Cuando el hombre penetra a la mujer, es como cuando la ola muerde la playa, una y otra vez la mujer abre su boca con placer y sus dientes brillan como el alfabeto, Logos aparece ordeñando una estrella, y el hombre dentro de la mujer amarra el nudo que nunca los separará y la mujer se encarama sobre la flor y se traga su tallo y Logos reaparece y desata sus ríos.
Este hombre, esta mujer, con su hambre doble, han intentado atravesar la cortina de Dios y por un momento lo han logrado, pero Dios, a través de Su perversidad, desata el nudo.
|