Violencia Familiar
Violencia familiar es un término empleado para describir la violencia y el maltrato por parte de miembros de la familia o parejas íntimas como un cónyuge, un ex cónyuge, un novio, un ex novio o alguien con quien se tiene una cita. Entre los términos empleados para referirse a la violencia familiar se incluyen los siguientes:
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Maltrato de la pareja íntima.
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Violencia doméstica.
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Maltrato infantil.
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Abuso físico.
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Violencia en el noviazgo.
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Violación marital.
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Violación perpetrada por una persona con la que se tiene una cita.
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Acecho.
La violencia familiar puede adoptar muchas formas, pero siempre implica el uso de intimidación y amenazas o conductas violentas para ejercer poder y control sobre otra persona. Por lo general, la persona que maltrata es el hombre y las mujeres suelen ser las víctimas; sin embargo, la violencia familiar también se ejerce contra los hombres. El maltrato infantil, de los ancianos y de los hermanos también se consideran violencia familiar.
Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) ofrecen los siguientes datos acerca de la violencia familiar y las mujeres:
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Cada año, aproximadamente 5,3 millones de mujeres son victimadas por una pareja íntima.
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En la Encuesta Nacional sobre la Violencia contra la Mujer aproximadamente el 31 por ciento de las mujeres respondió que había sido asaltada físicamente por su cónyuge actual o anterior, una pareja íntima o una pareja circunstancial en algún momento de su vida.
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Sobre 40 por ciento de las mujeres víctimas de actos de violencia denuncian sufrir lesiones.
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El aumento de la frecuencia de los episodios de violencia contra un cónyuge se encuentra asociado a un aumento del riesgo de que el cónyuge violento también maltrate a los hijos.
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Existe una vinculación estrecha entre el acecho y otras formas de violencia. El 81 por ciento de las mujeres que fueron acechadas por un actual o anterior marido o pareja también sufrieron la agresión física de esa pareja; el 31 por ciento sufrieron, además, una agresión sexual.
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Las consecuencias psicológicas que experimentan las víctimas de violencia ejercida por una pareja íntima incluyen depresión, pensamientos suicidas, intento de suicidio, baja autoestima, abuso de alcohol y otras drogas y desorden de estrés postraumático.
De acuerdo con la Coalición Nacional contra la Violencia Doméstica (National Coalition Against Domestic Violence), el maltrato suele comenzar con conductas verbales como calificativos y amenazas, y golpear o arrojar objetos. Al empeorar, puede incluir acciones como empujar, abofetear y retener a la víctima en contra de su voluntad. El maltrato posterior incluye trompadas, golpes y patadas, y puede aumentar hasta llegar a conductas que representan una amenaza para la vida como estrangular, quebrar huesos o utilizar armas.
Las siguientes son formas de violencia familiar:
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Física - dar palizas o golpes que provocan daños físicos que pueden incluir moretones, fractura de huesos, sangrado interno y muerte. Con frecuencia, el maltrato comienza con contactos leves y aumenta con el tiempo hasta llegar a acciones más violentas.
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Sexual - suele acompañar o seguir a las palizas y tiene como resultado la violación u otra actividad sexual sin consentimiento.
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Psicológica o emocional - una persona que maltrata suele hacerlo mental o emocionalmente por medio de palabras insultantes, amenazas, hostigamiento, posesión, aislamiento sin consentimiento y destrucción de pertenencias. El aislamiento suele producirse cuando quien maltrata trata de controlar el tiempo y las actividades de la víctima, así como su contacto con otras personas. Las personas que maltratan logran su objetivo interfiriendo con las relaciones que proporcionan apoyo a la víctima, creando barreras que impidan el desarrollo de actividades, como llevarse las llaves del automóvil o encerrar a la víctima en su casa, y mintiendo o distorsionando la realidad para obtener control psicológico.
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Acecho - el hostigamiento y las conductas amenazadoras repetidas suelen desembocar en el maltrato físico o sexual.
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Económica - cuando el abusador controla el acceso de la víctima a todos los recursos, como tiempo, transporte, alimento, vestimenta, refugio, seguro y dinero. Por ejemplo, puede interferir con la capacidad de la víctima para autoabastecerse e insistir en controlar las finanzas. Cuando la víctima deja la relación violenta, el perpetrador puede recurrir a los recursos económicos como un modo de mantener el control o de obligarla a regresar.
En primer lugar, debe reconocer que es víctima de golpes o maltrato. Puesto que el maltrato verbal y emocional con frecuencia precede la violencia física, debe mantenerse atenta a signos de advertencia que incluyen celos extremos, posesión, mal genio, impredecibilidad, crueldad con los animales y maltrato verbal.
Póngase en contacto con el refugio para mujeres maltratadas de su localidad o con la Línea Nacional de Violencia Familiar (National Domestic Violence Hotline) en el 1-800-799-SAFE (7233). Ellos le brindarán información útil y consejo.
La Coalición Nacional contra la Violencia Familiar (National Coalition Against Domestic Violence) le pide a las mujeres que se enfrentan una relación violenta crear un plan de seguridad. El siguiente plan puede ayudarla en situaciones difíciles:
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Busque un lugar seguro en su casa si se inicia una discusión. Evite las habitaciones sin salida y las habitaciones con peligros potenciales, como la cocina.
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Decida con quién se pondrá en contacto si surge una crisis y acuerde una palabra clave o signo con familiares o amigos de confianza para hacerles saber que necesita ayuda.
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Memorice todos los números de teléfono importantes.
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Tenga siempre con usted dinero y cambio.
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Guarde sus papeles importantes y documentos en algún lugar al que pueda tener acceso fácilmente en caso de necesidad, incluyendo: credenciales de seguro social, actas de nacimiento, libreta de casamiento, chequera, tarjetas de crédito, estados bancarios, credenciales de seguro de salud y cualquier registro de maltrato sufrido en el pasado, como fotografías y denuncias policiales.
Recuerde que puede recurrir a ayuda y que tiene derecho a vivir sin temor ni violencia. Sin ayuda, el maltrato seguirá y estará en riesgo de resultar seriamente herida.