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El agua puede correr
bajo la tierra, no ser
una fuente todevía
y allí está. El cariño igual.
Hasta que una vez le toca
darse a la luz y es manantial.
Pero...ha de romper la roca.
Porque Dios encierra a oscuras
para tenerlos seguros,
los manantiales más puros,
bajo las rocas más duras.
Tu no sabes el suplicio
del agua, presa,hasta dar
un día con el resquicio
por donde pueda saltar;
no sabes tú los dolores
de la roca, al detener
el manantial !...¡Que ha ser
quien la recubra de flores!
Y en toda roca se fragua
la fuente que será un dia...
El mundo tiene alma de agua
que ha de alumbrar todavia...
Cuando de un risco a tus pies
no salte el agua a tu encuentro,
no niegues lo que no ves;
¡Confia!; el agua está dentro.
Y cuando alguien da en vivir
hosco, adusto, en un rincoón
sin amor, y oyes decir
que no tiene corazón,
no des oido a la gente,
no creas tú que no siente,
piensa en el agua,
dí: "¡Que honda estará la fuernte!
¡Como sufrirá la peña!...."
(Fragmento de la obra de teatro de Eduardo Marquina
"Fuente Escondida")

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