¡Ah, qué nidada de rosas salvajes descubrí!
Guardadas en tu bosque, desde el alba del mundo
esperaban la mano que llegara a arrancarlas,
que las volcara sobre tus venas todas,
el temblor que iniciara tu espasmo y tu locura
Vaivén en tus pupilas despertadas,
ojos que danzan al ritmo de los hombros,
larga piel en su raíz estremecida,
la ansiosa estalactita del deseo,
caracol que se incrusta en las orejas;
tus ojos súbitos, terribles. ¡Ah tus ojos!
Y locura, embeleso y más locura.
eres Pantera que se escapa, eres cervatilla rendida,
eres la sierpe envolvente de tus brazos,
abrazo de mil lianas zapadoras,
largo césped donde los senos nacen,
ensenada candente de los muslos,
playa con la blanca tersura de tu vientre.
Y locura, ternura y más locura.
Cadencia resonante de músicas selváticas,
tambor noctambulario suena sobre tu espalda,
la flauta imperceptible del suspiro,
largos gemidos de destrozados labios,
y el grito sempiterno, tan guardado,
al fin la noche rompe en agudos pedazos.
Y locura, cadencia y más locura.
Cavernas, grutas, lagos, musgos leves;
hongos colgantes, zarzas en tu boca;
frutos ignotos, zumos descubiertos;
mieses en la alborada, sed que ya se apaga;
venas que se rebelan, sangre libertada;
yegua ululante, jinete que espolea.
Y locura, locura y más locura.
¡Ah qué nidada de rosas salvajes descubrí!
¡Y qué voces intactas en tus prístinos fondos!
¡Y qué flores que se abren al tacto de mis manosl
Salvaje mía: ¡áma así, envuélveme en tu brumal
¡Y bebamos del manantial de espacio salvaje
EL ZORRO
Querida Rosa Salvaje: vi tus foto y me dio una gran pena contigo, pero me inspire en el brillo de tus ojos, en tu sonrisa cautivadora, y escribi este poemita para ti. espero te guste, pues la verdad es invisible para los ojos, solo se logra observar bien lo esencial con el corazon.
Tu amigo
EL ZORRO