Ahora de pueblo en pueblo

errando por la vida,

luego de mundo en mundo errando por el cielo

lo mismo que esta estrella fugitiva...

¿Después?...Después...

ya lo diá esa estrella misma,

esa estrella romera

que es la mía.

esa estrella que corre por el cielo sin albergue

como yo porm la vida.

Yo no sé como soy...

y no sé lo que quiero...

cambiando, inquieto, siempre de sendero...

Algo espero,sí, pero...

¡No sé,tampoco, lo que espero!...

¡Qué solo estoy, Señor;

qué solo y qué rendido

de andar a la ventura

buscando mi destino!...

En todos los mesones

he dormido:

en mesones de amor

y en mesones malditos,

sin encontrar jamás

mi albergue decisivo...

rendido

de andar a la ventura

por todos los caminos...

Sobre el fango amasado co i llanto

y el polvo del camino, quedará perdurable

la huella roja

de mis pies sangrantes.

Yo tambien tengo hambre

y sed de justicia,

Nazareno...

Llévame en tu partida.

No tengo que dejar para seguirte

ni bienes ni familia,

porque estoy pobre y solo

y sin un gran amor que me redima...

Nazareno...

Llévame en tu partida,

que tengo hambre

y sed de justicia...

Cuando me han visto solo y recostado

al borde del camino...

unos hombres

con trazas de mendigos

que cruzaban rebeldes y afanosos,

me han dicho:

Ven con nosotros

peregrino.

Y otros hombres

con porte de patricios

que llevaban sus galas intranquilos,

me han hablado lo mismo:

Ven con nosotros

peregrino

Yo a todos

los he visto perderse

allá, a lo lejos del camino...

y me he quedado solo,

sin despegar los labios,en mi sitio.

¿Qué más de ser Rey

que ir de puerta en puerta?...

¡Qué va

de miseria a miseria?...

Pocas...y no argas ni afanosas rutas...

Quiero andarlas sin prisa

y arribar a los albergues

sin fatigas

cuando aún el sol corone,

allá, en la lejanía,

el páramo o la cumbre...

Antes que muera el día

quiero entrar en la venta erguido y fuerte

sin requerir cuidado del ventero y la hija.

Pocos...y cortos, muy cortos...y sin afán tambien

los años que me resten de vida...

Quiero vencerlos

sin congojas no agonías,

sin ambición

y sin envidias...

y arribar a la posada de la muerte

cuando me sienta joven todavía.

(León Felipe)