Caminando por la calle, Manolo se encuentra a Venancio,
a quien ve muy bien vestido, pero lo que más llama su atención
son las botas que calza:
_Hombre, Venancio, qué bonitas botas!
De qué son?
_ Ah, son de cocodrilo
Al otro día, Manolo estaba dispuesto a tener
unas botas de cocodrilo,
por lo que se mete al río con su machete en busca de uno.
Cuando lo encuentra, la bestia y él empiezan a pelear;
despues de un rato, sale Manolo con el animal;
lo tira al suelo; lo mira con asombro y enojo
y exclama:
_Maldita sea, éste no traía botas