Dos gays se encuentran y uno le dice al otro:
"Estoy aburrido, hay que jugar a algo".
El otro le responde:"Juguemos a las espadas".
Entonces los dos se bajan los pantalones y con las vainas arriba empiezan a jugar.
Después de un rato uno se voltea, se agacha y le dice al otro:
"Ya me aburrí, ¡mátame!"