lado a otro con el viento, me sentí integrado en algo más grande, sentí que todos eran necesarios, todos mis compañeros me parecían profundamente hermosos.
Mientras Danzaba las lágrimas salían de mis ojos, no podía parar de llorar, estaba feliz, terminamos la danza, Don Carlos nos pidió que atesoráramos la sensación.
Me di cuenta que no tenía que hacer nada para retenerla, el calor en mi pecho era constante, me sentía tranquilo, no sentía necesidad de nada ni siquiera de moverme.
Cada vez que veía a un compañero me perdía en un estado contemplativo, me sentía conmovido y las lagrimas salían de mis ojos.
Me sentí así toda la tarde del sábado.
Día 3
La noche anterior estuve inquieto, cada vez que me quedaba dormido escuchaba una voz que me despertaba mencionando mi nombre, me despertó tres veces, me al principio me pareció escuchar la voz de Enrique, la segunda vez la voz de Don Carlos, y la tercera la voz de Felipe.
Para la tercera vez que me sucedió pensé que no era casualidad, pero no sabía qué hacer, así que decidí salir a caminar, la noche era tranquila y un poco fría, camine pensando en las experiencias pasadas, sin razón alguna me dirigí al lugar donde habíamos realizado El Vuelo del Chaman.
Y me senté, pensé sobre mi animal de poder y empecé a practicar sitting, después recordé a Don Carlos y la pregunta de la cual nos había estado hablado esa tarde, ¿Quién soy yo?, pensando en mi experiencia con la danza supe que realmente nunca me había preguntado quien era yo.
Entonces vino a mí el entendimiento de que me había estado planteando mal la pregunta, comprendí que ésta iba más allá del intelecto, entonces cerré los ojos y empecé a preguntarme ¿quién soy yo? Pero en vez de usar mis pensamientos, me entregue a la pregunta de la misma manera en que me entregue a la danza.
Inmediatamente una clase de emoción o energía recorrió mi cuerpo, al principio sentí un hormigueo en el lado derecho de mi cabeza, después lo sentí en el centro, sentí miedo y me distraje, lo volví a intentar la sensación sucedió de nuevo, empecé a escuchar mi entorno, había ruidos que provenían de lejos, insectos, el viento, la humedad y los mosquitos.
A lo lejos escuche una risa, abrí los ojos y me pare, camine hacia el rumbo de donde provenía la risa, y ahí estaba Don Carlos con algunos de mis compañeros, platicando sobre todo y de nada, me senté y reí con ellos.
El último día.
Don Carlos terminó de hablar de los últimos temas que le habíamos solicitado, acto seguido pasamos a practicar las danzas, mis compañeros le regalaron a Don Carlos una Danza, sentí una gran ternura al verlos danzar, percibí una comunicación de corazón a corazón, lloré.
Don Carlos nos paso al frente y practicamos una danza para hombres, me sentí emocionado y revitalizado, estaba muy concentrado danzando, cuando de un momento a otro entre los espacios de descanso en nuestra practica Don Carlos nos regalo una Danza, mi torpeza no me dejo ver el regalo al inicio, pero mi sensación fue más rápida y se inundo de felicidad al ver a Don Carlos Danzar, dejando en mi una impresión de alegría.
Ahora han pasado tres días, y cada vez que necesito conectarme con el trabajo solo necesito recordar a Don Carlos Danzar para revivir el choque que necesito para continuar mi camino a Ítaca.
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Messaggio 2 di 24 di questo argomento |
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Da: amoluna |
Inviato: 04/11/2011 15:24 |
Muchas gracias Marco por compartir tu experiencia.
Un abrazo,  |
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Messaggio 3 di 24 di questo argomento |
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Da: hear |
Inviato: 05/11/2011 13:13 |
muchas gracias por compartir tu experiencia.
Un abrazo |
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Messaggio 4 di 24 di questo argomento |
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Me alegro mucho de todo lo que has podido experimentar en el seminario con Don Carlos y también que eso te ayude a seguir con el TRABAJO!
gracisa por compartirlo compañero!
un abrazo
Montse
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Messaggio 5 di 24 di questo argomento |
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Compañero:
Fue un verdadero gozo leer tu experiencia, gracias por compartir.
