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Del jardín de la poesía he escogido cuatro flores;
te las entrego con amor a ti, hermosa mujer.
Cuando los capullos regaba
y empezaban a florecer, recordaba yo la sonrisa de tu alegría, mujer.
Entre las flores tan dulces con ese bello olor veo siempre a ti, mi amor,
en todo tu esplendor.
D.A.
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