En la infinidad es donde se encuentran
todas las almas del mundo
buscan la felicidad que no palparon
en un lugar lleno de sombras y tinieblas.
Tratan de reconocer en medio del bullicio
a alguien que pueda calmarlas
para no sentirse aturdidas
para no sentirse rechazadas.
El ritual para conocerse implica mucho roce
saludos van y vienen como olas del mar
los besos fluyen cual rocío de la mañana
y las almas se funden en un gesto secreto.
Al finalizar, sólo queda en ellas satisfacción
pues se sienten extasiadas y envueltas
en un extraño manto de felicidad y algarabía
que no esperaban alcanzarlo en su antigua vida.
Una vez instaladas en su nuevo hogar
quieren instalarse en los mejores lugares,
tratando de sobresalir entre la multitud
estableciendo jerarquías superficiales.
Sus relaciones empiezan a decaer poco a poco
se han vuelto vanidosas, egoístas y envidiosas,
han acabado con la paz y armonía
por las cuales llegaron un día.
El tiempo transcurría de manera demencial
la infinidad empezó a quedarles chica,
no pensaron que tan basto escenario
un día se podría llegar a desgastar.
De aquel paraíso al que llegaron
Sólo quedaban ciertos lugares seguros
Pues la mayoría se encargó de devastarlos
Con su grosera e inmoral conducta.
La infinidad se hallaba desolada y vacía
Las almas no pudieron olvidar sus costumbres mundanas
La infinidad se hallaba desolada y vacía
Como siempre ha de pasar.
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