Con este anglicismo se denomina a una práctica la sexual extrema y de riesgo que consiste en la introducción del puño por la vagina o el ano durante la relación.

Obviamente, el porno se hace amplio eco de esta especialidad y, aunque la legislación americana lo penaliza por obsceno, se encuentran numerosos casos de fisting dentro del cine convencional. Recordemos la película de Al Pacino, “Cruising” que, allá por los 70’s, narraba la historia de un asesino en serie de homosexuales en Nueva York. Más manifestaciones del fisting: “Persiguiendo a Amy”, 1997, con una descripción de un fisting vaginal, o “Austin Powers: El espía que me amó”, donde la protagonista parece estar practicando un fisting a su partenaire, como parte de un gag… Hasta en "Calígula" hay una escena…

Para practicar el fisting la mano se introduce poco a poco y una vez dentro, el movimiento de mete-saca se realiza, o bien con los dedos que continúan estirados, o bien estos se cierran formando un puño. La penetración puede ser de poco más que los cuatro dedos (lo permitido por las leyes americanas), hasta casi del brazo, rebasando la muñeca.

Además de toneladas de lubricante con base de agua o de silicona (no de látex ni de aceite), se aconseja una gran higiene, limado de uñas de quien lo realiza y el empleo de guantes (de látex o incluso de los que se utilizan para reconocer al ganado). No es extraño (aunque no hace sino incrementar el riesgo) que se recurra a relajantes musculares y otras drogas (poppers) para lograr la relajación de la zona y facilitar la penetración.

Existe la práctica del double fisting realizada por quienes, con más experiencia, alcanzan una enorme capacidad de dilatación y que consiste en la introducción de dos manos simultáneamente. Por lo referido, ahí el placer deriva más de la contracción del ano o de la vagina que del movimiento de mete-saca. Las contraindicaciones y riesgos de una práctica incorrecta del fisting ocuparían casi una página: desde esterilidad, infecciones de tracto urinario, o inflamación pélvica a desgarros musculares, incontinencia fecal, fístulas y laceraciones en las mucosas... Se han descrito casos de transmisión de hepatitis A y C asociados al fisting realizado sin guantes.

En la carrera hacia el “más difícil todavía” que la industria del porno encabeza, he de decir que en realidad, si bien todo lo descrito más arriba sobre el "fistfucking" (que es como se denomina en el cine X esta práctica), impresiona, a ello yo puedo añadir anécdotas como haber contemplado bolas mayores que las de billar siendo expulsadas del ano sin apenas esfuerzo, o la introducción de un dildo de más de un metro de alto y de un grosor digno de tronco de árbol... Pero la verdad es que, cuando presencias un “footfucking” la sensación que se te queda es de “¡vaya, pero si no había visto nada!”. En efecto, hace años, visionando cintas de porno gay -era mi época en Quiero Tv-, dentro de una caja de muestras, me llegó una cinta alemana donde había una escena que no voy a olvidar: durante una orgía dentro de una comisaría o algo parecido, a uno le metían un pie por el culo con la bota militar puesta.

Ver para creer, señores.