Un viejito de 80 años se levanta y se pone su abrigo. Su mujer le pregunta: "A dónde vas?".
El contesta, "Voy al médico".
Y dice ella, "Por qué? Estás enfermo?".
"No", replica él, "voy a que me recete una de ésas nuevas pastillas de Viagra".
La mujer se levanta de su mecedora y se pone también su abrigo.
El marido se extraña y le pregunta: "Y tú, a dónde vas?".
"También voy al médico", contesta ella.
"Y por qué?"
"Si tú vas a empezar a usar esa vaina toda oxidada otra vez, voy a que me pongan una antitetánica".
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