Patricia. |
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Messaggio 6 di 24 di questo argomento |
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Da: moshdé |
Inviato: 06/11/2011 22:00 |
Nos pregunta el Carlos querido: ¿Que me llevo de este Seminario?
Mi trabajo de Cuarto Camino en estos 4 años ha sido más que nada, a solas. Aunque a veces he participado en clases o reuniones periódicos, la mayoría de veces mi trabajo se limita (¡lo limito!) a algo de lectura, algo de Sitting, y participación en una clase por el sitio de internet.
Lo bello del Seminario es que trabajo y veo trabajar, intensivamente. Estoy rodeado de las Personalidades y Esencias de todos, por momentos se asoma la personalidad de cada quien y luego la esencia, a veces entrelazadas en la misma acción, en la misma frase. Es más fácil ver cómo la justificación o la autoconsideración o tantas otras manifestaciones de la Personalidad estorban el trabajo, cuando las veo en otra persona… y me acuerdo que soy igual, que todos somos iguales. Claro, unos han hecho más trabajo o tienen más lucidez, más vision para separarse rápidamente de las emociones negativas, pero cuando veo que todos caemos en nuestro pantano interior, esto me ayuda a no juzgar y no sentirme ni inferior ni superior, a no decir “¡ya la hice!” cuando siento la luz dentro de mí, ni “soy un fracaso” cuando hago 20 minutos de relajación y OTRA VEZ no paso más allá de los pómulos. El chiste no es eliminar las caídas, sino qué hacemos cuando nos caemos.
Entre pláticas y ejercicios, las horas volaron. Por un rato corto danzamos todos, y aunque nuestros movimientos estaban lejos de ser perfectos, por momentos se podía palpar la energía que estábamos generando todos juntos, era como una ola de sensación, de conexión con algo que pasaba por todos nosotros y se conectaba con algo más allá de nosotros. Un sorbo que nos dejó con ganas de más, y por lo tanto, con más posibilidad de meternos donde podamos aprenderlas.
Y ver al grupo de Texcoco-DF hacer sus 4 danzas para Carlos, fue un bello regalo. Ver tanto esfuerzo, tantas ganas de hacer, tanta entrega, con la imperfección del que somos repletos los humanos, llenos de gracia y vitalidad como también podemos ser los humanos, ver como el lenguaje de cada cuerpo es un reflejo tan bonito y tan fiel de cada persona, me hizo sentir grande y chiquita a la vez, grande por ver que este poder está a mi alcance también, y chiquita por sentir presente la fuerza del más allá, la luz y la calma que hay en su interior, esa fuerza eterna y completa, tan lejos de los pequeñeces con los cuales nos preocupamos a diario.
Y ver a los participantes más nuevos, los que sabían poco o nada del Cuarto Camino, ver su entrega y el efecto tan contundente que tuvo en ellos esta experiencia, también me acordó que la fuerza del trabajo no se basa en una fe abstracta sino en lo que percibimos en nosotros mismos, en la experiencia concreta en nuestro cuerpo, tenemos la seguridad que esto sirve, porque lo vemos en nosotros mismos.
Estar rodeado de tantos espejos también me acordó de lo importante que es mantenernos alertas para notar cuando la imaginación intenta apoderarse del momento: pareciera que la imaginación (¿o es la personalidad?) busca convertir la experiencia del trabajo en algo más grande, o más pequeño, de lo que es. No importa hacia cual distorsión nos inclinamos, porque la meta (de ese Yo) es convertir algo poderoso y polifacético en algo más plano y simple y sobre todo, convertirlo en algo separado de la observación de sí y de la incomodidad que esa observación puede generar en nosotros mismos. El reto es observarse sin juzgarse y sin parar.
Ahora siento más ganas de juntarme al grupo de Texcoco-DF, porque es muy cierto que a solas, es más fuerte mi Yo que quiere olvidarse de las lecciones, que quiere quedarse dormida. Resisto entrar en el grupo, tengo muchas razones aparentemente sólidas, pero sé que solo son inventos de mi cerebro. Como bien dicen, el interés tiene pies.
