Amigos, en esta Navidad tomémonos de las manos y cerremos los ojos un momento. Sintamos que no estamos solos, que nunca lo hemos estado. Somos amigos, y siempre hay alguien que nos espera, alguien que nos ama tal como somos, sin querer cambiarnos. Eso es el verdadero amor… y eso es la Navidad.
Que en estos días podamos mirar la vida con el corazón abierto. Soñemos, riamos, compartamos y ayudemos al hermano. Amemos como si hoy fuera un regalo único, porque ahí está el sentido más profundo de estas fechas: amar sin orgullo, dar sin medir, abrazar aun en medio de las dificultades. El amor vivido con sencillez nos vuelve más humanos y más fuertes.
Si hoy te sientes solo, quédate con estas palabras que te regalo con humildad. No soy alguien de palabras rebuscadas; soy un ser humano que siente, que quiere y que, como tú, a veces también necesita compañía. Tal vez yo también me sienta sola hoy, pero sonrío al pensar que este mensaje pueda acompañarte, aunque sea un poquito.
Que esta Navidad nos encuentre queriéndonos más, siendo luz unos para otros, sembrando bondad y compasión en cada gesto. Que la paz habite nuestros corazones y la esperanza renazca, aun en medio de lo que duele.
Somos luz en esencia.
Que esta Navidad nos ayude a vivirlo también en nuestra existencia