PROPOSITO
Podemos
ver a diario cantidad de personas que fácilmente logran prácticamente
cualquier cosa que se proponen, algunas veces hasta sin esfuerzo
aparente. Si pudiéramos conversar con alguna de ellas, podríamos darnos
cuenta que tienen una visión amplia de la vida, están al menos
medianamente claros respecto de que esperan de ella, tienen idea de
como obtenerlo, y sus metas son en general elevadas.
En
otras palabras estas personas tienen algún propósito claro en sus
vidas. La naturaleza de este propósito puede ser variada y aún cambiar
con el pasar del tiempo, pero indudablemente está allí como una brújula
que dirige el rumbo de sus vidas.
Por lo
anteriormente expuesto podemos darnos cuenta que el tener un propósito
claro en la vida es no solo deseable, sino realmente necesario si
queremos obtener de ella algo más que el simple trajinar del día a día.
Es
importante tomarnos un tiempo para ver si vamos en la dirección en que
realmente queremos ir, si tenemos claro lo que esperamos obtener de la
vida, como lograrlo, y principalmente si lo que nos hemos propuesto es
lo que realmente deseamos. Se hace esta observación puesto que muchas
veces algunas de esas mismas personas que son capaces de lograr
prácticamente cualquier cosa que se propongan, se encuentran
frecuentemente en un estado de insatisfacción consigo mismas. En el
fondo sienten que aún a pesar de haber conseguido sus metas todavía les
falta algo, y si se lo preguntan generalmente no saben que es, o por lo
menos no pueden precisarlo.
Es a partir de este
momento que comienza un proceso de búsqueda de la causa que genera este
estado de insatisfacción interna, con la finalidad de ocuparse en
resolverlo. Nos damos cuenta entonces de que hasta ahora solo hemos
estado construyendo hacía afuera y hemos descuidado, por lo menos en
cierta medida, nuestro ser interno, esto nos lleva a tomar consciencia
de la necesidad de dedicarnos un tiempo a nosotros mismos y a cultivar
las cualidades del alma. Cualidades como la paz interior, el amor
universal y el altruismo, entre otros.
Una vez que
invertimos un poco de tiempo en satisfacer esta necesidad interna de
todo ser humano, nos damos cuenta que el propósito principal de la vida
es mucho más amplio de lo que hasta ahora podíamos percibir, que es un
propósito que va más allá de lo aparente, y el alcanzarlo se convierte
en un reto individual que nos motiva a ser cada día mejores y a
encontrar maneras de mejorar lo que nos rodea.
Todo
esto nos lleva a replantearnos nuestras metas en función de esta nueva
percepción de la realidad por medio de la cual la vida adquiere un
sentido más amplio, vivirla se vuelve interesante, disfrutarla se
convierte en algo natural y deseable de compartir con cada vez más
personas y mejorarla es simplemente un efecto secundario de nuestro
diario obrar en armonía con nuestro nuevo propósito.
Cabe entonces preguntarnos: ¿Estamos obrando según nuestros verdaderos propósitos?
D/A