Tres viejitos hablaban de cómo lograban conciliar el sueño:
El primero dice: Yo hago crucigramas.
El segundo dice: Yo veo novelas.
El tercero dice: Yo me masturbo.
Y le preguntan los dos primeros viejitos asombrados: ¿Y se te para?
- No, pero me canso y me duermo.