Y éste va a ser tu cambio: vacía tu bote.

Ve arrojando afuera todo lo que encuentres en él 

hasta que todo haya sido arrojado y no quede nada; 

hasta que incluso tú hayas sido arrojado,

 hasta que no quede nada,

 hasta que tu ser se haya convertido en un vacío.
Lo primero y lo último es estar vacío;

 una vez que estás vacío puedes ser llenado.

El Todo descenderá sobre ti cuando estés vacío.
Sólo entonces puede ser recibido. 

Vuestras mentes 

son tan pequeñas que no pueden contener lo Divino.

 Vuestras habitaciones 

son tan pequeñas que no pueden invitar a lo Divino.
Destruid esta casa completamente porque solo el cielo,

 el espacio, el espacio abierto puede recibirlo.
El vacío va a ser el camino, la meta, el Todo.

Desde mañana por la mañana prueba 

de vaciarte de todo lo que puedas encontrar dentro de ti:

 de sufrimiento, de tu ira, de tu ego, 

de tus envidias, de tus padecerse, de tu dolor, de tus placeres….;

todo lo que encuentres tíralo.

Sin distinciones, sin elegir, vacíate.

 Y en el momento en que estés completamente vacío,

 de repente verás que tú eres el Todo, la Totalidad.

 A través de la vacuidad, La totalidad es alcanzada.
La meditación no es más que el proceso de vaciado,

 del llegar a ser una nada.
En este campo de meditación, muévete como sino fueras nadie.
Y si irritas a alguien y chocas, recuerda:

 debes estar aún en el bote; por esto ocurre.

Pronto, cuando tu bote esté vacío, 

no colisionarás, 

no habrá conflicto, ni ira, ni violencia, ni nada.
Y esta nada es la bendición,

 esta nada es la bienaventuranza.
Por esta nada es por lo que has estado buscando y buscando.

Osho