
DISCULPE, ES USTED UN TONTO...

Hay
quienes no marchan a la moda. No hay caso: son ésos que insisten en ser
veraces, en pedir las cosas por favor, en esa curiosa costumbre, -tan
poco popular hoy en día- de dar las gracias... Personas raras! Parecen,
además, haber renunciado tácitamente a la pretensión de ser
maravillosos: muestran sus errores sin esconderlos, sus heridas y
miserias sin lucrar con ellas, sus arrugas sin maquillarse ni acudir al
cirujano estético... Rara gente! Se obstinan en tener pensamiento
propio, en comprar sólo lo que necesitan y no lo que vende la TV.
Prefieren equivocarse por cuenta propia que acertar por cuenta ajena.
Devuelven lo que han pedido prestado, cumplen lo que han prometido, y
dicen (cuando alguien, por casualidad, les escucha) que aún creen en la
especie Humana... Quién los entiende?...
Una vez lastimados, en
vez de redoblar sus defensas y quedarse en sitio seguro (encerrados en
casa, o en lugares ruidosos o al menos en sus cabezas, a pecho
cerrado), deciden tozudamente aprender del asunto, y eligen sentir
hondo en vez de resentirse. Juntan sus pedazos, y retornan a la Vida,
como dicen los sufis: "con el pecho abierto, aún en medio del
infierno". Prefieren permanecer así: indefendidos (aunque no
indefensos, sino ahora dispuestos, con inteligencia, a no permitir que
el otro les dañe o abuse de ellos).
Muchos dicen que han de ser
tontos. De hecho, a veces les reprochan, de modo grosero o más
formalmente: "Disculpe: ¿Es Ud. un tonto?". Y a veces, apenados, ellos
mismos creen que la respuesta es "SÍ!", autoinculpándose con dolor. Si
su propia respuesta (la suya, amable lector) es "SÍ!", por favor, no se
sienta mal: NO ESTÁ SOLO. Ese modo "tonto" de vivir ha sido la elección
de muchos, a lo largo de la historia de la Humanidad. En el mito del
Grial, el santo "tonto" es el ingenuo Parsifal, quien finalmente
encontrará el Grial y será coronado Rey (símbolo de la asunción del
propio Ser). Renunciar a ser "el ganador", "el avivado", "el más astuto
que el resto"... Sin coraza, sin cáscara, sin máscara. Entregado y
verdadero. En el Taoísmo se dice de alguien así: "El que vive el Tao
(la Totalidad) es una persona sin distinciones; por su apariencia, el
sabio es un tonto: sus pasos no dejan huellas."
Y así, tontos quedan, hermosamente tontos. Aunque no estén a la moda.
Lo dijo hace mucho tiempo un tonto luminoso que se llamó Gibran Khalil Gibran*:
Tanto la semilla intacta como la que rompe su cáscara tienen las mismas propiedades. Sin embargo, sólo la que rompe su cáscara es capaz de lanzarse a la aventura de la vida. Esta aventura requiere una única osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los otros, y estar dispuesto a entregarse. No se puede tener los ojos de uno, los oídos de otro, para saber de antemano lo que va a ocurrir; cada existencia es diferente de la otra. No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto para recibir. Que yo no tenga miedo de poner mi brazo en el hombro de alguien, ni aunque me lo corten.
Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes, ni aunque que me hieran. Déjenme ser tonto hoy, porque la tontería es todo lo que tengo para dar esta mañana; me pueden reprender por eso, pero no tiene importancia. Mañana, quien sabe, seré menos tonto. (O tal vez no.) Publicado por Virginia Gawel & Eduardo Sosa Etiquetas: "Disculpe: ¿Es Ud. un tonto

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