Había un hombre en un bar con una tremenda borrachera, curda o pea, con la cabeza desgonzada sobre la mesa. Algunos clientes del bar, viendo su estado, decidieron llevarlo a su casa, buscaron la dirección en su cartera y se lo llevaron. Cada vez que los clientes trataban de poner de pie al borracho, este se les caía, sin embargo, como pudieron lo metieron a un coche y finalmente llegaron a la casa. Lo bajaron del coche trataron de pararlo, pero el borracho se les caía. En el corto trayecto del coche a la puerta el borracho se les cayó en seis ocasiones. Cuando finalmente accionan el timbre de la puerta, sale la esposa y ellos le dicen: —Señora, ¡aquí está su marido! La señora colocándose las manos en las mejillas contesta y pregunta: —Gracias, ¿Y LA SILLA DE RUEDAS?
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