Cómo vas a saber lo que es el amor, si nunca te hiciste hincha de un club. Cómo vas a saber lo que es el dolor, si jamás un zaguero te azotó la tibia y el peroné. Cómo vas a saber lo que es el placer, si nunca ganaste un clásico barrial. Cómo vas a saber lo que es llorar, si jamás perdiste un clásico sobre la hora con un penal dudoso. Cómo vas a saber lo que es la solidaridad, si jamás saliste a dar la cara por un compañero golpeado sin fe desde atrás. Cómo vas a saber lo que es la poesía, si nunca tiraste una gambeta. Cómo vas a saber lo que es la humillación, si jamás te hicieron un caño. Cómo vas a saber lo que es la amistad, si nunca devolviste una pared. Cómo vas a saber lo que es un orgasmo, si jamás diste una vuelta olímpica de visitante. Cómo vas a saber lo que es el pánico, si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe. Cómo vas a saber lo que es morir un poco, si jamás fuiste a buscar la pelota adentro del arco. Cómo vas a saber lo que es la xenofobia, si en ninguna cancha te gritaron "negro de mierda". Cómo vas a saber lo que es la soledad, si jamás te paraste bajo los tres palos a doce pasos de un fusilero dispuesto a acabar con tus esperanzas. Cómo vas a saber lo que es el arte, si nunca inventaste una rabona. Cómo vas a saber lo que es la música, si jamás cantaste haciendo equilibrio sobre un parabalancha. Cómo vas a saber lo que es el suburbio, si nunca te paraste de wing. Cómo vas a saber lo que es la injusticia, si nunca te sacó tarjeta roja un referee localista. Cómo vas a saber lo que es el insomnio, si jamás te fuiste al descenso. Cómo vas a saber lo que es el odio, si nunca hiciste un gol en contra. Cómo vas a saber lo que es la vida, hijo mío, si nunca, jamás, jugaste al fútbol. |