Un canadiense de 45 años acude a un centro hospitalario a que le realicen una ecografía de los testículos y, atónitos, esto es lo que se encontraron los doctores que le examinaban:

Un tumor testicular con cara.
En el interior de un tumor de grandes dimensiones en uno de sus testículos aparecía una cara mirando hacia arriba, un inquilino de cojones.
Tan insólito y sorprendente como curioso resultó la cara del tumor testicular que mereció salir publicada en el diario de la Sociedad Internacional de Urología, no sin antes descartar que se tratase de una aparición divina, concretamente del dios egipcio Min, el de la virilidad masculina.











