RIEGA A QUIEN TE MARCHITA
La vida es irónica.
A veces, quien más necesita amor
es quien menos sabe darlo.
Quien más espera ser salvado
es quien más daño ha causado.
Y lo más triste… es que muchas veces
somos nosotros quienes terminamos
regando a quien nos marchita,
a quién nos causo tanto daño
¿Cuántas veces has dado todo
por alguien que solo te desgasta?
¿Cuántas veces te has quedado
cuando lo lógico era irte?
Creemos que el amor lo puede todo,
que si damos lo suficiente,
la otra persona cambiará.
Pero la verdad es que hay personas
que no quieren florecer.
Ella intentaba todos los días salvar esa relación,
esa amistad; regando sus ramas y alma vacía.
Pero… ¿Quién la regaba a ella, quién la salvaba a ella?
Aquí está la gran lección:
No puedes salvar a quien no quiere ser salvado.
No puedes llenar el alma de alguien
que disfruta estar vacío.
El amor no se trata de mendigar,
ni de sacrificarse hasta quedar sin nada.
Se trata de reciprocidad, de crecer juntos.
Si alguien te ama, te nutre.
Si alguien te valora, te cuida.
Pero si alguien solo recibe y nunca da,
te está matando de sed.
Así que antes de seguir regando
a quien te marchita, hazte una pregunta:
¿Quién riega tu alma?
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