Gracias Carlos, gracias al grupo que organizó el evento, espero que la experiencia también les llene a ustedes con luz y con más fuerza para seguir este camino, este Cuarto Camino. |
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Messaggio 7 di 24 di questo argomento |
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Mi experiencia en el seminario:
En los últimos meses me había alejado algo del Cuarto Camino, básicamente con el pretexto que la compañía para lo cual he chambeado por los últimos 11 años esta hundiendo, y tuve que hacer un gran esfuerzo para no hundir con ellos y desafortunadamente no sentí capaz de combinar mis estudios y chamba con el Trabajo. Así que bien necesitaba el seminario para reubicarme y para ayudarme a des-identificar para poder buscar un balance con la integración del Trabajo en mi vida.
El lugar me pareció perfecto para el seminario ya que es un lugar espiritual que emane energía de espiritualidad, estudio, disciplina y trabajo.
Me impresionó la harmonia que sentí con nuestro grupo de 21 personas y me dio mucho gusto sentir tal harmonia desde el principio con los personas quienes no conocía, y esto se vio con la integración harmónica de una persona que nunca había danzado con las integrantes del grupo Mexico/Texcoco cuando presentamos 4 danzas. En el seminario pasado, nos “presentamos” una danza, y de hecho así lo sentí, o sea, como una presentación, pero en este ocasión, cuando “presentamos” las 4 danzas, no lo vi como una presentación, sino una oportunidad de seguir Trabajando en mi, tratando de ignorar (con limitado grado de éxito) que teníamos una audiencia, y concentrar en mi Trabajo, o sea, estar presente con la sensación de que “yo soy” mi propio amo, y puedo hacer lo que el “yo del Trabajo” decida hacer. Se pudría decir que, desde el anterior semanario, que tenemos un año y medio danzando, así que de acuerdo con lo dicho, ya llevamos hecho por lo menos la mitad de tiempo que se debe dedicar a los danzas, pero en lo personal, siento que apenas estoy empezando en este area del Trabajo. Empiezo sentir lo importante que son las danzas, a vibrar el significado cada danza y de cada movimiento en cada danza. Siento que alli es precisamente donde pertenezco, o sea, no especulando en la teoría con mis centros intelectuales e emocionales, sino Practicando lo practico para una comprensión directa de los posibilidades de llegar a ser menos mecánico a través de invaluables ejercicios físicos (intelectuales) a manera de preparación. Así que estoy convencido de que los danzas es donde tengo que estar para poder unir centros físicos e intelectuales para poder quitar energía corrupto de mis centros emocionales bastardeados durante 45 años.
Pero también sí tocamos la teoría del Trabajo, y de hecho me pareció perfecta la combinación de teoría y practica. Sentí abierto a absorber hasta donde podía ya que venia del Maestro Don Carlos, así brindándome un buen de confianza en saber que lo que estaba oyendo venia precisamente de un Maestro con muchísimos años de Trabajo atrás. Sentí una progresión natural de los dos seminarios anteriores que asistí, y aunque se toco temas que ya se habían tocados, eso era lo de menos, ya que lo diferente era mi manera de percibir y absorber tales temas.
Otra cosa de que me convencí es del valor de Don Carlos, ya que sí es bien cierto que no seria posible escapar del cárcel sin ayuda externo. A mi, no me es fácil confiar en las personas y aceptar ayuda por falta de confianza; desde muy chico he sido rebelde, pero ahora me da gusto poder decir que sí confío el la guía y enseñanza que Carlos comparte con nosotros porque se que viene de una linea directo en el Trabajo y que comparte con nosotros desinteresadamente, o si sí tiene algún interés, siento que tal interés seria que nos aplicamos al Trabajo. Entiendo que mi rebeldía y falta de confianza viene de traumas de mi niñez, y poder confiar, para mi, en una guía es un avance importante que mi brinda mas posibilidades en mi búsqueda de ser yo mismo. Una cosa importante que me llamó la atención del Cuarto Camino, era precisamente la introducción del libro de Ouspensky, cuando dice algo como “los ideas de este sistema no me pertenecen”, de igual manera, blindándome confianza, dándome entender que no tengo que creer lo que me dicen a la primera, sino que lo compruebo por mi mismo a través de ejercicios que me permiten acercar a la posibilidad implementar la autoobservación y de recordar a mi mismo.
Termine el seminario también convencido de la necesidad del esfuerzo de mi parte y esperando que si aplico esfuerzos suficientes hasta podría entender y aplicar, mas allá que esfuerzo, el SACRIFICIO; y aunque apenas encuentro energía para hacer un muy limitado esfuerzo, empieza saborear lo que tal vez seria de verdad hacer sacrificios.
