Me observo y lo que veo es enfado, molestia? Pues adelante, acepto entonces lo que es. 

Qué no puedo aceptar, qué no puedo aceptarlo, no puedo aceptar que estoy molesta y enfadada? Bueno.... eso me llevará a la aceptación de mi no aceptación. Tomo aire, me anclo en el esternón y continuo observando que ocurre.

Me rindo a mi no aceptación y empiezo a trabajar sobre ese no. 

El deseo no deja de ser el recuerdo del placer proyectado a mi futuro. El miedo es el recuerdo del dolor proyectado a mi futuro y ambos son fruto de la memoria. Y yo quiero vivir el presente, vivir el ahora, sentirme , ser. 

Tanto el deseo como el miedo son fruto de memorias que no dejan descansar mi mente, así estamos programados y así no damos problemas, como niños durmiendo sin berrinches. 

Si ninguno hubiéramos experimentado previamente le placer ni el dolor, no tendríamos ni deseos ni miedo. 

Entonces me pregunto valgo o sirvo?  Si el valgo solo refleja lo que yo creo que carezco y la experiencia no es lo que me sucede sino cómo yo la interpreto, entonces perdonadme pero yo quiero servir. El valgo que sea la opción de otros que  prefieran seguir en la rueda del sueño. 

Si mis experiencias no son ya solo lo que me sucede sino que ya soy capaz de interpretarla según mis decisiones libremente, sabeis que? ......en mis experiencias puedo cambiar el modo de interpretarlas. 

Y como siento la perfección en todo, confio sin desear cambiar a nadie y sin miedo a aceptarme  como soy de imperfecta. 

Hoy llueve, algunos estarán molestos por no poder ir a la playa, yo iré a mojarme bajo la lluvia y a disfrutarla. 

Un beso a cada uno con sabor a las mejores mandarinas de mi huerto. Mery