Antes pensaba y luego existía, ahora pienso... y mi ser se ahoga en un mar de dudas, dudas que me hacen replantearme un sinfín de cosas, de sensaciones, de sentimientos de tristezas y alegrías...
No hago más que preguntarme ¿por qué?, el "porqué" cargar con el cruel castigo de querer chillar, bien alto, para que todo el mundo me escuche y saber que soy incapaz de hacerlo por miedo a la ofensa, por miedo al rechazo, por miedo al miedo.
Amargura incomprendida que me invade el alma, que me lleva a tientas por la vida, envenenada por sentimientos profundos, recientes, excitantes, ocultos, pecaminosos que se esconden en el rincón más profundo de mi corazón, hecho jirones por el paso imparable del tiempo aburrido por la inesperada rutina, dolorido por pequeños puñales que en el se clavaron tiempo atrás haciéndole cavilar, dejándole heridas que muy poco a poco se diluyen, pero con la certerza de que jamàs desapareceran.
Respiración entrecortada que me alarma de que algo extraño me sucede por dentro del cuerpo, que estremece mis sentidos, a pesar de que yo intento poner todo mi empeño en hacer caso omiso, mirando hacia otro lado, haciendo oídos sordos. Pero vuelven las cuestiones a mi perturbada mente... ¿por qué a mí?, me pregunto, ¿por qué en este momento?
Y hay días que me hundo y no consigo salir de ese agujero que me ciega los sentidos, en el cual, llevo inmersa un par de dìas, que se hacen eternos ante un sentimiento etéreo y transparente que me tiene las noches en vela.
Y me muerdo los labios de rabia y placer al mismo tiempo. Y me siento impotente ante la razón sin sentido que vivo. No sé qué hacer, a quién acudir. ¿Podré ver la luz algún día y aclararme conmigo misma? Mucho me temo que seguiré viviendo este tormento de pasiones contenidas que me están quemando las entrañas, hace tiempo dormidas en el más frío de los inviernos.
Me conformaré con mis ilusiones, a veces olvidadas, con mis sueños de media noche, mis canciones, mis fantasias, mis sonrisas perdidas, mis palabras que te escriben cada día, aunque tú ni te des cuenta, aunque ni siquiera me leas....
Mientras, espero que esta maldita soledad, abandone mi cuerpo, se apiade de mi mente y vuelva la cordura. A pesar de haber estado en más de una noche lluviosa dentro mis silencios, en el más ardiente fuego de los submundos de la tierra, en las tinieblas, en el destierro, aùn te sigo añorando
Trocitos de mi...
Reacciono, no me rindo.
No hay lluvia que me emp ape.
Y aunque me amohine por los aguaceros,
la sonrisa nunca me falla.