Un soldado va a una tienda atendida por una viejecita. El militar se dirige a la anciana:
"Señora, de casualidad, ¿no tuviera un taladro que me pueda prestar?"
"¿Cómo para qué?"
"Es que mi casco tiene una rajadura y quiero hacerle un hueco para que la rajadura no se corra".
"¡Ah, después de tantos años, ya sé porqué tenemos el culo: para que la concha no se nos corra hasta la nuca!"