Hay que acostumbrarse a hacer. La mente se acostumbra a lo que se le da. Si prefiere decir que no cuando se puede decir que sí y ver más defectos que los éxitos, la desventaja crece y hace que sea difícil para él aceptar las cosas como son. Cuando usted dice que sí, su mundo interior se afloja, se goza; cuando se dice que no, que se cierra y que cause problemas. El sí alivia la no apriete. El sí uno se acostumbra a decir que la vida hace que la vida decir que sí a usted. Por lo tanto, si es posible, evitar decir, no me gusta, no quiero, no voy a tener. Cuando se abre la puerta a la vida, se abre para usted.