La muerte no es el final es una canción cristiana compuesta por el sacerdote vasco Cesáreo Gabaráin Azurmendi. Posteriormente, las Fuerzas Armadas adoptaron esta música como himno que se entona en homenaje a nuestros militares, que entregaron su vida o que fueron asesinados a traicion por el enemigo, en toda la Historia dentro del Ceremonial en Homenaje a los Caídos por España. Ser heroe en un momento de arrebato, dentro de lo dificil, es facil,porque los reactivos pasionales, aunque sean pasajeros, coadyuvan y favorecen el estado emocional que ese instante de heroismo precisa, pero ser heroes en colectividad es tanto como llevar el heroismo a su mas alta y difinitiva ejecutoria. En nuestros soldados se da una de esas constantes de nuestra Patria, que la identifican y personalizan historicamente: la del sacrificio por conseguir y mantener el honor. Y el honor es algo que la Muerte no les puede arrebatar.
LA MUERTE NO ES EL FINAL
Cuando la pena nos alcanza por el compañero perdido, cuando el adiós dolorido busca en la fe su esperanza.
En tu palabra confiamos con la certeza de que Tú ya lo has devuelto a la vida, ya lo has llevado a la luz. Ya lo has devuelto a la vida, ya lo has llevado a la luz
"En tu palabra confiamos con la certeza de que Tú ya lo has devuelto a la vida, ya lo has llevado a la luz. Ya lo has devuelto a la vida, ya lo has llevado a la luz"
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