Nunca se debe parar,
la maleta siempre a cuestas,
debe de hallar ese lugar
donde encuentre las respuestas.
Nació para peregrinar
sin rumbo fijo en la vida,
esperando un día encontrar
la paz de su alma herida.
Liviano equipaje transporta,
la maleta siempre medio vacía
sólo guarda esos sentimientos
que recogió a lo largo de su vida.
Todo lo demás no importa,
lo material son mentiras,
el corazón late aún fuerte
quiere aún amar algún día.
Puede ser que alguien espere
en otro andén, otra estación.
El transporte que le lleve
no importa la dirección.
Sin rumbo, ni brújula, ni guía,
solo manda el corazón.
Viajará en soledad toda la vida,
hasta la última estación...
Autora: M. Isabel Villalba
18/09/2016. CS. ESPAÑA
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