Quizas pases con otro que te diga el oido esas frases que nadie como yo te dirá; y, ahogando para siempre mi amor inadvertido !te amare mas que nunca....y jamás lo sabrás!
La desolada estrofa, como si fuera un ala, voló sobre el silencio...Y tu estabas allí: Allí en el más oscuro rincón de aquélla sala, estabas tú, escuchando mis versos para tí. Y tú, la inaccesible mujer de ese poema que ofrece su perfume pero oculta su flor, quizás supiste entonces la amargura suprema de quien ama la vida porque muere de amor. Y tú, que nada sabes, que tal vez ni recuerdes aquellos versos tristes y amargos como el mar, cerraste en un suspiro tus grandes ojos verdes, los grandes ojos verdes que nunca he de olvidar. Después, se irguió tu cuerpo como una primavera, mujer hoy y mañana distante como ayer... vi que te alejabas sin sospechar siquiera ¡que yo soy aquel hombre...y tú aquélla mujer! Jose Angel Buesa
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