Espero con ganas el próximo seminario, y también esperando que encuentro la manera de aplicar el Trabajo necesario mientras tanto.
Agradezco a los 21 yoes de Trabajo quienes estuvimos presentes, por lo menos por ratitos, incluyendo el yo del Trabajo en mi que también se pudo estar presente en ciertos momentos, con la gran ayuda de Don Carlos.
Rich
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Messaggio 8 di 24 di questo argomento |
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Como en todos los seminarios previos de Carlos a los que había tenido la fortuna de asistir, trato de estar lo más en calma, lo más centrado, lo más presente posible. Tengo que reconocer que había sido un periodo turbulento, cada vez más difícil de mantener el sabor de las experiencias de prácticas y sobre todo de los seminarios anteriores y por supuesto de las reuniones presenciales en el grupo... Seguro estaría a la deriva sin los constantes minichoques del grupo, y de las aportaciones en la comunidad, de mis amados hermanos...
El seminario comenzó a la hora de la comida del viernes, cuando ya casi todos los asistentes estábamos reunidos, escuchando maravillados, como siempre, lo que nos compartía Carlos.
Nos desplazamos a Cuernavaca, y después de cenar y habernos instalado en el monasterio, la primera actividad fue el viaje del chamán. (--Ufff, comenzamos fuerte, pensé enseguida). Mi experiencia ocurrió en la oscuridad, me sentía sin capacidad de contactar, o más bien, sin capacidad para ser contactado. Fue hermosísimo escuchar las experiencias de los otros compañeros, muchas de ellas tan llenas de enseñanza, de significado.
Cuando nos fuimos a dormir, de repente me invadió una visión terrorífica, tuve algo que me pareció una comprensión sobre el significado de ese aforismo que habla de que afortunados los que tienen una silla para dormir, porque podrán seguir durmiendo en el mundo de la imaginación, afortunados los que han despertado y encontrado su silla en donde seguir despiertos, pero ay! de aquellos que no tienen ninguna, que se quedan en medio del camino. Me recorrió un miedo congelante, porque me identifiqué con ese estado, incapaz de ir más allá, e incapaz de volver a quedarme dormido. En eso vino a mi ayuda un sueño que había tenido unas noches atrás…
Fue un sueño muy corto. Estaba en un callejón, muy parecido al que flanquea el terreno de la casa donde nací y crecí. Era de noche. Había un árbol pirul enorme, y al lado de él una farola amarilla iluminando su grueso tronco, mientras que en su follaje más bajo diminutos frutos rojos se asomaban titilando como pequeñas estrellas. De repente vi a dos perros rottweiler que amenazantes corrían hacia mí desde el fondo oscuro del callejón. Una voz interior me dijo que me acostara en el suelo. Lo hice, y me encorvé como una cochinilla, “agarrando” con mi mente la parte inferior de mi cuerpo. Me vi de repente flotando en medio de un espacio curvo sin fin, oscuro y lleno de estrellas. Los perros estaban a punto de alcanzarme, y nuevamente escuche a la voz, diciendo: - Relájate. Lo hice, y en ese instante, afuera, los perros cambiaron su agresividad a una relajada curiosidad, olfateándome con sus húmedas narices. Allí acabó el sueño…
La verdad es que soy super lento para ver y para comprender. Tengo la certeza de que algo de arriba se trata de comunicar conmigo, y la forma que más frecuentemente encuentra para hacerlo es a través de los sueños (los nocturnos reales, no los diurnos imaginarios). Será que porque es así cuando la barrera de mi personalidad está menos incisiva? Se me vino el sueño de los dos perros cuando estaba en medio de ese sufrimiento, y lo que hice fue relajar el cuerpo, soltarme... Y pronto me quedé dormido.
A la mañana siguiente yo estaba como con una resignación de mi imposibilidad para cambiar, y tomé cierta distancia con respecto al seminario. Carlos notó enseguida que algo me estaba pasando, y de manera implacable le comentó a Felipe refiriéndose a mí... es que trae perro, que lo entendí en relación a la alegoría del león y el perro, de la esencia y la falsa personalidad...
