La vida
es como un juego de naipes,
en la
cual te dan cartas buenas y cartas malas.
Algunas
veces no tienes las cartas que te hubiese gustado tener,
pero lo
primordial no es cuantos naipes,
ni que
tan buenas cartas tengas en determinados momentos de la vida,
sino que
tan bien sepas jugar esas cartas
en esos
determinados momentos.