El Café debe ser negro como el demonio,
caliente como el infierno,
puro como un ángel
y dulce como el amor.
< Charles Maurice de Talleyrand-Perigod. >

Frente a una taza de café se piensa, pero también se discute, se recuerda o se argumenta.
Frente a la taza de café se columbra, se reflexiona, se sueña, se imagina, se escribe, se conversa,
se enamora, se seduce, se rompe, se reconcilia, se halaga, se sugiere, se invita...
Y el café, el misterioso café escucha, profetiza, atestigua, aconseja, da fe, observa, asiente, se ruboriza...
Gustavo Máynes Tenorio.
El Café huele a cielo recién molido.
Jessi Lane Adams.
El Café es un bálsamo para el corazón y el espíritu.
Giuseppe Verdi.
Ni amigo reconciliado, ni café recalentado.
Anónimo.
Claro que el Café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo.
Voltaire.