Llegan a robar a una fiesta, y el ladrón grita:
— ¡Todas las perras a la izquierda, y todos los maricas a la derecha!
Un tipo se queda en el medio y, al verlo, uno de los malandros vocifera:
— ¡¿Y tú qué?!
“¡No, pues aquí sorprendido con esta clase de amistades!”.