A un abuelo le llama la atención
que su nieto de cuatro años siempre
contesta el teléfono de su casa.
Decide llamarlo para ver si le
reconoce por teléfono.
Efectivamente contesta el nieto, y el abuelo le
pregunta:
- "¿Quién soy?"
El niño piensa un rato y después grita: