Esta noche la luna sueña con mas pereza.
Cual si fuera una bella hundida entre cojines
Que acaricia con mano discreta y ligerisima.
Antes de adormecerse, el contorno del seno.
Sobre el dorso de seda de deslizantes nubes.
Moribunda, se entrega a prolongados extasis,
Y pasea su mirada sobre visiones blancas,
Que ascienden al azul igual que floraciones.
Cuando sobre este globo, con languidez ociosa,
Ella deja rodar una furtiva lagrima,
Un piadoso poeta, enemigo del sueño.
De su mano en el hueco, coge la fria gota
como un fragmento de opalo de irisados reflejos
Y la guarda en su pecho, lejos del sol voraz.
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