Realicé el resto del seminario como siempre, con entrega, tratando de mantenerme abierto, desvistiéndome de mi imposibilidad, y a la vez haciéndome a un lado, hasta donde me era posible, de los impulsos de lograr algo, nacidos quizá desde el fondo de mí, pero agarrados y distorsionados por mi personalidad.
El estado de recogimiento al que nos guió Carlos en un ejercicio marcó un cambio grande en mí, que fue siendo asentado y reforzado por los ejercicios, danzas y palabras de Carlos conforme avanzaba el día.
Hubo momentos de mucha sensibilidad, de una energía muy grande recorriendo el lugar. Al estar buscando un punto en la pared, la iluminación de la misma comenzó a variar fuertemente, como si prendieran y apagaran un foco, y no solo cambiaba la iluminación, también la textura, la profundidad de la pared. Era una pared viva.
Los del grupo estuvimos preparando unas danzas para presentárselas a Carlos. (muchas gracias mis hermanos en España, que gracias a ustedes pudimos bailar acá danzas que empezamos a aprender con ustedes en Barcelona!). Fue una experiencia hermosa, sintiendo a todos los del grupo danzando con entrega, brindándonos… Luego Carlos nos regaló con una danza, me parece que se llama ceremonia de la muerte de un derviche. Al verlo danzando, comencé a sentir una fuerza enorme que emanaba de él, o más bien, a través de él. La recibía directamente en mi pecho, y de allí se me difundía al resto del cuerpo.
El cierre del seminario fue muy emotivo. Corazones abiertos, compartiendo desde el fondo de su ser.
Los días siguientes al seminario fueron igual de llenos de vivencias intensas y maravillosas, de qué otra manera puede ser al lado de Carlos?
Carlos trabajó con casi todos nosotros de manera personal. Con algunos lo hizo durante el seminario. Era hermoso ver la transformación que tenían, sobre todo se podía notar en su lenguaje corporal. Con lo realizado conmigo fue posible ver cosas que, estoy seguro, sería muy difícil, casi imposible, de alcanzar por otros medios (-- Qué difícil fue contigo, fue lo primer que me comentó Carlos, tal vez te ayudó el seminario… jajaja, (el jajaja es mío, ahora que recuerdo el momento). He tenido la fortuna de estar presente en varias ocasiones que Carlos ha trabajado con otras personas, y he visto cosas maravillosas, experiencias que han benditamente marcado un antes y un después… Yo me encontré con un choque que me ocurrió a los 5 años y medio de edad. Tuvo que ver con el director de la primaria, q no me quería admitir por yo aún no haber cumplido los 6 años. Al revivir lo ocurrido, sentí el mismo miedo que frecuentemente llevo puesto, pero esta vez con toda la intensidad con que lo viví de niño. Inmediatamente empezaron a tomar sentido mis patrones de comportamiento. Durante estos días, he estado notando diferentes actitudes o mecanismos míos que antes no los podía hilar o relacionar. Ahora, al detenerme a observarlos, veo que son como tallos o ramas que brotan de una misma raíz. Mecanismo de defensa para no ser expulsado del lugar que con tanta ilusión y anhelo quería ocupar, y que un director de primaria con figura napoleónica me quiso arrebatar…
Para no variar, justo la noche después de que Carlos trabajo conmigo, me vino otro sueño lleno de simbolismo… Estaba en mi casa, una casa que en ese momento me daba cuenta de que era muy grande. De alguna manera, percibí que había ladrones en la casa, escondiéndose en el sótano. Bajé a buscarlos, y encontré a uno de ellos, tratando de escapar. Lo perseguí, y lo acorralé, hasta finalmente meterlo en una jaula. Al contemplar al ladrón atrapado, me di cuenta de que la jaula se ubicaba justo debajo de una escalera, de esas escaleras típicas de interior de casa, que tienen un descanso a mitad del trayecto, para después continuar hacia arriba haciendo un giro de 180°. Mientras mi vista recorría los escalones escalera arriba, ésta cada vez se iluminaba más, hasta llegar arriba, donde estaba la fuente de luz, la cual no me era posible ver directamente… Con el ladrón atrapado, sentía como si la escalara me estuviera invitando a recorrerla...
Gracias, gracias, gracias, gracias!
Kiki
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Messaggio 9 di 24 di questo argomento |
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Da: amoluna |
Inviato: 08/11/2011 21:28 |
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