El cirujano y los alumnos
Las personas sensatas suelen tener un gran espíritu de observación.
Es lo que los orientales llaman "tercer ojo". Los santos sabían descubrir a Dios en la naturaleza.
San Ignacio, en su ancianidad golpeaba las florecillas diciéndoles.
No gritéis, ya sé que me hablais de Dios. Un cirujano decía a sus alumnos "Dos cualidades se necesitan para ser cirujano:
no sentir náuseas y tener capacidad de observación".
Entonces él metió un dedo en un líquido nauseabundo y lo chupó.
Luego pidió que lo repitieran los alumnos...
"Habeis hecho bien lo primero- les dijo- no sentir náuseas.
Pero no lo segundo. No habéis observado que el dedo que
chupé no era el que metí en el líquido".
Justo lópez Melús.

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