LISSA. Que mensaje tan extraordinario, que letras tan bien conformadas con expresiones justas señalando la desnuez -no del cuerpo, sino del alma-, se disfruta mucho leyéndolo y sopesando esa desnudez que se lleva dentro, muy dentro, y no aflora hasta última hora, cuando yo no tiene remedio el hcerlo. Saludos Casimiro.