
Una viejecita muy dulce contrata a un pintor para que le haga un retrato. Llegá el pintor y la viejita comienza a explicarle cómo es que quería que quede el cuadro:
- Mire jovencito, quiero que me pinte con un collar de perlas, aretes de diamantes, una pulsera de esmeraldas, y muchos brillantes incrustados en mi ropa.
- Pero señora, usted no lleva ninguna de esas joyas.
- Por eso mismo.
- ¿Y por qué haría eso?
- Seguro que me moriré dentró de poco y quiero que la amante de mi marido se vuelva loca buscando esas joyas.