La Rosa de Pasión
Un herrero judío llamado Daniel, del que decían tenia mucho dinero, tenia una hija llamada Sara. Vivian en Toledo y Daniel odiaba profundamente a los cristianos. Sara era una joven muchacha a la que todos admiraban por su belleza y que ya había sido pretendida por varios hombres. Su padre le dio a elegir entre los diferentes pretendientes para casarse, pero Sara no eligió a ninguno. Un día un hombre le dijo a Daniel que sospechaban que su hija estuviese enamorada de un cristiano pero Daniel lo único que hizo fue decirle que esa misma noche había reunión. Al caer la noche Sara fue a ver a su amado. Este le dijo que había pasado más gente de la normal a esas horas. Sara montó en la barca del cristiano y cuando llegaron a la otra orilla del río, el muchacho le dijo por donde iban las personas. Sara siguió el camino que le había indicado. Cuando llegó a su lugar de encuentro vio que los hombres intentaban levantar una cruz, que estaban haciendo una corona de espinas, con zarzas y clavos, y que al mando de esos hombres estaba su padre. La muchacha no pudo aguantar su ira y salió de su escondite. Cuando la vieron se quedaron sorprendidos y su padre se acercó a ella. Cuando Sara le dijo que había prevenido a su amante para que no fuese, que ya no era su hija y que tenia otro Dios, el que le había enseñado su amante, su padre lleno de ira la cogió y la llevó hasta donde estaban los hombres dejándola a merced de ellos, permitiéndoles que le hiciesen lo que quisieran. Con el paso del tiempo un pastor, paseando por esa zona, se encontró una flor nunca vista con unos atributos divinos específicos. Cuando se pusieron a excavar en el lugar donde se encontró la flor, para averiguar su origen, se encontraron el esqueleto de una mujer desconocida y junto a ella otros tantos tributos divinos como los que tenia la flor. A esa flor la llamaron la Rosa de Pasión. |